Al filo de los 1.800 dólares

El apetito por el riesgo resta brillo al oro: la onza cae a mínimos de julio

El precio de la onza se hunde cerca del 13% hasta el entorno de los 1.800 dólares desde el máximo histórico que alcanzó el pasado 6 de agosto en 2.069 dólares. 

El apetito por el riesgo resta brillo al oro: la onza cae a mínimos de julio
Txema Ybarra

El apetito renovado de los inversores por el riesgo, que tuvo anoche su ejemplo más claro con los nuevos máximos históricos en Wall Street, donde el Dow Jones de Industriales, que agrupa a 30 de las principales empresas de Estados Unidos, superó el martes el nivel de los 30.000 puntos por vez primera en sus 124 años de historia, ha restado brillo al activo refugio por excelencia, el oro. El precio de la onza se hunde cerca del 13% desde el máximo histórico que alcanzó el pasado 6 de agosto en 2.069 dólares. Este miércoles cotiza al filo de los 1.800 dólares por onza, en niveles que no se veían desde el pasado mes de julio. 

Los mercados de oro y plata se están quedando sin aire. Los precios han vuelto a estar bajo presión a medida que los indicadores económicos de EEUU han sorprendido al alza, como también lo han hecho en otras grandes economías como la alemana (rebotó al 8,5% en el tercer trimestre, más de lo previsto). Si a estas claves sumamos los avances de las farmacéuticas que compiten por desarrollar la vacuna contra el coronavirus y el horizonte algo más despejado para que la primera economía del mundo apruebe su paquete de estímulo billonario contra los efectos de la pandemia, los expertos no descartan que la demanda de refugio seguro por parte de los inversores vaya a menos y presione el precio del oro a la baja.

Las caídas que vienen experimentando tanto el oro como la plata en las últimas sesiones ponen en evidencia que "no es el 'statu quo' lo que más importa para los metales, es decir, la segunda ola de infecciones Covid-19 en los EEUU o en Europa, sino la dirección hacia la que se mueve la economía", apuntan desde el banco privado suizo Julius Baer. "Para nosotros, una mejora continua del entorno económico acompañada de una disminución de la demanda de oro como refugio seguro sigue siendo el escenario más probable para el próximo año, lo que explica por qué esperamos que los precios bajen", apunta Carsten Menke, responsable de Next Generation Research en la entidad. 

Este año no sólo ha reforzado la importancia de la demanda de un refugio seguro como motor de los precios del oro, sino que también ha demostrado la susceptibilidad del mercado a los cambios de opinión. "La última etapa del rally a niveles récord en verano fue claramente impulsada por el sentimiento, ya que los operadores técnicos y los seguidores de tendencia se pusieron al frente del mercado. Asimismo, estos participantes en el mercado han abandonado entretanto el mercado, lo que se suma a la reciente presión sobre los precios", asegura el experto. 

En un momento en el que en los mercados se hace evidente la rotación sectorial hacia los activos más cíclicos, la trayectoria del oro contrasta además con el recorrido que están siguiendo otros refugios como el bitcoin. Adam Vettese, analista del bróker eToro, apunta que con la nueva dinámica en el mercado, el oro se aprecia solo un 20% en lo que va del año frente al 150% de ganancia que registra la principal criptodivisa.

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