De 2020 a 2022

El coste de la pandemia dispara la deuda pública en 2.749 euros cada segundo

El Tesoro mantiene para el próximo año el mismo volumen de emisiones netas que en 2021, después de cerrar el año reduciéndolas un 25% respecto a lo previsto. 

La deuda pública cierra 2020 en el 117,1% del PIB
La deuda pública cerró el tercer trimestre de 2021 en el 122,1% del PIB

La crisis sanitaria del coronavirus encara en 2022 su recta final según los expertos y, con ello, los Gobiernos buscan confirmar la recuperación económica. El Ejecutivo español aspira a recuperar los niveles previos al estallido de la pandemia. Sin embargo, dos años después las cuentas públicas están lejos todavía de ello. La deuda pública alcanzó niveles máximos para poder sufragar el escudo financiero que ha mantenido la economía en los últimos meses. Así, en tres años de pandemia -incluidas las previsiones de emisiones para 2022- el endeudamiento de España se ha incrementado en 260.060 millones de euros. Es decir, suma 2.749 euros cada segundo.

El Tesoro preveía al inicio de 2020 emisiones brutas por valor de 32.500 millones de euros, es decir deuda nueva que se añadía al total que el Estado ya debía. Sin embargo, la irrupción del coronavirus obligó a incrementar esas previsiones hasta los 109.922 millones, cerca de un 240% más, para hacer frente al desajuste de ingresos y gastos públicos. Como resultado, el ratio de deuda respecto al PIB alcanzó el 120% por primera vez. 

En 2021, las complicaciones por la Covid se mantuvieron y, aunque se redujeron las emisiones netas, se mantuvieron a un nivel muy por encima del habitual antes de la Covid. En total, se emitieron 75.138 millones de euros en deuda nueva, frente a los 100.000 millones estimados al principio del año - gracias a los fondos de la UE para hacer frente a la reconstrucción tras la pandemia en el marco del programa 'Next Generation EU'-. 

La tendencia será similar en 2022, cuando el Tesoro también prevé 75.000 millones de euros en emisiones netas, manteniendo la "prudencia" ante un escenario todavía de incertidumbre. Esta financiación neta vendrá a través de la emisión de instrumentos a medio y largo plazo, mientras que los vencimientos se reducirán cerca de un 28% con respecto a los del pasado año. El volumen se añadirá a los 1,43 millones de euros que alcanzaba la deuda pública en el tercer trimestre -falta por conocer el dato de cierre de 2021- que se sitúa en máximos históricos. No obstante, su ratio respecto al PIB se ha visto moderado en los últimos meses hasta el 122,1% del PIB, por debajo del 125,3% del PIB del primer trimestre

Pese al volumen máximo de deuda, el coste de las emisiones se ha reducido y por primera vez en la historia ha cerrado el año en negativo. En concreto, el coste medio de la financiación para el Estado español se situó en el -0,04%, con más del 60% de las transacciones emitidas a tipos negativos. El Tesoro añadió que esta reducción ha permitido también que haya seguido bajando el coste medio del conjunto de la deuda, que se situó en el 1,64%, 22 puntos menos que en 2020. Al mismo tiempo que se alargan los vencimientos

Repunte del rendimiento de los bonos

Este despliegue de deuda pública no ha supuesto un impacto destacado en el rendimiento del bono español o en la prima de riesgo como sí ocurrió en periodos de crisis previos. La necesidad de financiación en España, al igual que en otros países de la Unión Europeo (UE), ha estado respaldada por los programas de compras del Banco Central Europeo (BCE). La autoridad monetaria -convertida en el principal comprador de deuda desde hace años- contaba con el programa de APP (Programa de Compras de Activos) y tras el estallido de la Covid lanzó el PEPP (Programa de Compras de Emergencia frente a la Pandemia). A través de ellos, el BCE ha llegado a acumular hasta 160.000 millones de euros al mes en compras de bonos europeos.

Sin embargo, la situación puede cambiar pronto ante un escenario de normalización de la política monetaria por el inicio de la retirada de estímulos del BCE. En la última reunión, el banco central de los Veintisiete acordó reducir el ritmo de compras en pleno repunte de la inflación. A partir de octubre de 2022, el banco central mantendrá las compras netas de activos en el marco del APP (que ya existía antes de la pandemia) a razón del 20.000 millones de euros al mes "durante el tiempo que sea necesario". En cambio, espera poner fin al PEPP a finales de marzo de 2022.

Esta reducción de estímulos ya se hace notar en el mercado de deuda, presionando el coste de la financiación pública que hasta ahora registraba rendimientos mínimos. La rentabilidad de un bono es la relación entre su cupón y el precio, de manera que las subidas revelan un aumento de sus ventas. Así, el bono español a 10 años alcanza máximos desde la primavera de 2020, con un interés próximo al 0,66%. En este escenario también influye la subida de los tipos de interés que la Reserva Federal de EEUU ya ha anticipado para este 2022 por la elevada inflación, aunque el BCE lo descarta.

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