Lo que Elon le dio... Musk se lo quitó. El fundador de Tesla y Space X ha asestado un golpe seco al mercado de las criptodivisas. Duro, contundente y en forma de tuit, como por otra parte ya tiene acostumbrado a su público. El fabricante de coches eléctricos deja de aceptar pagos en bitcoin para adquirir sus vehículos. Un cambio radical de planes en menos de tres meses que ha dejado descolocados a los inversores. Tanto, como para impulsar ventas en masa que han hundido la capitalización del conjunto de criptomonedas más de un 16%. Algo más de 400.000 millones de dólares (alrededor de 331.080 millones de euros) de valor se han esfumado en poco menos de veinticuatro horas -con los datos disponibles al cierre de esta edición-.
El bitcoin se ha hundido cerca del 10% en ese intervalo de tiempo hasta el entorno de los 49.200 dólares, por lo que se deja ya alrededor del 23,5% desde el máximo histórico que marcó a mediados de abril en los 64.256 dólares. El ether se ha depreciado un 12% del miércoles al jueves hasta los 3.721 dólares; mientras que el dogecoin -que ha pasado de 'meme' a cripto favorita del propio Musk, quien se plantea aceptarla como medio de pago de sus vehículos de lujo- se ha precipitado un 15,7% hasta los 0,398 dólares.
El emprendedor sudafricano justifica su decisión en el hecho de que el bitcoin requiere una cantidad muy elevada de energía para la minería y las transacciones y que ésta proviene fundamentalmente del carbón. Es un argumento que ha sido esgrimido en numerosas ocasiones por los detractores de la moneda digital. Musk, aparentemente, no se encontraba entre ellos.
De hecho, el tirón de la 'cripto' más popular ha permitido ganar a su compañía 101 millones de dólares tras la venta de un 10% de la inversión de 1.500 millones de dólares en el activo digital que realizó el pasado mes de febrero. Una operación con la que, según su director financiero, la compañía ingresó 272 millones de dólares. El comunicado a la Security Exchange Commission (SEC, por sus siglas en inglés) anunciando aquella adquisición el pasado 24 de febrero aupó al bitcoin un 22% en una sola jornada.
Era la primera vez que una gran empresa dedicaba parte de su tesorería a comprar criptodivisas, haciendo caso omiso a la regla no escrita que lleva a las corporaciones a colocar su efectivo en activos más seguros y menos volátiles. Ahora, el segundo hombre más rico de la tierra -según Forbes- asegura que no venderá más activos digitales (mantiene 1.331 millones de dólares desde el pasado mes de marzo) y la pregunta que se hacen los analistas es hasta cuándo.
El problema de este giro inesperado es que llega en un momento donde la sobrecompra es "extrema", por lo que "abre la puerta a mayores correcciones", advierte Sergio Ávila, analista del bróker IG. Más aún, Hans-Jörg Naumer, director de Mercados de Capitales Globales e Investigación Temática de la gestora Allianz Global Investors, incide en que el fenómeno bitcoin sigue siendo, entre otras cosas, "una consecuencia del exceso de liquidez de los bancos centrales", por lo que puede considerarse como un "indicador anticipado de burbujas".
Por si fuera poco, este jueves se ha hecho público que el Departamento de Justicia y el Servicio de Impuestos Internos (la instancia federal del Gobierno de EEUU encargada de la recaudación fiscal y del cumplimiento de las leyes tributarias) de Estados Unidos están investigando a Binance Holdings, la mayor plataforma a nivel mundial de intercambio de criptodivisas, por supuestas actividades ilícitas. En concreto se está siguiendo la pista de varios usuarios ante la posibilidad de que hayan incurrido en delitos de blanqueo de dinero y evasión fiscal.
