Oportunidades a largo plazo

¿Cómo se puede detectar la próxima  'megatendencia' para invertir en bolsa?

Las bolsas se consideran un sismógrafo fiable cuando se trata del futuro. El aumento de los beneficios, los nuevos mercados y los productos progresivos hacen que las cotizaciones mundiales se disparen.

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¿Cómo se puede detectar una gran megatendencia para invertir en bolsa?
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En los últimos tiempos los inversores están acostumbrados a familiarizarse con el término de megatendencia. Las bolsas se consideran un sismógrafo fiable cuando se trata del futuro. El aumento de los beneficios, los nuevos mercados y los productos progresivos hacen que las cotizaciones mundiales se disparen.

Por eso, si echamos un vistazo a estas famosas oportunidades del largo plazo, que se basan tanto en los avances científicos como en los cambios socioeconómicos, no sólo es interesante, sino también significativo para las decisiones de inversión con potencial sostenible. Pero… ¿Cómo puede un inversor detectar una megatendencia?

Primeramente, cabe explicar que la megatendencia: este término para designar las tendencias a largo plazo está de moda. Estas suelen pasar desapercibidas al principio, pero tienen un gran impacto. Representan un modelo para los tiempos complejos y cambiantes. Todos los niveles de la sociedad se ven influidos por las megatendencias: gracias a ellas, los individuos, las empresas y sectores económicos enteros suelen estar sujetos a la evolución.

“Al principio, las megatendencias aparecen sólo de forma muy selectiva o regional, pero con el tiempo pasan de ser una cuestión secundaria a un fenómeno mundial. Su dinámica adquiere cada vez más fuerza a través de interacciones de varios niveles”, asegura el equipo de Global Equities/Absolute Return Multi Asset de MainFirst en un informe.

Una tendencia influye en la siguiente y así su impacto se intensifica, como una avalancha que empieza a rodar lentamente. “Un ejemplo omnipresente de esto es el Internet de las cosas. Hace unos años, el término aún rondaba la prensa especializada visionaria”, resaltan desde la gestora.

Mientras, el Internet de las cosas se ha convertido en parte integrante de la vida cotidiana, dejando que el ordenador de sobremesa acumule polvo en un rincón. La puerta de casa, el lavavajillas, el collar del perro y la báscula: ahora todos están conectados a la red y podemos controlarlos cómodamente con nuestro smartphone mientras nos desplazamos. La transmisión de datos por Internet lo hace posible.

Las megatendencias no se inventan ni se proclama sin más. Más bien hay que entenderlas como un encadenamiento concentrado de nuevos desarrollos tanto en la sociedad como en la economía. “Como empresa, es importante reconocer estos desarrollos en una fase temprana y examinar las tendencias para la orientación estratégica del modelo de negocio”, concretan desde MainFirst. Los principales retos consisten en ser capaces de ver el bosque por los árboles y distinguir entre lo relevante y lo irrelevante.

Encontrar empresas pioneras y precursoras de las megatendencias es el enfoque central de inversión de muchos fondos que apuestan por este esquema. “El reto para el equipo, para encontrar esas grandes temáticas de inversión es observar y analizar continuamente una amplia variedad de acontecimientos sociales, culturales y económicos (…) En última instancia, les corresponde sacar las conclusiones correctas e interpretar las señales que apuntan a la próxima (mega)tendencia”, aportan desde MainFirst.

Origen y oportunidad de las megatendencias

Al final, una megatendencia refleja los cambios sociales, culturales y económicos y, debido a la interdependencia, tiene, por así decirlo, una relevancia significativa para el desarrollo a largo plazo de las sociedades y las economías. En extraña ocasión se puede determinar el origen exacto de una tendencia. A menudo, varios desarrollos similares tienen lugar en paralelo, reforzándose mutuamente y, en algún momento, avanzando hasta convertirse en un fenómeno.

Es así como las megatendencias pueden encontrarse en las formas más diversas. “El tema de la e-movilidad está ahora omnipresente también aquí, pero su avance real tuvo lugar hace tiempo en China”, comentan los expertos de la gestora. Por eso, para los inversores orientados al futuro y con planes a largo plazo, es importante mirar más allá del horizonte nacional y, en particular, hacia Asia.

Para beneficiarse de las tendencias del sector tecnológico en los próximos 10 años, no se puede ignorar el continente asiático en su asignación de activos. Puede ser el Silicon Valley del futuro, al menos en parte. Al mismo tiempo, la velocidad con la que avanzan los nuevos modelos de negocio en Asia, promovidos por el Estado, sigue aumentando. Por ejemplo, China superó a Estados Unidos en cuanto a gasto en investigación y desarrollo en 2020 y se espera que para 2025 la República Popular ya invierta aquí unos 900.000 millones de dólares anuales.

Las mayores oportunidades en Asia se encuentran en áreas tecnológicas básicas como los semiconductores, los vehículos eléctricos, la inteligencia artificial, la robótica y la automatización. Los epicentros tecnológicos son los países de Corea del Sur, Japón, China y Taiwán. El impacto del avance económico y la creciente prosperidad se reflejará inevitablemente en los mercados de bienes de consumo.

“Aunque no se puede descartar que los grupos de marcas europeos también se beneficien de la dinámica asiática, el gobierno chino se está centrando cada vez más en la promoción de los fabricantes de marcas locales”, dicen desde MainFirst. Esto significa que las empresas tienen que mantener constantemente la mente abierta. Las que reconocen los signos de los tiempos con suficiente antelación tienen la oportunidad de afrontar los cambios estructurales con un modelo de negocio evolutivo o revolucionario. “Los inversores tienen la oportunidad de beneficiarse estratégicamente de las megatendencias de nuestro tiempo y del desarrollo de las empresas que participan en ellas, y de capear con éxito las fluctuaciones a corto plazo”, concluyen.

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