Hay que remontarse hasta agosto de 2011 en plena crisis económica, para ver el oro cotizando a los niveles actuales. La onza ha tocado esta mañana los 1.775 dólares, renovando su valor como activo refugio por excelencia ante el temor a la recesión económica a la que el coronavirus aboca a las principales economías del mundo. El parón de la actividad es tal que también está teniendo efectos importantes sobre otra de las materias primas, el petróleo, puesto que el hundimiento de la demanda impide que su precio pueda beneficiarse del acuerdo histórico entre la OPEP + y Estados Unidos para reducir la producción hasta los 9,7 millones de barriles diarios.
El oro se aproxima así al máximo que tocó hace nueve años en los 1.828 dólares por onza (que tocó el 5 de septiembre de 2011), lo que implica que se recupera tras el desplome que sufrió el pasado mes de marzo, cuando el precio llegó a caer hasta los 1.461 dólares, pese a que los inversores huían de la renta variable en busca de activos más seguros en medio de la pandemia. Esto obedeció, según los expertos, a que los inversores buscaban en ese momento liquidez.
James Luke, co-gestor del fondo Schroder ISF Global Gold, lo explica de forma muy clara: “a medida que se han intensificado los temores sobre el coronavirus y por el colapso de los precios del petróleo, hemos sido testigos de una carrera por la liquidez en todas las clases de activos. El oro y las acciones de oro se han visto atrapados en esta tensión”.
Mientras, Juan Ignacio Crespo, asesor del fondo Multiciclos F1 Renta 4 pone en valor el hecho de que ni las dudas sobre la continuidad del euro, ni la recesión europea de 2012-2013, ni las devaluaciones del yuan o las caídas de Bolsa de 2015-1016, ni los tipos de interés negativos del BCE y de los bonos soberanos europeos, y ni siquiera los acontecimientos de los dos meses últimos habían conseguido que precio del oro volviera hasta ahora a alcanzar su cota de 2011, lo que da buena idea de la magnitud de esta crisis.
Las perspectivas económicas han ido empeorando por momentos, y hoy será el turno del Fondo Monetario Internacional con sus perspectivas de primavera, en la que dará idea de hasta dónde puede llegar el colapso internacional por esta pandemia. De momento, el organismo que encabeza Kristalina Gueorguieva ha aprobado un alivio inmediato de la deuda para 25 países miembros con el objetivo de enfrentar las dificultades que se les vienen encima. Estos países recibirán ayuda financiera proveniente de un fondo para catástrofes que les permitirá cumplir con sus obligaciones de deuda con el FMI durante al menos los próximos seis meses.
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