Se reduce su producción

El último 'halving' y su rol como refugio dispara el interés inversor por el Bitcoin

El Bitcoin paga las dudas regulatorias. /Michael Wuensch/ Pixabay
El Bitcoin paga las dudas regulatorias. /Michael Wuensch/ Pixabay

La criptomoneda más conocida y posiblemente más exitosa del mundo redujo la recompensa por su 'minado' (producción) a la mitad el pasado 12 de mayo, en el proceso conocido como 'halving'. A ello hay que sumarle que ante la volatilidad de los mercados muchos inversores están buscando refugio para evitar las clases de activos tradicionales. El posible camino del Bitcoin, sin duda, genera interés y cada vez consigue acaparar la atención de más inversores.

El 'halving', que será la tercera vez que ocurre en el Bitcoin, vio como el bloque pasó de 12,5 por cada 3 Bitcoins minados a 6,25 por cada 4 Bitcoins minados. Es decir, una menor recompensa para aquellos que se dedican a la minería de estos criptoactivos. Este proceso se produce cada 210.000 bloques generados (lo que tarda unos 4 años). Después de producirse, se reduce la cantidad de Bitcoins con la que los mineros son recompensados a la mitad. Y es que cada 10 minutos se valida un bloque de transacciones, y los mineros que ponen sus ordenadores al servicio de la red para asegurarla reciben esa compensación.

De este modo, como desciende el ritmo de producción –después del halving pasarán de 54.000 a 27.000 los nuevos bitcoins minados por mes–, al haber menos criptodivisa en circulación es más difícil obtenerlos, por lo que suele subir su cotización. Es por eso por lo que muchos analistas creen que ahora se desencadenará un rally alcista de muy largo plazo. Con cada carrera al alza, ha habido un mayor interés en las divisas digitales como clase de activos y, con eso, se ha ampliado la base de inversores notablemente.

Históricamente, en todos estos procesos halving se han producido subidas del precio en los meses posteriores, tanto en Bitcoin como en todas las demás criptodivisas. En cualquier caso, el ecosistema cripto, en general, está experimentando un aumento de nuevos clientes, nuevos volúmenes, nuevos negocios y, por supuesto, una mayor demanda. Otros procesos de este tipo anteriores, como los ocurridos en 2012 y en 2016, también estuvieron precedidos de fuertes subidas. Después del 'halving' de 2012 la cotización subió un 7.652% en menos de un año, desde los 12 dólares hasta más de 1.100 a finales de 2013. Tras el 'halving' de 2016 se superó la barrera de los 20.000 dólares a finales de 2017, aunque luego se derrumbó hasta los 3.000 dos años después. Unas cifras a tener en cuenta para los meses que están por venir.

El mayor interés despierta la posibilidad de un rally

La crisis económica, en el corto plazo, solo se resuelve con una inyección de liquidez y es justo lo contrario a lo que va a ocurrir “en la criptoeconomía con el halving”, dice Salvador Casquero, presidente y co-fundador de 2gether. El experto explica que “es la ley de la oferta y la demanda”, puesto que en el sistema tradicional va a haber “más oferta que demanda” con lo que en el medio y largo plazo “las divisas tenderán a devaluarse; mientras que, en el nuevo ecosistema, habrá poca oferta, lo que hará que aumente la demanda y el valor de las criptomonedas”.

Desde el punto de vista de Simon Peters, analista de la plataforma de inversión eToro, el halving no solo puede conducir al aumento del precio del bitcoin, como lo ha hecho después de las reducciones anteriores, sino que también podría dar como resultado “una marca completamente nueva de inversores en criptoactivos”.

El analista de eToro, remontándose al pasado, expone que notó un aumento masivo en las personas que invirtieron en bitcoin a través de su plataforma durante el halving de 2016, por lo que espera niveles similares de inversión una vez más. Y es que en 2017 y 2018, el 70% de los inversores “entraron para invertir en criptomonedas” y, desde entonces, la industria ha madurado, “con conversaciones sobre regulación, inversores institucionales que apuestan por este mercado e incluso bancos centrales que expresan interés en dicha clase de activos”.

Aceleración en 2020 

Esto hace pensar, añade Peters, que pueda producirse “otra recuperación de precios en 2020”, y podríamos estar en el punto de inflexión en el que las criptomonedas “pasen a ser un pilar de las carteras de los inversores de la misma manera que las acciones, los bonos y los productos básicos”, analiza. Desde su nacimiento en 2008, el bitcoin y en general el mundo de las criptodivisas se han ido consolidando como un nuevo activo de inversión, quizá incluso como activo refugio dada su descorrelación con los tradicionales.

Según Casquero, ante el esquema actual es cuando más “se necesita una verdadera política fiscal, política social, política monetaria”. En su opinión, gracias a este nuevo mundo criptodivisado, a este nuevo dinero, token, o representación digital “seremos capaces de reconstruir la economía desde abajo, para cada individuo, mucho más local y personalizada”, mucho más atenta a las necesidades de cada uno servidas por proveedores, “donde la colaboración se incentiva poniendo en valor lo que cada uno aporta con lo que cada uno recibe”. Una solución que sí es de medio y largo plazo, donde la Economía con mayúsculas se convertirá verdaderamente en la suma de sus partes, pequeños islotes económicos, rodeados de independencia, descentralización, personalización y localización, dice el experto.

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