Tensión en las bolsas

El bono español a diez años repunta y amenaza con tocar máximos de 2014

La rentabilidad de la deuda en los países europeos rebota ante la posibilidad de que los bancos centrales endurezcan las subidas de los tipos de interés y en Estados Unidos ya se acerca a niveles de 2008. 

Nadia Calviño
El bono español a diez años repunta y amenaza con tocar máximos de 2014. 
Europa Press

El escenario de un endurecimiento monetario mayor por parte de los bancos centrales toma forma. El dato de peticiones de subsidio semanal en Estados Unidos mejor de lo esperado y el repunte de los precios de producción industrial han sido el caldo de cultivo perfecto para desatar el temor entre los inversores, que ya avistan un aumento de los tipos de interés superior al descontado hasta ahora por los mercados. El nerviosismo en las bolsas también se ha trasladado al mercado de deuda, donde el incremento de las ventas ha provocado un repunte del interés del bono español. 

En concreto, el papel a diez años ha llegado a escalar al 3,6% poco después de la apertura de los parqués, aunque se ha moderado levemente hasta el 3,4% al cierre del mercado europeo. Este repunte de la rentabilidad implica una caída de su precio y de confirmar la senda alcista redundaría en mayores costes de financiación para el Estado. 

A principios de 2022 cuando el brusco giro de la política monetaria tan solo era una posibilidad, el bono español a diez años estaba registraba una rentabilidad del 0,605%. Este viernes se ha publicado la ratio de deuda pública sobre PIB de diciembre, que se ha situado en los 1,503 billones, hasta el 113,1%, dos puntos porcentuales por debajo de lo previsto por el Gobierno.

En Italia, también muy expuesto por su alto endeudamiento, el bono también ha amenazado con romper una barrera no vista en más de una década tras colocarse en el 4,4%. Sin embargo, también se ha desinflado hasta el 4,2% en la tarde del viernes. El 'bund alemán', la referencia en el Viejo Continente, llega al 2,5%, pudiendo superar el interés de finales de 2022 y llegar a marcar máximos de julio de 2011. Su salto ha sido significativo desde diciembre de 2021, cuando estaba instalado en el terreno negativo (-0,026%). Al otro lado del Atlántico, el bono americano tantea la zona del 4%, que de alcanzarlo se colocaría en máximos de 2008. 

Después de las últimas subidas de los tipos de interés de principios de febrero tanto el la eurozona como en Estados Unidos, los bancos centrales más importantes del mundo se han mostrado abiertos en reiteradas ocasiones a seguir con un aumento de las tasas de referencia del dinero más allá de las próximas citas de marzo. Esta semana ha sido determinante en clave macroeconómica para Estados Unidos, donde si bien la inflación ha caído una décima en el enero, hasta el 6,4%, la cifra se ha colocado por encima de lo previsto por los analistas, que apuntaban a una contracción de seis décimas, hasta el 6,2%. 

En España, la inflación se ha incrementado dos décimas, hasta el 5,9%, con la tasa subyacente disparada (7,5%), en línea con Francia, donde se registra un IPC del 6%. La hipótesis de que la inflación se estanque o crezca levemente supone una de las principales preocupaciones de Powell y Lagarde, miedos que se materializan con estos datos macroeconómicos y les dan razones suficientes para seguir subiendo los tipos más allá del techo del 5% en EEUU y del 3,5% en la región de la moneda única. 

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