A 4 dólares por barril

La bonanza energética llena el depósito de Repsol hasta duplicar sus márgenes

La petrolera acelerará sus planes de crecimiento en renovables, reactiva la amortización del 5% de sus acciones por 1.000 millones de euros y mejora su dividendo ante un escenario impensable en 2020.

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, y el presidente de la petrolera, Antonio Brufau
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, y el presidente de la petrolera, Antonio Brufau
Europa Press

Ni en sus mejores sueños vislumbró un escenario como el actual. Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, presentó hace doce meses el nuevo plan estratégico 2021-2025 para la petrolera donde primó la prudencia después del colapso de la Covid-19 que hundió los precios del petróleo a negativo. El inédito boom energético de 2021 está desbordando por completo sus previsiones, y deja casi en papel mojado el citado documento pese a que la compañía actualizó hace unas semanas su giro a las renovables.

El ejecutivo de Zumárraga diseñó junto a su equipo una hoja de ruta con un  escenario de 50 dólares del Brent y 2,5 dólares para el gas Henry Hub, unas cotizaciones con las que la empresa ya pensaba en generar caja para cubrir las inversiones en su negocio, remunerar al accionistas y mantener un nivel de endeudamiento similar al de 2020. Pero la realidad está siendo otra bien distinta, en este caso, favorable. El barril de petróleo de referencia en Europa se mueve ya por encima de los 80 dólares, un 60% más, mientras que el gas estadounidense cotiza un 140% por encima de su pronóstico.

El diferencial entre la situación actual del mercado energético y las previsiones anteriores ha comenzado a abrir las mandíbulas (jaws ratio) de su cuenta de resultados con un crecimiento mayor de los ingresos a los costes. Repsol obtuvo un beneficio neto de 1.939 millones de euros en los primeros nueve meses de 2021, un 32% superior al obtenido en el mismo período de 2019, previo a la pandemia, y mejor que los 2.578 millones que perdió en 2020 debido al impacto de la crisis.

La amplia mejoría de los ingresos que acaban en la cuenta de beneficios se debió principalmente a la mejora del margen de refino, que cerró el tercer trimeste en 3,2 dólares por cada barril aunque Imaz destacó en la 'call' con analistas que se sitúa holgadamente por encima de los 4 dólares en el cuarto trimestre, una cifra que no se veía desde los 5,1 del primer trimestre de 2019 y se sitúan en el promedio de la trayectoria histórica del grupo. 

Sin embargo, el cambio de imagen es radical: multiplicará por cuatro este indicador de rentabilidad en solo doce meses y, sobre todo, contrasta con el margen negativo del segundo y tercer trimestre de 2020 cuando Repsol perdía dinero por cada barril de petróleo que procesaba en sus refinerías.

"La marcha de los negocios y la generación de caja derivada del escenario de mayores precios de las materias primas han llevado al consejo de administración a proponer a la próxima Junta General Ordinaria de Accionistas una mejora del dividendo en efectivo de un cinco por ciento hasta los 0,63 euros por acción, junto con una reducción del capital social, mediante amortización de 75 millones de acciones propias, equivalentes a un 4,9% del capital actual de la compañía", apuntó la empresa, que ha puesto en marcha un Programa de Recompra de acciones por hasta 35 millones de acciones de títulos, representativas del 2,29% del capital social de Repsol.

El grupo que preside Antoni Brufau logró un flujo de caja operativo positivo de 3.371 millones de euros, y un flujo de caja libre, también positivo en todos sus segmentos, que sumó 1.855 millones. Gracias a este comportamiento extraordinario, entre enero y septiembre de 2021, Repsol redujo su deuda neta un 9% (-642 millones de euros) desde diciembre, hasta situarla en 6.136 millones. Por su parte, la liquidez se cifró en 9.948 millones de euros, lo que representa 2,57 veces los vencimientos a corto plazo.

El giro verde se intensifica

La buena marcha de Repsol era un secreto a voces. A principios de octubre, el grupo energético dio un vuelco a su plan estratégico y subió una marcha a sus ambiciones en renovables, una carrera en la que la petrolera se bate con gigantes de la talla de Iberdrola, Endesa o Naturgy. La compañía que dirige Josu Jon Imaz disparó la partida destinada a consolidar su negocio verde en 1.000 millones 'extra' para el próximo lustro.

El notable incremento del esfuerzo inversor de la compañía se entiende si se tiene en cuenta que, al mismo tiempo, Repsol elevó un 60% la capacidad renovable de generación que el grupo prevé alcanzar en 2030. El salto se traduce en 7.3000 megavatios (MW) verdes adicionales, ampliando la meta a 20.000 MW para dicho ejercicio. Además del aumento de la capacidad renovable, Repsol mejoró drásticamente sus previsiones en cuanto a tecnologías de bajas emisiones (ciclo combinado y cogeneración), que pasaron de los 15.000 MW que contemplaba el citado plan estratégico, a superar los 22.0000 MW, es decir, un 46% más.

En paralelo, Repsol no ha abandonado su proyecto de 'spin off' (segregación en una nueva empresa) para su negocio renovable, un plan sobre el que el grupo se dio doce meses de margen para tomar una decisión definitiva. El proyecto de puesta de largo en bolsa avanza en paralelo a la búsqueda de un socio financiero que se haga con una parte del capital de la filial verde. Adicionalmente, la compañía está buscando alianzas para impulsar, de manera individual, algunos de sus activos renovables. En este sentido, el grupo ha reforzado la 'joint venture' suscrita en Chile con Ibereólica Renovables y en EEUU con la compra del 40% de Hecate Energy, empresa de desarrollo de proyectos fotovoltaicos y de almacenamiento de energía.

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