El plan de 2 billones de dólares (1,8 billones de euros) proyectado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para hacer frente a la pandemia de coronavirus se atasca en el Senado. Los demócratas se niegan a dar luz verde al paquete, al considerar que éste ofrece a las grandes empresas un rescate excesivamente generoso y escasa supervisión, a la vez que no libera suficientes fondos nuevos para los hospitales. Este contratiempo se produce cuando EEUU es ya el tercer país con mayor número de infectados, puesto que superan los 33.000 (con 400 fallecimientos), de acuerdo con los datos dados a conocer por el Centro de Recursos sobre el Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins.
Y se da también cuando Ohio y Luisiana se han sumado a California y a otros cuatro estados más y han decretado el confinamiento de sus ciudadanos para evitar la extensión de la neumonía. Una medida que afecta ya a más de 100 millones de personas en todo el país. Esto, mientras el parón de la actividad que ya se está haciendo sentir con fuerza en la primera economía del mundo.
Uno de los principales escollos está en que el plan contempla una ayuda de hasta 500.000 millones de dólares (465.270 millones de euros) para rescatar a las grandes empresas afectadas por el brote de coronavirus, además de 50.000 (46.530 millones de euros) para respaldar a las aerolíneas. Los demócratas exigen a cambio garantías de que las compañías que reciben ese respaldo público no podrán recomprar acciones y restringirán, además, la compensación a sus ejecutivos. También se oponen a que no se haga público, como en principio prevén los republicanos, el nombre de las empresas que se acogen al paquete de estímulo.
"Este proyecto de ley afectará a este país y la vida de los estadounidenses, no solo durante los próximos días, sino también en los próximos meses y años, por lo que debemos asegurarnos de que sea bueno", ha zanjado Chuck Schumer, representante de los demócratas en las negociaciones. Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro de EEUU, es su contraparte por el lado de los republicanos.
En la última votación, que se ha producido después de dos días de negociaciones muy intensa, el plan ha recibido el mismo número de apoyos que de negativas en la Cámara, 47 a 47, cuando necesitaba un mínimo de 60 votos sobre cien para poder aprobarse. El líder de los republicanos en el Senado -donde estos cuentan con mayoría-, Mitch McConnell, ha alertado de que no hay tiempo para “ponerse a jugar con la economía estadounidense”.
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