Papel activo en la gobernanza

La influencia de Hohn es un hándicap para Cellnex: consigue todo lo que se propone

Su estilo directo y agresivo vía cartas no sólo está poniendo en aprietos al valor del Ibex tras la experiencia en AENA. Alphabet o Airbus lo han sufrido recientemente y en ambos casos el inversor ha logrado sus propósitos.

La influencia de Chris Hohn condiciona a Cellnex: consigue todo lo que se propone
La influencia de Hohn es un hándicap para Cellnex: consigue todo lo que se propone. 
TCI

En su versión activista le preocupa la pobreza infantil y el cambio climático. En los negocios es implacable en sus objetivos. El nombre de Chris Hohn, un desconocido hasta no hace muchos años en España, ha adquirido notoriedad en el país desde los tentáculos del Ibex 35. A través de The Children's Investment Fund (TCI) - no confundir con Children's Investment Fund Foundation, la organización filantrópica que regenta- este británico de nacimiento se ha hecho un hueco en el accionariado de las empresas españolas, desde donde ha hecho valer la máxima de que siempre gana la batalla.

Apoyado en los pilares de la buena gobernanza como mantra, ha demostrado en reiteradas ocasiones la capacidad de influencia que ejerce sobre las cúpulas directivas y los consejos de administración a golpe de misivas. Su último ‘plumazo’ en España ha ido dirigido a Cellnex Telecom, donde figura como principal accionista (9% del capital entre participación directa e indirecta). Una sola carta ha bastado para que la ‘torrera’ se doblegue ante Hohn y cese a Bertrand Kan como presidente no ejecutivo, aunque manteniéndose como independiente en el consejo.

Esta decisión no ha contentado del todo en TCI, desde la que urgen también a destituir a Peter Shore y Alexandra Reich, ambos miembros del máximo órgano de decisión de la cotizada, cuestionando su gestión a la hora de buscar un nuevo consejero delegado, que sustituya a Tobías Martínez. En paralelo, asimismo pide un representante en el consejo.

De conseguir llevar a cabo sus planes, Hohn lograría un galón más a sus espaldas, con el que consolidaría su poder de movilización, cuya habilidad para condicionar las decisiones de las altas esferas empresariales a nivel nacional se remonta tiempo atrás. Considerado una de las personas más ricas del mundo, con una fortuna valorada en más de 6.700 millones de euros, según ‘Forbes’, el Gobierno encabezado por Mariano Rajoy se fijó en él como un aliado estratégico para la salida a bolsa de Aena en 2015.

El inversor ha contado durante siete años con un sillón en el consejo, hasta que presentó su dimisión. Un periodo en el que dejó claro mediante sus acciones que su función en el gestor aeroportuario iba más allá de calentar la silla. Al margen de su fracaso para que Aena lanzara una contraopa sobre Abertis en un movimiento frenado por el Ejecutivo a través de Enaire, su ‘as’ en la manga se gestó a finales de 2019, días antes de la celebración de la COP25 en España.

En una carta enviada a Maurici Lucena, presidente y CEO de Aena, instaba a la empresa a impulsar medidas de carácter medioambiental concretas. La cosa fue a mayores llegando a dirigirse directamente a la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, aprovechando la condición de que el Estado controla el 51%. Su actuación como ‘lobby’ dio sus frutos casi un año después, cuando consiguió cambiar el orden del día de la junta para aprobar un programa detallado con acciones climáticas específicas con vistas a los próximos diez años (2021-2030), convirtiéndose en la primera compañía española en hacerlo. 

Uno de los hitos del ejercicio pasado fue el de reducir el 67% de las emisiones de alcance 1 y 2 respecto a 2019, siete puntos sobre el objetivo marcado. Plan que ha utilizado como ejemplo para poner en marcha la campaña mundial ‘Say on Climate’. Desde que abandonara el sillón de Aena en febrero de 2020, su participación se ha mantenido estable en torno al 6%.

Movimiento que ha contrarrestado con un mayor poder sobre otras Ibex. Además de Cellnex, su carrera por un mayor dominio del accionariado se ha hecho evidente en Ferrovial, en la que ha acelerado posiciones como principal inversor institucional hasta superar el 7% del capital, días antes de la junta clave (13 de abril) en la que se votará la mudanza de su sede social a Países Bajos. Hohn parece estar de acuerdo con la decisión impulsada por el grupo que preside Rafael del Pino.

Ferrovial también conoce lo que son las epístolas de Hohn, aunque en su caso, igual que sucediera en el caso de AENA instaba a la compañía a que se pusieran las pilas en cuanto a la ejecución de acciones enfocadas en reducir la huella de carbono. En vistas a curarse en salud ante la experiencia con Lucena, el gestor del aeropuerto londinense de Heathrow lanzó ‘motu proprio’ una hoja de ruta para reducir emisiones de dióxido de carbono en 2021, siendo la primera cotizada ‘made in Spain’ que lo hacía.

A Hohn no le tiembla el pulso cuando se trata de números

TCI es un giganta que gestiona un volumen de activos por valor de 30.000 millones. Sin embargo, 2022 no parece que haya sido su año. Su fondo, que se cuela entre los veinte más grandes del mundo, se ha dejado en el camino más de 8.000 millones de dólares en uno de los peores ejercicios que se recuerdan para los mercados financieros, rompiendo una racha de trece ejercicios consecutivos de beneficio, según recoge ‘Bloomberg’.

Parte de ese agujero se debió a su participación en grandes tecnológicas estadounidenses como Alphabet (0,27% del capital), matriz de Google, que vivieron un 2022 para el olvido en bolsa. En este contexto, Hohn realizó hace pocos meses un llamamiento a la compañía para que tuviera en consideración los “altos” gastos de personal, así como el volumen de su plantilla, entre otros aspectos financieros. La firma con sede en San Francisco cogió el guante dos meses después con el anuncio de 12.000 despidos a nivel global, cifra insuficiente para Hohn, que pide seguir aplicando la tijera.

La  tecnológica se dejó más de un 40% en el Nasdaq durante el ejercicio pasado, lo que se tradujo en la pérdida de más de 700.000 millones de dólares en capitalización bursátil. Ahora, con los vientos más a favor de este sector, al cierre del trimestre acumula una revalorización superior al 17%, sobrepasando la subida trimestral del Nasdaq (+16,7%).

Airbus cede a su petición

La última multinacional que tiene a Hohn entre sus accionistas de referencia en dar su brazo a torcer ha sido Airbus (3% del capital). El fabricante aeronáutico anunció la semana pasada la retirada de su oferta para hacerse con el 30% de Evidian, la nueva filial de la francesa Atos. En el comunicado argumentaban que la operación no se encuentra alineada con sus objetivos si se tiene en cuenta la estructura actual del gigante de la aviación.

Hohn consideraba que esta operación se parecía más a un rescate encubierto motivado por razones políticas. Aunque el verdadero obstáculo para él estaba en el alto endeudamiento de la citada Atos. "Debe comprender que si Airbus posee el 29,9% de Evidian, será propietario de sus pérdidas de explotación de sus cargas y sus necesidades de financiación. Comprometerá a Airbus con los riesgos asociados a todas las futuras ampliaciones de capital y emisiones de derechos", indicaba en el comunicado. 

Hohn defendía que se trata de una compañía de baja calidad, que opera en un mercado "extremadamente" competitivo y catalogaba esta adquisición como un activo  sin liquidez. "Airbus debería revelar si parte del dinero que invierte en Evidian se utilizará para pagar la deuda u otros pasivos de Atos", remarcaba. El anuncio del fin de las negociaciones ha sido bien visto entre los inversores, que impulsaron a la firma con un alza del 1,1% el día del anuncio. En lo que va de año Airbus suma un avance del 11%. 

Todas las citadas empresas han experimentado subidas durante el primer cuarto de 2023. Aena rebota más de un 26% ante las buenas perspectivas de recuperación del tráfico y con el precio de su acción doblando el registrado en su debut en el parqué. Junto a Ferrovial (+10%), se coloca en la parte alta del Ibex 35. El grupo de infraestructuras ha subido más de un 3% en marzo en una señal que puede ser interpretada como un respaldo por parte del mercado a su mudanza. De hecho, la acción del grupo de los Del Pino se encuentra un 24% por encima del precio que este hombre de negocios pagó por ellas cuando materializó su desembarco, en mayo de 2019. No ha corrido la misma suerte con Cellnex, que si bien repunta más de un 16% entre enero y marzo, corrige un 40% desde los máximos marcados en 2021, poco después de la llegada de Christopher Antony Hohn. 

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