Baja rentabilidad

El remedio del BCE desalienta la compra de bonos soberanos en algunos países

El banco central prevé que el Plan de Compras de Emergencia para Pandemias (PEPP) se incremente desde la actual cifra de 1,35 billones de euros, como también su plazo de vencimiento.

El BCE se prepara para su gran reunión de diciembre.
El BCE se prepara para su gran reunión de diciembre.
ECB / L. I.

La reunión última del Banco Central Europeo (BCE) dejó pocas dudas de que se debería esperar alguna acción seria en diciembre por parte de la autoridad monetaria europea, incluyendo la posibilidad de algunas medidas nuevas, aún no utilizadas. En este sentido, es probable que el Plan de Compras de Emergencia para Pandemias (PEPP) se incremente desde la actual cifra de 1,35 billones de euros, como también su plazo de vencimiento (junio de 2021). Se trata de un escenario que plantea dudas sobre las oportunidades en el marco de la deuda para el inversor privado ante la falta de rentabilidad.

El PEPP se lanzó inicialmente en marzo con 750.000 millones de euros y luego se completó en junio con otros 600.000 millones de euros, por lo que es fácil ver su potencia de fuego incrementada a cerca de 2 billones de euros en la reunión del BCE de diciembre. “Estas cifras tan elevadas deben ponerse en contexto, y dado que los fondos se destinarán en gran medida a los bonos del Estado de la zona euro, debemos considerar el tamaño del programa en relación con el probable aumento de la emisión en este mercado”, concreta Mark Holman, CEO de TwentyFour AM, boutique de Vontobel AM.

Según un estudio de Citi, podemos esperar que en 2021 la oferta de bonos de gobiernos de la zona euro ronde el nivel de 1,2 billones de euros. Con todo, con los pagos de cupones y vencimientos, esto se traduce en una emisión neta de poco más de 400.000 millones de euros. Incluso sin un aumento en el PEPP, se proyecta que las compras del BCE sean superiores a la oferta neta, siendo el mayor beneficiario los BTP italianos.

Según Holman, un gran aumento en el PEPP podría derivar en que el BCE compre cerca del doble de la oferta neta de bonos del gobierno de la zona euro en 2021. “Personalmente creo que esto sería un poco de desperdicio de la potencia de fuego del banco central, y preferiría que se utilizara en la promoción de créditos de menor calificación en el mercado más amplio, pero está claro para mí que el cuadro técnico creado por el banco central superará el muro de la oferta inducida por la pandemia”, destaca el experto.

Para Tammie Tang, Gestora de carteras, y Paul Smillie, Analista de Inversiones Sénior, Renta Fija de Columbia Threadneedle, las medidas monetarias, como los estímulos de los bancos centrales, y los impulsos fiscales indirectas, como las garantías de préstamo estatales, no agrandan la carga de la deuda. “No obstante, los estímulos procedentes de medidas fiscales y presupuestarias directas, como las subvenciones y las prestaciones de desempleo y de expedientes de regulación temporal del empleo... sí”, ahondan estos expertos.

En estos momentos, estas medidas superan los 4,4 billones de dólares. Si se tiene en cuenta el crecimiento del endeudamiento del sector privado, ya sea en forma de préstamos bancarios o de emisiones netas de deuda corporativa, la deuda mundial se incrementará en como mínimo 9 billones de dólares (equivalente al 12% del PIB al cierre de 2019) solo por las medidas adoptadas en los seis primeros meses de este año. “De cara al futuro, es probable que el estímulo continúe, aunque puede cambiar de ritmo o de forma”, confirman Tang y Smillie.

Deuda, mejor con banco central propio

Una de las conclusiones que se puede extraer es que todo este entorno no acciona una luz verde para comprar bonos de los gobiernos de la zona euro, sino para tener confianza en la curva de tipos. “Los rendimientos de los bonos gubernamentales de la zona euro están fuertemente apuntalados, lo que significa que creemos que los inversores pueden comprar deuda corporativa con confianza en los euros (con cobertura, por supuesto) incluso con vencimientos más largos, lo que es importante ya que esperamos que los diferenciales de las empresas se reduzcan a medio plazo”, argumenta el CEO de TwentyFour AM.

Con todo, no sucede lo mismo con la curva de Estados Unidos, donde el argumento a favor de los bonos del Tesoro con vencimientos más largos es por lo menos más equilibrado, con rendimientos entre sesgados y moderadamente más altos. “Esto se ve apoyado por la diferencia cada vez mayor en la inflación entre la zona euro y los Estados Unidos”, profundiza Holman. ¿Y dónde hay más alternativas? Según los expertos de Columbia Threadneedle, al considerar el riesgo soberano en la categoría investment grade, habría que privilegiar naciones con margen fiscal y voluntad política de seguir aplicando medidas de estímulo y contrayendo préstamos, como Alemania, los Países Bajos y los Estados nórdicos.

“En el caso de los países con un elevado saldo de la deuda (es decir, superior al 100% del PIB), preferimos los que cuentan con sus propios bancos centrales y divisas, capaces de implantar políticas de control de la curva de tipos si fuera necesario”, apuntan. En esta categoría, se inclinan por Estados Unidos y Reino Unido en detrimento, por ejemplo, de Francia y España, que no cuentan con esa capacidad. “También nos mostramos prudentes en cuanto al riesgo político de la zona euro”, resaltan Tang y Smillie. “En Europa, se necesitará una ingente voluntad política para gestionar el saldo de la deuda de Italia, y es cada vez más probable que en el futuro se cuestionen el uso del Fondo de Recuperación de la UE, la distribución de la carga de la deuda y la condonación de la deuda”, termina. 

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