España encara 2023 con un optimismo moderado y logrará capear la recesión, pero su crecimiento será débil. Los economistas reunidos en el Spain Investors Day coinciden en este planteamiento, aunque alertan de que existen riesgos como el elevado nivel de deuda y los efectos de la crisis energética. En este sentido, los mayores retos que enfrenta el país pasan por conseguir un aumento de la productividad, la creación de un entorno favorable para la colaboración público-privada y el control de las finanzas públicas.
La deuda pública de España alcanzó la cifra récord de 1,5 billones durante el tercer trimestre del año, hasta el 116% del PIB, influido por el despliegue de las medidas anticrisis. Si bien supone un recorte frente al 120% que marcó en 2020 por el estallido de la pandemia, expertos como el presidente y CEO de equipo económico, Ricardo Martínez Rico, advierten que la sostenibilidad de las cuentas públicas es uno de los mayores desafíos.
La economista jefa de Deloitte España, Ana Aguilar, destaca la importancia de que el PIB español no vaya a experimentar una contracción, algo que ve positivo en un contexto de incertidumbre como el actual. Este pronóstico va en línea con la previsión que baraja la Comisión Europea, que si bien ha rebajado el crecimiento hasta el 1,1%, se sitúa siete décimas por encima de la media de zona euro (0,3%) y muy por encima de Alemania o Suiza, para las que se prevé una contracción. Moncloa proyecta un crecimiento del 2,1% para este 2023.
La elevada inflación se han convertido en otro gran desafío para las economías mundiales. En España, el indicador adelantado coloca al IPC en el 5,8% en diciembre, la tasa más baja en un año. Ante esta situación, el director de Macroeconomía y Análisis Internacional en la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), Raymond Torres, prevé que mantendrá su tendencia a la baja y será en marzo cuando se atenuará el impacto de los precios energéticos en el dato de IPC.
Comparte visión con el economista jefe de BNP Paribas, Frédéric Pretet, quien considera que el aumento de los precios en España será más moderado que en Europa debido a que su repunte está más condicionado por los costes energéticos y los alimentos. De hecho, la tasa subyacente, que excluye estas dos variables, ha sido superior en diciembre, escalando hasta el 6,9%.
Las empresas se centran en la reindustrialización
En el marco de este escenario económico, empresas como Endesa, Gestamp, Indra o Rovi piden acelerar la reindustrialización a nivel nacional para evitar el excesivo peso de la actividad relacionada con los servicios y la dependencia de la producción de terceros países como China. Así, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha resaltado la reindustrialización como un factor esencial de cara a que pueda contribuir más a la economía, al tiempo que ha reclamado "huir de ideologías" en la reforma del mercado eléctrico europeo.
Si la crisis sanitaria abrió el debate sobre la necesidad de no depender de terceros países en sectores críticos, la crisis global de suministros ha puesto sobre la mesa la importancia del despliegue de las energías renovables y la electrificación del vehículo eléctrico. "Necesitamos fábricas para producir baterías eléctricas", ha remarcado el presidente de Gestamp, Francisco Riberas.
A este respecto, el consejero delegado de Indra, Ignacio Mataix, ha puesto el foco en el incremento del gasto en Defensa en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023, que se va a traducir en "una gran oportunidad" para desarrollar tecnologías "clave" tras los problemas en las cadenas globales. Desde el ICEX, su CEO, María Peña, señala a las renovables, los servicios en la nube y el automóvil como algunos de los sectores prioritarios de cara a captar inversión foránea. La receta está en identificar las barreras "que dificultan" la entrada de capital extranjero y reforzar las sinergias entre lo público y lo privado.
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