Cambio histórico en el Banco Central Europeo (BCE). Por primera vez desde 2003 realiza un cambio en su estrategia y lo hace para flexibilizar al alza el objetivo de inflación. Hasta ahora, las medidas del regulador bancario perseguían "mantener la inflación en un nivel inferior, aunque próximo, al 2% a medio plazo". El cambio, permite alcanzar esa tasa, aunque el BCE subraya que su "nueva estrategia contempla un objetivo de inflación simétrico del 2% a medio plazo", destacando que "la simetría significa que el Consejo de Gobierno considera que las desviaciones negativas y positivas de este objetivo son igualmente indeseables".
El BCE considera ahora que la mejor forma de mantener la estabilidad de precios es teniendo este objetivo a medio plazo. Al ser más flexible, permitirá mantener una política monetaria ultra acomodaticia por un periodo de tiempo más largo a pesar del repunte inflacionista de corto plazo.
No obstante, el BCE especifica que "cuando la economía opera próxima al límite inferior de los tipos de interés nominales, son necesarias medidas de política monetaria especialmente contundentes o persistentes para evitar que se afiancen las desviaciones negativas del objetivo de inflación". Esto "también podría implicar un período transitorio en el que la inflación se sitúe ligeramente por encima del objetivo", por lo que el BCE será más flexible y aceptará esas desviaciones.
Pese a esta modificación, el BCE confirma que "el Índice Armonizado de Precios de Consumo (IAPC) sigue siendo un indicador de precios adecuado y recomienda la inclusión de la vivienda en régimen de propiedad con el tiempo".
Por su parte, el BCE reconoce que la inclusión de los costes relacionados con la vivienda en régimen de propiedad en el IAPC "representaría mejor la inflación relevante para los hogares y que dicha inclusión es un proyecto de varios años". Hasta entonces, el Consejo de Gobierno tendrá en cuenta en sus evaluaciones de política monetaria medidas de inflación que incorporen estimaciones iniciales del coste de la vivienda en propiedad para complementar su conjunto más amplio de medidas de inflación.
La primera revisión de la estrategia desde 2003 fue una de las principales prioridades de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el proyecto se lanzó inmediatamente después de que asumiera la dirección del banco en sustitución de Mario Draghi a finales de 2019. Sin embargo, llega después de lo previsto por la pandemia. El BCE inició la revisión de su estrategia de política monetaria a comienzos de 2020, pero la propagación del coronavirus frenó la publicación de resultados. En vez de publicarlos a finales del año pasado dijo que lo haría en la segunda mitad de 2021.
Además de la inflación, la última revisión "aprueba un ambicioso plan de actuación frente al cambio climático". En concreto, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido modificar su estrategia de política monetaria para incluir consideraciones de cambio climático debido a sus implicaciones macroeconómicas, según ha anunciado este jueves en un comunicado.
Destaca que el cambio climático y la transición hacia una economía más sostenible afectan a las perspectivas de estabilidad de precios a través de su impacto en indicadores macroeconómicos como inflación, producción, empleo, tasas de interés, inversión y productividad; estabilidad financiera; y la transmisión de la política monetaria.
La primera reunión periódica de política monetaria del BCE en la que se aplicará la nueva estrategia se celebrará el 22 de julio de 2021. El BCE tiene previsto evaluar periódicamente la idoneidad de su estrategia de política monetaria y espera realizar la siguiente evaluación en 2025.
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