Guerra de precios

Trump y Putin dan un paso al frente para estabilizar el petróleo... si Riad lo permite

El presidente ruso, Vladimir Putin (i), se reúne con el presidente de os Estados Unidos, Donald Trump (d), en el marco de la cumbre de líderes del G20 que se celebra en Osaka, Japón, este viernes. Los gobernantes del G20 y líderes políticos invitados come
El presidente ruso, Vladimir Putin (i), se reúne con el presidente de os Estados Unidos, Donald Trump (d), en el marco de la cumbre de líderes del G20 que se celebra en Osaka, Japón, este viernes. Los gobernantes del G20 y líderes políticos invitados come

Los líderes de Estados Unidos y Rusia, Donald Trump y Vladimir Putin, han encargado a sus principales funcionarios de energía que traten de alcanzar un acuerdo para estabilizar el mercado del petróleo. Su cotización se desploma en lo que va de año más del 66% a causa de la guerra de precios y producción que los rusos mantienen con Arabia Saudí, y cuando los primeros síntomas de recesión provocados por el coronavirus han congelado la demanda a nivel mundial. Una guerra que puede abocar a ambos a una crisis económica, en un momento en que la capacidad del almacenamiento es ya muy limitada y cuando la situación de la economía global va a ir a peor. El lunes el crudo americano West Texas (WTI) llegó a perder el nivel de los 20 dólares tras un descalabro que lo dejaba en niveles del año 2002. El hecho de que las dos potencias y, sobre todo Rusia, se avengan a tratar de frenar esta sangría ha animado su cotización y la del Brent.

Tras conocerse la conversación telefónica entre Putin y Trump la cotización del petróleo sí registró un cierto alivio, sin embargo sus efectos se han evaporado ya. El barril de WTI que llegó a superar los 21 dólares el martes, ha vuelto a retroceder a poco más de 21 dólares hacia las 13 horas; mientras que el del crudo de referencia en Europa cae más del 3% hasta los 25,45 dólares. El líder ruso podría verse obligado a ponerse en cuarentena los próximos días tras haber estrechado la mano a un médico ruso que dio positivo en Covid-19. Ahora está por ver si lo hará consiguiendo alcanzar un acuerdo con los estadounidenses que sirva para acercarle a sus anteriores socios de la OPEP, la organización que engloba a los principales productores y exportadores, liderada por los saudíes. 

"Rusia, que fue uno de los primeros países en sufrir el impacto (del desplome de precios), cuenta con mejores amortiguadores y una economía más diversificada y, por lo tanto, podrá soportar períodos más largos de reducción de los precios del petróleo", apunta Jeremy Cunningham, director de inversiones de Capital Group. De momento, las refinerías mundiales de petróleo han reducido su producción debido a la caída de la demanda de combustible para el transporte, lo que ha llevado en concreto a las europeas a recortar drásticamente el bombeo en al menos 1,3 millones de barriles por día, según Reuters.

Los precios aún pueden caer más

Pero el exceso de oferta es lo que más preocupa a los expertos porque la capacidad de almacenamiento es limitada y la situación de las principales economías va a ir a peor los próximos meses a causa de las consecuencias de la pandemia de Covid-19. "Simplemente no habrá compradores en el mercado al contado (...). La razón es que el almacenamiento mundial pronto se encontrará a máxima capacidad, lo que hará imposible comprar petróleo incluso a precios muy rebajados, almacenarlo y venderlo en 3-6 meses", apunta Michel Salden, responsable de Materias Primas de la gestora Vontobel Asset Management.

En su opinión es hora de que los saudíes y los rusos se den cuenta de que enviar más petróleo al mercado al contado simplemente ejerce una mayor presión a corto plazo sin que esto les aporte beneficios (hasta ahora sí vendieron a precios más bajos, pero con un volumen cada vez mayor). "Una vez que los volúmenes comercializados bajen, las presiones sobre las finanzas fiscales saudíes y rusas se dispararán. Por eso creemos que la guerra de precios entre Arabia Saudí, Rusia y EE.UU. llegará a su fin en los próximos meses", explica y añade además que están viendo estimaciones sobre la caída de la demanda en el segundo trimestre que oscilan entre el 10% y el 20%. Lo que añadirá aún más presión.

Una carrera para ganar cuota de mercado... en el peor momento

La carrera entre Moscú y Riad para tratar de ganar cuota a nivel mundial no ha podido llegar en peor momento. EEUU ya trató hace unos días, sin éxito, de convencer a los saudíes para que no siguieran adelante con su intención de inundar el mercado con 12,3 millones de barriles diarios a partir de abril (desde mañana empezaría a bombear 2,5 millones más de unidades al día de lo que hacía hasta ahora). Ahora, el presidente Trump parece tener algo más de suerte con Putín, que al menos se ha mostrado dispuesto a iniciar negociaciones para tratar de reconducir la situación.

EEUU, que es actualmente el mayor productor de petróleo del mundo, está especialmente interesado en que el oro negro se aprecie, puesto que a estos niveles no es rentable para sus productores -la técnica del 'fracking' o fractura hidráulica es más costosa que los métodos tradicionales de extracción que emplean los productores del Golfo Pérsico: Arabia Saudí, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait e Irán.

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Peores perspectivas de rating para el sector petrolero

Las perspectivas sobre el crédito para el sector petrolero y de gas han empeorado de ‘estables’ hasta ‘negativas’, de cara a 2020, de acuerdo con la agencia Scope Ratings. De hecho, prevemos que los precios del crudo se mantengan por debajo de los 50 dólares por barril durante este año, independientemente de que Rusia y Arabia Saudí lleguen a un acuerdo sobre el nivel de producción. Esos 50 dólares son el mínimo necesario para que las empresas puedan generar flujo de caja una vez que han abonado los dividendos a los accionistas. Teniendo en cuenta este contexto, la presión sobre los balances se verá aumentada y las compañías también deberán adaptar sus políticas financieras para mantener su calificación crediticia.

"Esperamos que, a corto plazo, las empresas pongan fin o pospongan la recompra de acciones y asuman cantidades moderadas de deuda para sostener los gastos de capital, conservando al mismo tiempo el efectivo. Las empresas también podrían proponer dividendos en forma de bonos como alternativa a los pagos en efectivo a los accionistas", apunta Marlen Shokhitbayev, analista del sector de petróleo y gas .

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