Ante la subida de tipos

El bono a 10 años de EEUU cruza el 3%, ¿qué significa esto para los inversores?

La escalada de los rendimientos del Tesoro importa a los mercados porque son un punto de referencia para los costes de endeudamiento pero también a la hora de valorar las acciones de las empresas

Janet Yellen
Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EEUU.
Europa Press

Los mercados de renta fija tienden a reflejar las situaciones que se desarrollan en los mercados por el efecto de la macroeconomía. ¿Cuál es la situación y qué indicios es pueden extraer del comportamiento de los bonos y, concretamente, de los activos que suelen actuar como referencia? Lo primero, es mirar atentamente en el contexto en el que pivotan las principales economías y este segmento de los mercados. La rentabilidad del bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años ha subido esta semana por encima del 3% por primera vez desde 2018. 

Es por eso por lo que los inversores están mirando con gran atención a este movimiento sobre las conclusiones de esta actividad. “Cuando los rendimientos del Tesoro suben bruscamente, siempre es algo que importa a los agentes del mercado, porque son un punto de referencia para los costes de endeudamiento en toda la economía estadounidense y la velocidad del reciente aumento de las rentabilidades (y la disminución de los precios) ha sido notable: solo ha habido otras seis liquidaciones comparables en el mercado del Tesoro norteamericano desde el año 2000”, según un análisis reciente reciente de Saira Malik, directora de inversiones de Nuveen.

Sin embargo, hay otra razón por la que el movimiento de estos últimos días es importante. Y es que el bono a 10 años ahora ofrece un “rendimiento real” o ajustado por inflación positivo por primera vez desde el comienzo de la pandemia de Covid-19. Las rentabilidades reales negativas en mercados defensivos como es habitualmente el de los bonos del Tesoro han empujado a los inversores a buscar rendimientos en mercados de mayor riesgo, pero a medida que la Reserva Federal endurece la política monetaria para combatir la inflación, hay menos motivos para ese enfoque de ser más arriesgado.

En su decisión del miércoles, se espera que los miembros de la Fed aumenten los tipos de interés en medio punto porcentual, el doble del incremento que realizó el pasado mes de marzo. No obstante, también es probable que anuncien planes para comenzar a reducir su balance. Sin duda, la “rentabilidad real” en este caso se basa en las expectativas de inflación para la próxima década en el mercado de bonos, donde los inversores apuestan a que promediará el 2,8%. Es posible que la inflación supere ese nivel a largo plazo.

“Pero si el comportamiento de los mercados de mayor riesgo se toma como un indicativo, los inversores están prestando gran atención de todos modos”, aseguran los analistas de Jefferies en un reciente informe. Los bonos basura están en niveles más bajos, y el ETF iShares iBoxx $ High Yield Corporate Bond ha registrado una pérdida del 9,1% en lo que va de ejercicio. Además, los principales índices bursátiles han descendido en el año, con el S&P 500 retrocediendo más de un 13%.

Un futuro repleto de dudas

De cara al futuro, los expertos consideran que no está claro qué impulsaría a la baja los rendimientos de los bonos del Tesoro a partir de ahora, aparte de una desaceleración económica o un cambio en la política de la Fed. La institución monetaria está reduciendo las compras de bonos del Tesoro realizada en la era de la pandemia a medida que reduce su balance, y la demanda no ha sido tan sólida por parte de algunos de los otros principales compradores, como los inversores y los bancos globales. Por ejemplo, las aseguradoras japonesas han estado vendiendo bonos extraterritoriales, según BMO, en parte porque “una reciente depreciación del yen ha hecho que los bonos denominados en dólares sean menos atractivos”.

Mientras, los grandes bancos han estado deshaciéndose de bonos del Tesoro, señala Goldman Sachs en una nota reciente, porque la demanda de préstamos por encima de la esperada ha dejado “menos espacio en sus balances para la renta fija gubernamental”. En última instancia, todo esto deja a los inversores minoristas con la oportunidad de comprar bonos del Tesoro con rendimientos que son más atractivos de lo que han sido en años.

El problema reside en que, para obtener beneficios de esas rentabilidades más altas, los inversores pueden necesitar inmovilizar su dinero en los mercados hasta que los rendimientos del Tesoro detengan su subida. “Eso parece poco probable hasta que la Fed recorte los tipos de interés, lo que Wall Street no espera hasta 2023”, termina Malik.

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