Debuta el 17 de enero

De China a Wall Street en 2020: I-Mab y su investigación de cánceres dan el salto

  • La biofarmacéutica china investiga el cáncer y trastornos autoinmunes en países como Estados Unidos y que después registra en China. 
I-Mab
I-Mab

La compañía I-Mab será la primera salida a bolsa en Wall Street de este año. La empresa china cumple con el prototipo de las opvs que han imperado en Estados Unidos durante 2019 y lo es por diversos motivos: su sector es el de biotecnología, que ha sido el más dinámico, y lo hace sin ser todavía rentable al perder demasiado dinero. La futura cotizada perdía 154,3 millones de dólares en los nueve primeros meses del curso pasado y los números rojos eran de 48,8 millones. Es decir, multiplicaba por más de tres sus pérdidas y lo hacía sin tener en cuenta el último trimestre del año. 

Esta mala evolución de sus cuentas no ha ahuyentado a la compañía de la decisión de saltar al mercado. De hecho, la biofarmacéutica fundada por Jingwu Zang en 2015 busca captar 100 millones de dólares con su OPV y su trayectoria, en cuanto a financiación, es todo un éxito. La compañía levantaba, al poco de nacer, 2,3 millones de dólares gracias a inversores como TigerMed y BioSciKin. A los pocos meses, la cifra ascendía hasta los 58 millones de dólares y en el tercer trimestre de 2017 obtenía 100 millones. A estas dos operaciones, al igual que en posteriores, acudieron dos de sus grandes accionistas: CBC Group y Tasly, que poseerán tras el salto al parqué un 35,3% y un 11,1% de la compañía china. Un año más tarde, en el tercer trimestre de 2018, la cifra superaba los 200 millones y, ahora con su opv, la valoración asciende a 338,94 millones, colocando cerca de un tercio de su capital. 

La compañía, que debutará en Wall Street el próximo 17 de enero, ya tiene el visto bueno de la SEC, la CNMV estadounidense. Pero, ¿cuál es el negocio de la biofarmacéutica? El descubrimiento, desarrollo y comercialización de productos para tratar enfermedades médicas como el cáncer o trastornos autoinmunes. Dentro de su modelo de negocio, distingue dos pilares: China, para la que realiza un enfoque de venta rápida, y uno global centrado en proyectos de fase 1 que se administran a un grupo reducido de pacientes para conocer su potencial y en qué medida altera la enfermedad. 

Con estos dos pilares, parece lógico pensar que los productos que están en fase de mayor desarrollo estén en China y así es. Mientras que en Estados Unidos están realizando tres ensayos clínicos de fase 1, la inicial, en China cuentan con cuatro ensayos: dos concluidos y pendientes de autorización para su venta, uno en fase 2 y otro en fase 1 pero más avanzada que en el país presidido por Donald Trump. Es decir, utiliza EEUU como 'banco de pruebas' y después registra los derechos en China (y se guarda la posibilidad de hacerlo a nivel global) para obtener un mayor volumen de ventas. 

El motivo que subyace de esta operativa es que China cuenta con un proceso mucho más acelerado que Estados Unidos o Europa para otorgar las pertinentes autorizaciones siempre que haya resultados clínicos sólidos en el extranjero y, por tanto, los trata como prioritarios. De hecho, la compañía espera lanzar sus productos durante el próximo curso. 

Dentro de los ensayos clínicos de la compañía china, el que más avanzado está es el bautizado como 'TJ 202' que investiga el tratamiento para el mieloma múltiple, un tipo de cáncer de la médula ósea. Por su parte, el 'TJ101' aborda el crecimiento pediátrico con deficiencia hormonal y el 'TJ301' trata la colitis ulcerosa. Otros menos avanzados son los que investigan el cáncer de cabeza y cuello o la linfopenia, que es una infección viral que disminuye el número de linfocitos. 

El crecimiento de los productos biológicos de China ha superado el crecimiento a nivel mundial y se espera que alcance unas ventas de 189.400 millones de dólares para 2030, según un informe de Frost & Sullivan al que hace mención la propia compañía china en su folleto de salida a bolsa. Un gran mercado en el que I-Mab querrá su trozo del pastel y al que se suma que en China, la necesidad de medicamentos eficaces para tratar el cáncer y las enfermedades autoinmunes está aumentando debido a la disponibilidad limitada de dichos medicamentos y al difícil acceso a medicamentos innovadores de otras partes del mundo. 

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