Última reunión de 2022

La Fed y el BCE moderan las subidas de tipos pero aceleran el ajuste de balance

Los dos bancos centrales se adentran en una encrucijada con una inflación inasumible y una recesión en curso cuyos efectos se magnificarán con la retirada de liquidez y la reducción de su cartera de deuda.

Christine Lagarde preside el BCE.
Christine Lagarde preside el BCE.
Angela Morant/ECB vía La Información

La Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) subirán tipos el miércoles y jueves de la semana que viene en la última reunión de 2022. No hay dudas sobre esto pero sí sobre la cuantía del movimiento después de unos datos macroeconómicos mixtos que siguen justificando subidas de tipos pero a la vez alertan de una sombra creciente de recesión. Más allá del debate de los tipos de interés, un ruido de fondo se extiende ahora sobre los movimientos para cortar la liquidez masiva a los bancos privados. Su objetivo 'sotto voce' es frenar la demanda y así 'asfixiar' a la inflación.

Si bien la Fed parece haber dado indicaciones de una subida de 50 puntos básicos, menor a los 75 puntos básicos de las últimas cuatro reuniones, el BCE tiene sobre la mesa el mismo dilema pero con unas lecturas de inflación peores (más del 10% frente al 7% americano) y un nivel de tipos en la zona euro inferior (2%) al de su par en EEUU (4%). Jerome Powell advirtió hace unos días que es hora de moderar los aumentos de tipos pero recordó que ahora la Fed se plantea elevar tipos más y más tiempo, lo que indica que el nivel del 5% puede estar a la vuelta de la esquina en 2023. 

"Los bancos centrales afrontan pérdidas masivas en sus balances por el alza de tipos. En retrospectiva, está claro que los programas masivos de compra de bonos soberanos fueron un error colosal"

Pero el foco de los inversores está en las novedades que salgan de esa reunión. Por un lado, el nuevo cuadro de previsiones macroeconómicas. Por otro, el temor a una aceleración del ajuste de balance de ambos emisores para desmontar el escudo de liquidez de 9 billones de euros que levantaron en 2020 y 2021 para mitigar el impacto de la pandemia en la actividad económica y las condiciones financieras de hogares y empresas. 

"La Fed se encuentra ahora en medio de su período de tranquilidad previo a la reunión, por lo que no esperamos orientación hasta la conferencia del miércoles. El arranque del BCE el jueves, que deja dos días más para que sus funcionarios sesguen las expectativas. Hasta ahora, solo una minoría ha presionado por un aumento de 75 puntos básicos (Pb) en la reunión del 15 de diciembre, lo que consolida las expectativas de un movimiento menor de 50 pb. En cambio, la atención se ha centrado en el momento y el tamaño de la reducción de su cartera de bonos (QT), con un impacto de mercado poco perceptible hasta el momento", argumentan Antoine Bouvet y Benjamin Schroeder, estrategas de tipos en el banco holandés ING.

La bomba de relojería en los balances  

La Fed ya habrá drenado cerca de medio billón de dólares al cierre de 2022 mientras que el BCE ha comenzado también su proceso con los grandes reembolsos de crédito de los TLTROs (-300.000 millones) y prepara para la semana que viene una discusión seria en su consejo sobre el temido ajuste de balance. Para ambos bancos centrales puede ser pronto una cuestión de supervivencia porque desde septiembre están registrando pérdidas masivas en su balance como consecuencia de la abrupta elevación de tipos. Se trata de un daño autoinfligido que estaba previsto pero que parece irse de las manos por la resistencia de la inflación a bajar y la necesidad de mantener los tipos más altos y durante más tiempo, como ha venido a decir Powell.

Según explican fuentes financieras, la Fed está perdiendo dinero a manos llenas debido a un complejo fenómeno vinculado a la actual política monetaria de salida de tipos cero hacia una zona restrictiva. El banco central de EEUU, más adelantado que el resto, tiene un tipo principal en el rango del 3,75% al 4% pero está pagando intereses a un ritmo superior al que los recibe a los bancos, fondos e instituciones que han acudido a su ventana de recompra inversa diaria. Los rendimientos de la deuda que acumula en balance tampoco compensan la venta a pérdidas cuando comience a venderlos a mercados a precios inferiores a los que los compró. El BCE, por su parte, ha ajustado su remuneración a los tipos oficiales de financiación pero sigue pagando más por "algunos billones" en manos de la banca.

Hay expertos que calculan pérdidas de más de 100.000 millones de dólares para el balance de la Fed que tendrán que ser transferidos desde el Tesoro, el brazo fiscal del Gobierno de EEUU. En el caso de Suiza, solo en los nueve primeros meses de 2022, su banco central ha perdido 142.000 millones de francos suizos, mioen tras que el de Australia acumula 36.700 millones, según datos recopilados por Politico.eu. En el caso del BCE, que lleva dos años sosteniendo a los gobiernos europeos con sus compras masivas de deuda pública (caso de España e Italia sobre todo), las pérdidas del eurosistema de bancos centrales pueden dispararse hasta los 600.000 millones solamente por el efecto del ciclo al alza de tipos.

"En retrospectiva, está claro que los programas masivos de compra de bonos de los bancos centrales fueron un error colosal. Pero incluso en ese momento, algunos advirtieron que conllevaban graves riesgos fiscales, que ahora se están materializando a medida que aumentan las tasas de interés", explica en un artículo reciente Daniel Gross, miembro del 'think tank' Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS) y ex vocal de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (ESRB). Este experto calcula que los bancos centrales poseen ahora 4,2 billones de euros en bonos soberanos con un rendimiento promedio cercano a cero después de años con tipos negativos.

Si la tasa de depósito aumenta al 3% esperado, también lo hará el coste anual de mantener bonos. "Dado que el rendimiento promedio de los bonos es de aproximadamente 0,5%, se espera una pérdida anual de 2,5%. Multiplique eso por seis años, el vencimiento promedio ponderado de los bonos en poder del Eurosistema, y obtendrá una pérdida acumulada del 15% del total en circulación, o alrededor de 600.000 millones. Ese es casi el tamaño del programa NextGenerationEU de 750.000 millones de euros, el paquete de estímulo más grande jamás financiado en Europa", alerta Gross.

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