COP26, cita clave

El coste de no actuar contra el cambio climático: 60 billones perdidos en 2100

La economía mundial ve peligrar el 3% del PIB anual a partir de 2030 y la cifra se multiplicaría desde entonces, ante el impacto potencial de no avanzar hacia la descarbonización.

Petróleo plataforma petrolífera
El coste de no actuar contra el cambio climático: 60 billones perdidos en 2100
Pixabay

La transición ecológica afronta su mayor reto ante una crisis energética que ha puesto en duda el cambio de modelo energético para cuidar el planeta y que ha llevado a países a reactivar energías en desuso, como el carbón, para tener reservas suficientes. La espiral inflacionista del gas o el petróleo -que amenaza la recuperación económica- pone en evidencia que los sistemas económicos actuales necesitan energía para funcionar, pero la forma en la que se activa el mundo también tiene un coste. La economía mundial perderá 60 billones de euros en lo que queda de siglo si no se actúa contra el cambio climático ante las consecuencias en la salud, el agua, la calidad del aire y los daños relacionados con el clima extremo.

"Necesitamos salvar nuestro planeta", subraya Bank of America en un informe en el que detallan las consecuencias económicas de la contaminación, demasiado graves para obviarlas. La economía mundial verá peligrar más del 3% del PIB cada año a partir de 2030. Además, también está en riesgo, cerca del 5% del valor en los mercados globales (aproximadamente 2 billones de euros) "ante los cambios en los precios de la política climática, con un impacto potencialmente extremo en las ganancias para ciertos sectores". Pero el coste de no actuar no es finito, sino que a partir de 2030 la cifra irá en aumento hasta el pico de 69 billones de dólares (casi 60 billones de euros) para 2100. 

El cálculo de BofA se basa en las perspectivas de calentamiento global actuales. Incluso con importantes reducciones de emisiones, el coste financiero sería 54 billones de dólares (49 billones de euros) en el escenario más optimista, que el calentamiento global fuera de 1,5 grados. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) estima que las emisiones de CO2 restantes para que la temperatura media se eleve entre 1,5 y 2 grados se sitúan en torno a las 500 y 1350 gigatoneledas (gt), respectivamente. Esto implica que, con las emisiones anuales actuales de 42 gt de CO2 cada año, se alcanzarían estos aumentos en 12 y 32 años, respectivamente. 

No obstante, también hay riesgo de superar ese nivel térmico, entonces el coste económico es aún mayor: superior a los 150 billones de dólares (130 billones de euros). Las consecuencias parecen lejanas, ochos décadas hasta llegar a estas pérdidas, pero esto será la consecución del lastre de las energías sucias a lo largo de los años. El camino dejará escasez absoluta de agua para 1.800 millones de personas, 100 millones ante la pobreza -con el impulso a la migración climática- y la amenaza de que el nivel del mar suba en 2025, lo que afecta a una población de 800 millones.

Ante esta situación, el objetivo son las emisiones cero, es decir, el equilibrio entre la reducción y la eliminación de las emisiones de carbono de la atmósfera. Para ello, es necesaria la transición hacia tecnologías limpias en todos los sectores y se deberá hacer "a un ritmo sin precedentes", avisa BofA, que añade que "esta es la última década para actuar". 

Pese al riesgo inmediato, los cambios todavía se hacen esperar. Prueba de ello es un informe de KPMG en España, que revela que solo 17 de las 125 empresas del mercado continuo español, es decir, un 14%, tiene planes para alcanzar cero emisiones netas antes de 2050.  A nivel global, hasta ahora, los compromisos para reducir el impacto negativo cubren el 73% de las emisiones de CO2, según la Agencia Internacional de la Energía. Sin embargo, muy pocos de estos anuncios son legalmente vinculantes. Todavía hay más de 70 países firmantes del Acuerdo de París que no han presentado sus objetivos actualizados, con la preocupación de que algunos países los reduzcan. 

La transición supone un coste de 130 billones

Detrás de esta inacción también hay interés económico. El camino no será fácil, sino lento, caro y desigual. El coste total de la transición, según predice Bank of America, será de 150 billones de dólares (casi 130 billones de euros), es decir, tres veces los planes de estímulo contra la Covid-19 en esta década. Además, los esfuerzos de descarbonización podrían impulsar la inflación global hasta en un 3% anual, ya que la financiación del balance del banco central aumentará en 500.000 millones de dólares por año. "Ciertamente será costoso", subraya el informe. Sin embargo, pese a todo, lo ve factible porque el coste de la inacción es mayor y el impacto se verá compensado: "creemos que se puede lograr si la tecnología, la economía, los mercados y ESG unen fuerzas".

El objetivo de cero emisiones obliga a invertir a partir de ahora 5 billones de dólares cada año durante los próximos 30 años. Esta necesidad de inversión en transición energética "creará oportunidades", destacan los analistas de BofA. El cambio pone el foco en los servicios públicos, industriales, renovables, gases industriales y baterías desplegadas a escala, como el hidrógeno verde, la minería verde y la captura de carbono. Todas ellas se verán beneficiadas del cambio de tendencia y BofA apuesta por ellas para invertir.

La cita clave para todos los sectores impulsados por la descarbonización es la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26), que se celebrará en las próximas semanas. Los líderes mundiales se reunirán con la intención de fijar la estrategia para que las emisiones globales netas de carbono sean cero en el año 2050. Los compromisos que se alcancen pueden alterar drásticamente el equilibrio geopolítico global, con cerca de 100.000 millones de dólares movilizados al año para impulsar el cambio, especialmente en los países emergentes y menos desarrollados, muchos de ellos productores de materias primas contaminantes. El Programa de Medio Ambiente de la ONU estima que los costes de adaptación solo en los países en desarrollo alcanzarán los 140.000-300.000 millones de dólares para el 2030.

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