Guerra de precios con Rusia

EEUU mete presión a Arabia Saudí para que estabilice el petróleo antes del G20

El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo
El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo
Bianca De Marchi/AAP/dpa

Estados Unidos mueve ficha y lo hace para meter presión a Arabia Saudí para que estabilice los precios del petróleo antes de la reunión de los principales líderes mundiales en el marco del G20, un encuentro que se celebrará de forma telemática a finales de esta semana a causa del coronavirus y en el que, precisamente, los saudíes ejercen de "anfitriones". La guerra de precios y de aumento de la producción que Riad ha iniciado con Rusia -con la que prevé inundar el mercado con 12,3 millones de barriles al día a partir de abril- no ha podido llegar en peor momento, cuando la epidemia de Covid-19 está causando estragos a nivel sanitario y económico por todo el mundo.

Ese conflicto y el escenario de recesión al que se enfrentan las principales potencias ha hundido el precio de la materia prima de más del 60% en lo que llevamos de ejercicio. En el caso del Brent, de referencia en Europa, el desplome es del 61% hasta los 26,97 dólares a los que cotiza a las 16:00 horas; mientras que para el crudo ligero estadounidense West Texas (WTI) es aún mayor, roza ya el 62% con el barril en 23,87 dólares.

Ha sido el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, quien en una conversación telefónica con el príncipe heredero Mohammed bin Salman le ha expresado "la necesidad de que todos los países trabajen juntos para contener la pandemia" y "para mantener la estabilidad en los mercados mundiales de energía" en un momento en que bancos centrales, organismos internacionales y gobiernos redoblan sus esfuerzos para contener los efectos económicos de la pandemia.

Además y según un comunicado emitido por su departamento, Pompeo ha insistido al heredero saudí en que su país tiene "una auténtica oportunidad de estar a la altura de los acontecimientos y tranquilizar a los mercados energéticos y financieros en momentos en que el mundo enfrenta una seria incertidumbre económica". Según fuentes próximas al jefe de la diplomacia estadounidense a las que cita el Financial Times, varias compañías petroleras y algunos legisladores del país han presionado en los últimos días a la Casa Blanca para que tome cartas en el asunto.

No es de extrañar si tenemos en cuenta que la primera economía del mundo está entre los países productores más afectados por la fuerte depreciación de la materia prima, cuya producción a unos precios tan bajos solo sería rentable para Arabia Saudí y el resto de países que extraen el crudo siguiendo los métodos tradicionales. Esto no implica que los saudíes sean inmunes al derrumbe, como muestra el hecho de que su gobierno se haya visto obligado a aprobar un paquete de estímulo de 120.000 millones de riales sauditas (32.000 millones de dólares) para apoyar a la economía. 

Cuáles son las perspectivas de los gestores y analistas

Desde Singular Bank inciden en que las palabras del presidente Trump hace unos días dando a entender que podría intervenir en el mercado del petróleo, junto a la solicitud de compra de emergencia del Departamento de Energía de EEUU de 30 millones de barriles de WTI, sirvieron de catalizadores para un repunte significativo de la materia prima que, sin embargo, no ha terminado de cuajar. Si los saudíes no lo remedian, el resto de indicadores no hacen prever de momento que el precio del crudo vaya a recuperarse.

Luca Paolini, estratega jefe de la gestora francesa Pictet AM, recuerda que "el precio del petróleo puede ser indicador fiel de la actividad económica y de momento es previsible que se mantenga en los niveles actuales". Rob Lovelace, gestor y vicepresidente de Capital Group sostiene que el petróleo se mueve en una doble dirección, con la desaceleración económica y la lucha geopolítica entre los saudíes y los rusos. Sin embargo se pregunta "si no compraras una acción de petróleo en estos niveles, ¿cuándo la comprarías?" y recuerda cómo una parte de este problema tiene una motivación política que, de solucionarse podría llevar a este mercado a volver de nuevo "a su ser".

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