Llegan los TLTROs de marzo

El BCE ajusta su 'bala de plata' de liquidez para vacunar a la banca ante el Covid-19

Guindos y Lagarde reaparecen la semana que viene bajo presión.
Guindos y Lagarde reaparecen la semana que viene bajo presión.
L. I. / ECB

¿Puede una barra libre masiva ser más libre y más masiva? La respuesta solo la tiene el consejo de gobierno Banco Central Europeo (BCE) que se reunirá el próximo jueves 12 de marzo, si no antes como hizo la Fed, para adoptar nuevos movimientos en su política de tipos de interés, o cambios en sus actuales herramientas activas para combatir los efectos de segunda ronda que provocará el ‘shock’ económico del coronavirus. Entre esos efectos se encuentran un aumento de la morosidad corporativa, nuevas refinanciaciones para afrontar el repentino parón económico que puedan repercutir en la solvencia de las entidades.

Tras la oleada de rebajas de los tipos de interés en Australia, EEUU, Canadá o Hong Kong, el Banco de Japón o el BCE aparecen peor situados en esta ofensiva monetaria porque apenas cuentan con margen de maniobra, salvo profundizar en el terreno de los tipos negativos en que se encuentran. “Una reducción de los tipos del BCE para responder a las perturbaciones del Covid-19 sigue siendo poco probable en nuestra opinión, pero no se puede descartar debido [a la fortaleza] del euro”, apuntan los analistas de Bank of America.

Sin embargo, la autoridad monetaria que preside Christine Lagarde cuenta con un arma de mayor poder, su ‘bala de plata’ infalible hasta ahora como bálsamo del sector financiero: los TLTRO III o inyecciones masivas de liquidez a los bancos privados con carácter ilimitado bajo ciertas condiciones. Son las operaciones de refinanciación a largo plazo que instauró el BCE de Draghi en 2014 y que dieron la estabilidad al sistema financiero europeo desde entonces.

Es una de las herramientas a las que se refirió el vicepresidente Luis de Guindos el pasado cuando habló de “ajustar instrumentos”, aunque también al programa de compra de activos de 20.000 millones de euros mensuales o la tasa de penalización a los bancos del -0,5%, entre otras. Los expertos y el propio BCE esperan que en la subasta de marzo -que se dará a conocer el 18 de marzo- la afluencia de los bancos sea masiva, sobre todo, por la incertidumbre de la crisis del coronavirus.

Si la liquidez es la sangre de los bancos, el BCE es el donante de último recurso. En la primera de las subasta del actual TLTRO III celebrada en septiembre se presentaron un puñado de entidades que apenas solicitaron 3.000 millones. En diciembre, la situación cambió y decenas de bancos elevaron sus solicitudes a casi 100.000 millones. El motivo fue la puesta en marcha de los 'tiering' o escalonamientos que bonifican a los bancos en el caso de que justifiquen que ese crédito llegará a la economía.

Esa protección frente al temido -0,5% de penalización de la liquidez que guardan en el BCE ha permitido a las entidades europeas tener algo de margen de maniobra. En el mercado se baraja nuevos cambios a esa tasa, aunque fuentes del banco central declinaron comentar cualquier tipo de cambio o modificación en la política monetaria y emplazaron a la próxima comparecencia de Christine Lagarde para conocer los detalles.

Los bancos españoles, pendientes

Las entidades bancarias españolas están estudiando la posibilidad de acudir a la subasta, señalan fuentes financieras a este medio. Según fuentes del sector, a la última subasta acudieron cuatro de las principales cotizadas, Santander, Bankinter, Bankia y BBVA, pero la situación del mercado en los últimos días por el shock que se avecina del coronavirus tendrá a los bancos españoles en alerta hasta el último minuto.

De hecho, fuentes de una de las entidades más importantes, señalan que acudir a la subasta es algo que tienen en su hoja de ruta desde el principio, pero que la cantidad con la que entren variará en función de las perspectivas que tengan hasta el día 19, momento en que se realizará. Sea como fuere, y según afirman desde el sector financiero, esta nueva subasta tendrá más afluencia que las últimas de acuerdo con la situación de tipos vigente en este momento.

Liquidez, compras... ¿cambios regulatorios?

“Las provisiones de liquidez a través de operaciones de refinanciación a largo plazo o un aumento en las compras del QE (de 20.000 a 30.000 millones al mes) podrían ser más efectivas para permitir que el sector financiero amortigüe las luchas de flujo de caja del sector corporativo. Incluso un cambio de compras existentes hacia corporaciones privadas (probablemente como primer paso) podría ayudar con eso”, explican desde Bank of America en un informe sobre la cuestión.

Los analistas del banco de inversión abren el abanico a otras medidas de apoyo. Por ejemplo, la posibilidad de una relajación temporal de las normas reguladoras (incluidos los préstamos morosos) en Europa, aunque no es responsabilidad directa del BCE. En segundo lugar creen que también podría ayudar a evitar un evento de crisis crediticia un acuerdo europeo para usar el Banco Europeo de Inversiones para financiar impuestos, créditos o, incluso, la suspensión temporal de reembolsos de préstamos públicos concedidos o por conceder a las empresas.

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