El BCE advierte del frenazo económico y prevé sacar toda su artillería 'de golpe'

Mario Draghi en la reunión del BCE, Banco Central Europeo
Mario Draghi en la reunión del BCE, Banco Central Europeo
EFE

El crecimiento puede ser aún más débil de lo que se había estimado y esa preocupación impregna las actas de la última reunión del Banco Central Europeo (BCE), celebrada el pasado mes de julio. Sus responsables apuestan por un paquete de medidas en varios frentes para combatir la desaceleración y que incluirían recortes de tipos, compra de activos y cambios en la orientación sobre tipos de interés. El emisor se plantea, además, ofrecer más apoyo al sector bancario y no descarta una tasa a los depósitos en distintos niveles.

"Las diversas opciones deberían considerarse como un paquete, es decir, una combinación de instrumentos con complementariedades y sinergias significativas", asegura la entidad en su comunicado. A lo que sus responsables añaden que la experiencia ha dejado claro que aplicar las medidas en conjunto (como la combinación de recortes de tipos y compras de activos) resulta más eficaz que "una secuencia de acciones selectivas".

En lo que respecta a los tipos de interés, hay miembros del consejo de gobierno del BCE que advierten de que las tasas negativas están aumentando la presión sobre el sector bancario. Otros, sin embargo, alertan sobre las consecuencias no deseadas de un cambio en su política.

Entre las preocupaciones que se pusieron sobre la mesa en la última reunión del organismo también estuvo el hecho de que los nuevos datos macroeconómicos que se van conociendo apuntan a otro recorte en las previsiones. Sobre todo en un momento en el que los problemas de fuera de la zona euro amenazan con infectar a la economía del bloque: problemas como las tensiones geopolíticas, el aumento del proteccionismo o las vulnerabilidades en los mercados emergentes.

"Los indicadores disponibles en la actualidad apuntan a un crecimiento más lento en el tercer trimestre de 2019, lo que plantea dudas más generales sobre la recuperación prevista para el segundo semestre del año", apunta el BCE, que añade que "los riesgos de recesión están más presentes y su persistencia podría requerir en última instancia una revisión del escenario de crecimiento de referencia".

Los responsables de la entidad temen que una ralentización más prolongada pueda trasladar la debilidad de la industria a los servicios. El débil crecimiento de la zona euro entre abril y junio con la contracción de Alemania en ese periodo pueden evidenciar que la economía germana ya está en recesión como consecuencia de una guerra comercial mundial, la desaceleración de China y la incertidumbre de Brexit, que están frenando las exportaciones y minan la confianza en su sector manufacturero.

La próxima reunión de septiembre será la penúltima con Mario Draghi al frente, antes de que ceda el testigo a la ex directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, a finales de octubre. Draghi dirá adiós al organismo el mismo día en el que Reino Unido debe abandonar la Unión Europea.

Mostrar comentarios