Para retener capital y liquidez

El 'Covid-19' sacrificará casi la mitad de los 26.000 millones en dividendos 'Ibex'

La Bolsa española ha mantenido una rentabilidad histórica del 4% por dividendo.
La Bolsa española ha mantenido una rentabilidad histórica del 4% por dividendo.
EFE

Travesía por el desierto. El espejismo de las actuales rentabilidades por dividendo de gran parte de las acciones de la Bolsa española está desvaneciéndose conforme, una tras otra, las compañías cotizadas comienzan a cancelar, aplazar o poner en cuarentena el reparto de beneficios a los accionistas. La caída de los dividendos estimados para este 2020 podría alcanzar el 40%, según estimaciones de la banca de inversión, casi la mitad de los 26.000 millones de euros que se hubiesen repartido de abril a diciembre de no haber estallado la crisis del Covid-19.

"Esperamos que las consecuencias económicas del Covid-19 sean tan severas como la recesión de 2008 y 2009, pero más breves. Estimamos que el BPA (Beneficio por Acción) en las empresas europeas caerá un 40% este año, antes de recuperarse en 2021. El impacto de los dividendos debería ser de una magnitud similar, ya que las empresas preservan el flujo de capital, el efectivo y priorizan la responsabilidad social sobre el pago. Por lo tanto, los inversores deberían prepararse para un flujo de noticias corporativo más negativo", explica Emmanuel Cau, responsable de bolsa europea de Barclays

El banco de inversión británico recalca que los futuros sobre los dividendos del Eurostoxx 50 se negocian con un descuento del 60% respecto a lo que marca consenso. En lo que queda de 2020, las empresas que cotizan en la Bolsa española iban a repartir más del 80% de los dividendos comprometidos para el conjunto del ejercicio. Es la temporada alta de la 'cosecha', pero todo parece indicar que se quedará sin recoger en muchos casos. Según las estimaciones de Barclays, ese descuento representaría un recorte de 10.000 millones solo en 2020 en el caso de las empresas españolas.

El cambio ha sido radical de un mes para otro ante la necesidad imperiosa de retener liquidez y capital para afrontar el parón económico. El dividendo, que es la parte del beneficio que se destina al accionista, supone una salida de caja de la empresa o el banco, de modo, que debilita los balances, el colchón de liquidez y su pago, un lujo no asumible.

 Algunas grandes firmas ya se han apresurado a recortar su remuneración al accionista. Repsol ha cancelado la amortización del 5% de su capital valorada en 2019 entre 1.000 y 1.500 millones de euros. Amadeus e IAG han cancelado sus respectivos pagos al accionista hasta nuevo aviso. Santander también ha procedido a ahorrarse su dividendo en curso y el del año que viene. Inditex, la empresa con mayor caja, ha aplazado su dividendo extraordinario. La lista se alarga y parece interminable.

El sacrificio del dividendo de la banca ha dejado de ser una opción voluntaria para convertirse en una necesidad. Tanto es así que el Banco Central Europeo (BCE) emitió hace una semana la recomendación a los bancos europeos para que suspendan los dividendos programados hasta octubre, aunque en este caso tiene otro objetivo: que las entidades estén mejor capitalizadas para que concedan más préstamos a empresas y hogares. Andrea Enria, jefe de supervisión bancaria, fue algo más lejos al poner sobre la mesa una amenaza de medidas a las entidades que no hagan caso. Si no pagan dividendos, los bancos europeos podrán ahorrar 30.000 millones en capital y, de este modo, apalancarse más para conceder más préstamos. El supervisor del sector asegurador ha realizado la misma recomendación a las compañías aseguradoras.

La gestora de fondos Jupiter Asset Management recuerda que la caída bursátil que se ha presenciado en marzo es la más severa en la historia. El Ibex 35, por ejemplo, se desplomó un 22,2%, mientras que el petróleo se derrumbó un 47% en solo un mes. El mercado no solo descuenta un golpe doloroso, sino un camino difícil hacia la recuperación. "Para muchas empresas, 2020 será la peor que la crisis financiera: muchas se enfrentan períodos prolongados sin ingresos. En períodos de estrés, lo primero que hacen las empresas es recurrir a su balance para absorber la falta de flujo de caja”, explica sus gestores.

La rentabilidad por los pagos de dividendo es una de las fuentes de atracción para los inversores y de rentas, de modo que también habrá menos dinero, o nada, al bolsillo de los accionistas mientras dure la pandemia. "Si bien los bancos continúan generando ingresos ahora, ninguna compañía está configurada para operar en un posible mundo de ingresos cero. Los dividendos tienen que ser financiados por ganancias y las ganancias estarán bajo presión este año. En esta etapa tenemos la esperanza de que habrá una recuperación de las ganancias en 2021, lo que debería ser positivo para los dividendos", añaden desde Jupiter AM.

Según los datos de BME, la rentabilidad por dividendo -parte del beneficio destinado al accionistas- del Ibex 35 y el resto de las empresas cotizadas en España se había mantenido durante los últimos 32 años de forma ininterrumpida por encima del 4%. Solo el año pasado repartieron más de 30.000 millones de euros y más de 500.000 millones durante la última década. 2020, sin embargo, apunta a que se romperá la racha de forma abrupta a pesar de la caída bursátil. Todo por un coronavirus.

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