Los países empiezan a poner cifras a las consecuencias económicas del coronavirus y los datos no permiten albergar optimismo alguno. Singapur, uno de los conocidos como 'tigres asiáticos', ha registrado el mayor retroceso de su PIB en más de una década, del 10,6% anualizado de acuerdo con los cálculos preliminares hechos públicos por su gobierno. Este dato, sumado a la expansión de la enfermedad, que ya ha obligado en Japón a poner en cuarentena a los 14 millones de habitantes de Tokio, su capital, da lugar a una nueva jornada de pérdidas en las principales bolsas del continente.
Precisamente, el Nikkei de Tokio ha cerrado esta mañana con un retroceso del 4,39%, siendo el índice más afectado de lejos por los recortes (despide sesión en 18.689 puntos). Las pérdidas a esta hora alcanzan el 1% en el caso del Kospi surcoreano y eso, pese a que el banco central del país ha seguido los pasos de la Reserva Federal de Estados Unidos y ha prometido una "cantidad ilimitada de liquidez" a las entidades durante los próximos tres meses para estabilizar el mercado financiero.
Las caídas se extienden a los índices de la China continental, aunque tanto el índice de Shanghái como el tecnológico Shenzhen retroceden alrededor del medio punto. Mientras el Hang Seng de Hong Kong se deja un 0,7%. Mejor han ido las cosas en Sidney, que dice adiós a la sesión con un avance del 2,3%.
En lo que respecta a las materias primas, el precio del petróleo cede terreno a esta hora. El barril de Brent, de referencia en Europa, se deja algo más del 1% hasta 27,06 dólares; mientras que el de crudo ligero estadounidense West Texas pierde alrededor del 1% hasta los 23,98 dólares, a las puertas de la reunión del G20 en la que Arabia Saudí ejercerá de anfitrión (pese a celebrarse de forma telemática) y después de que EEUU presionase al país para que estabilice los precios del oro negro.
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