En un comunicado

El BCE desdice al austriaco Holzmann (halcón) y dice que está listo para actuar

El BCE anuncia las medidas para combatir los efectos del coronavirus sobre las economías del euro.
El BCE anuncia las medidas para combatir los efectos del coronavirus sobre las economías del euro.
EFE

Lejos de cerrarse con la crisis mundial que ha generado el coronavirus, la fracción entre los halcones (o miembros del hala más dura) y las palomas (los más moderados) va a más en el seno del Banco Central Europeo (BCE). Su pulso fue a más en los últimos meses del mandato de Mario Draghi y justo antes de que Christine Lagarde le sucediera en el cargo de presidente del organismo. Los ortodoxos hicieron públicas y notorias sus discrepancias en relación a las políticas ultralaxas adoptadas por la entidad... Y siguen haciéndolo.

Hoy ha sido el gobernador del Banco de Austria, Robert Holzmann -miembro del consejo de gobierno del BCE- quien ha asegurado, entre otras cosas, que "la política monetaria ha alcanzado sus límites" en una entrevista al periódico austriaco DerStandard. El BCE se ha apresurado a desdecirle en un breve comunicado de apenas seis líneas

En su entrevista al rotativo, Holzmann asegura que es imposible para el BCE cumplir con las expectativas del mercado. "Cuando los mercados vieron que Lagarde lo decía en serio, y que el BCE era unánime al respecto, se dieron cuenta de que los niveles actuales de acciones sobrevaloradas no se podían mantener", añade. El austriaco asegura además que la crisis puede tener un efecto de limpieza sobre la economía y que el consenso en el seno de la entidad es que la coyuntura actual necesita medidas fiscales.

Como respuesta a estas afirmaciones, el BCE asegura que "el Consejo de Gobierno fue unánime en su análisis de que, además de las medidas que adoptó el 12 de marzo de 2020, continuará supervisando de cerca las consecuencias para la economía del coronavirus en expansión" y "está listo para ajustar todas sus medidas, según corresponda, si esto fuera necesario para salvaguardar las condiciones de liquidez en el sistema bancario y asegurar la transmisión fluida de su política monetaria en todas las jurisdicciones".

Es un hecho que, al igual que hiciera Draghi, Lagarde ha venido sosteniendo que sin medidas de estímulo por parte de los países que cuentan con margen fiscal para ello, la sola acción del BCE no servirá para calmar a los mercados y para atajar los efectos de la pandemia sobre las economías del euro. De hecho, la francesa se mostró "triste", en relación a la decepcionante actuación anunciada hasta la fecha por parte de los gobiernos del área. 

El gobernador del Banco de Austria también ha querido marcar distancias entre esta crisis y la financiera que azotó al mundo desde 2008. "El coronavirus es ante todo un problema de salud que, si se hace bien, se puede resolver pronto. Por lo tanto, la situación es más simple que la crisis financiera de hace diez años, cuando hubo una gran agitación en el mercado financiero. Ahora hay una crisis en la que las personas no pueden trabajar y no se ofrecen ciertos productos; hay un shock de producción que se puede superar rápidamente", ha apuntado en la citada entrevista.

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