Después de que la Cámara de los Comunes arrebatase a comienzos de semana el control del proceso del Brexit al Gobierno de Theresa May, el Parlamento deberá pronunciarse hoy de nuevo sobre el plan pactado por la primera ministra y Bruselas, y sobre el abanico de alternativas que los diputados plantearon en forma de enmiendas al texto. Se trata de una nueva votación que deberá decidir entre el todo o nada, entre la salida sin acuerdo o una marcha pactada para la que Londres recibiría algo de oxígeno. ¿Por qué es importante la votación de hoy?
Los diputados británicos deberán pronunciarse a partir de las 19:00 horas sobre distintas alternativas al plan pactado por la primera ministra, Theresa May, y la Comisión Europea y votar a su vez ese acuerdo por tercera vez ya. El problema está en que esas opciones pueden incluir desde una marcha de la UE sin acuerdo, convocar un segundo referéndum, negociar una relación más cercana con el mercado único o suspender la ruptura. Esto implica que a dos semanas de la nueva fecha límite aprobada por los Veintisiete para la salida del Reino Unido de la región (siempre que se haga sin acuerdo) todas las posibilidades siguen abiertas. El plan de May ya fue rechazado por amplia mayoría en dos ocasiones, el 15 de enero y el 12 de marzo.
Todo parece indicar que el ala más dura de los brexistas se está sopesando la posibilidad de apoyar el plan de la primera ministra Theresa May a cambio de su dimisión, explica Juan Fernández-Figares, de Link Securities. El motivo es que consideran que un Brexit blando, algo que no sería mal acogido por los mercados financieros de la región, es mejor que un retraso indefinido del mismo o que un “remain”. En cualquier caso, suceda lo que suceda, el proceso seguirá abierto en buena medida.
Dependiendo de lo que suceda hoy, se abren tres posibles caminos en Reino Unido. Ahora, la Cámara de los Comunes tiene dos opciones para tratar de evitar un final abrupto a esta historia. La primera, si da luz verde al plan pactado por la primera ministra y la Comisión se pospondría automáticamente la fecha límite para la salida del Reino Unido de la UE al próximo 22 de mayo. Si no lo hace, Londres tendría hasta el 12 de abril para anunciar que concurre a las elecciones europeas y recibir a cambio otro aplazamiento con el que tratar de poner de acuerdo a toda la Cámara. Si los británicos no van a las elecciones europeas Bruselas entenderá que optan por la salida sin acuerdo.
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