Se reúne el jueves

El juego de palabras en el BCE sobre su 'bazuca' caldea la cumbre de líderes

Varios miembros del organismo sugieren la posibilidad de que el emisor no tenga que ejecutar en su totalidad el PEPP y hacen saltar las dudas sobre si la entidad cumplirá con su compromiso

Christine Lagarde
Christine Lagarde,presidenta del BCE
EFE

El Banco Central Europeo (BCE) tiene en su mano dar un pequeño empujoncito a los líderes europeos para que avancen en el plan de reconstrucción contra la crisis generada por el coronavirus en la cumbre del viernes y el sábado. La reunión de julio de consejo de gobierno del emisor, de la que en principio no se esperan cambios importantes en la política monetaria, puede convertirse en una pieza clave de ese puzzle a raíz de las últimas declaraciones que han hecho varios miembros del organismo sobre la posibilidad de que el BCE no tenga que ejecutar en su totalidad el programa de compras de emergencia pandémica (PEPP, por sus siglas en inglés) ha hecho saltar las dudas sobre si la entidad cumplirá con su compromiso.

En su última reunión, la entidad capitaneada por Christine Lagarde anunció un aumento del tamaño de su Programa de Compras de Emergencia contra la Pandemia en 600.000 millones de euros, hasta los 1.350.000 millones de euros, desde los 750.000 millones anunciados inicialmente. Además, el BCE amplió la duración del PEPP en seis meses -hasta junio de 2021- y anunció que reinvertiría los bonos con vencimiento hasta finales de 2022 como mínimo. Esas decisiones del BCE han contribuido a contener los diferenciales de la deuda italiana y española, que se habían ampliado desde el estallido de la crisis sanitaria. De hecho, el bono de nuestro país llegó a situar su rentabilidad por debajo del 0,4% hace apenas unos días, es decir, reducirla hasta niveles previos a la entrada en vigor del estado de alarma.

Con las autoridades fiscales y monetarias teniendo que hacer frente a la recesión, el mercado espera ahora que unos y otros afinen su comunicación. Deberá hacerlo sobre todo la propia Lagarde, puesto que las últimas cifras del banco central evidencian que el emisor ha reducido su volumen de compras de deuda en las últimas semanas, "no nos sorprendería escuchar muchas preguntas sobre la solidez de su compromiso", apunta Gilles Moëc, economista jefe de la gestora AXA Investment Manager. En su opinión, "debería ser relativamente sencillo para Christine Lagarde explicar que la reducción de las compras es una mera adaptación a mejores condiciones de mercado, pero que no hay una nueva preferencia de restricción por parte del banco central".

¿Querrá Lagarde ser suficientemente explícita?

La cuestión es si Lagarde querrá ser tan explícita, puesto que con el Consejo Europeo ocupado negociando el Fondo de Recuperación y Resistencia, es decir, la fórmula de "apoyo fiscal federal" que aligeraría la carga del BCE, la presidenta del banco central puede no querer que los Gobiernos se sientan "demasiado cómodos" con el nivel de protección que reciben de éste. Lagarde tendrá muy difícil elegir qué palabras emplea para transmitir ese mensaje y no generar un efecto negativo sobre los mercados. La presidenta del BCE ya comprobó el pasado 12 de marzo cómo estos sobrerreaccionaron a su "no estamos aquí para reducir las primas de riesgo".

También le preocupa que la respuesta de los líderes comunitario sea suficientemente contundente a Konstantin Veit, gestor senior de carteras de la estadounidense Pimco. “El entorno sigue caracterizándose por una gran incertidumbre sobre las perspectivas económicas y falta de precisión sobre si los políticos responderán a la crisis con suficiente claridad”, apunta. El experto tiene claro que el BCE preferiría no ser la única alternativa otra vez y, de hecho, agradecería un plan ambicioso que infundiera confianza a nivel europeo.

Dadas las perspectivas de inflación a mediano plazo, Veit cree que las consideraciones sobre la posibilidad de que el emisor no despliegue todo el PEPP están fuera de lugar, sobre todo teniendo en cuenta que las posibilidades de no agotar el programa actual son muy escasas. "Creemos que el BCE no dudará en aumentar el tamaño de este programa", añaden desde Bank Degroof Petercam. Desde la firma belga entienden que éste es el instrumento monetario preferido del emisor en este período de crisis, si la situación lo requiere. Tampoco descartan que el BCE decida reducir aún más las tasas de interés de sus operaciones de financiación bancaria a largo plazo (TLTRO).

Varias encuestas de expertos señalan, de hecho, que las expectativas de que la institución incremente nuevamente el volumen de las compras de emergencia hacia finales de año, en línea con el compromiso del BCE de ofrecer el estímulo y flexibilidad necesarios para acelerar la recuperación económica, son bastante elevadas aún. Desde el bróker Monex Europe creen que la reunión de este jueves del consejo gobierno será una buena ocasión para que el banco se detenga a observar la respuesta de la economía a la amplia expansión monetaria entregada hasta la fecha, al tiempo que espera la decisión sobre el paquete de estímulo fiscal comunitario. De momento, el euro ha ido ganando terreno estos días frente al dólar y su cambio alcanza ya las 1,1337 unidades.

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