Impacto en los precios

Covid, chips, inflación y guerra: la crisis se reinicia para el sector automovilístico

Las paradas en varias fábricas por falta de componentes, materias primas o mano de obra se suman a los problemas por el incremento de costes que asume la industria.

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Covid, chips, inflación, guerra... la crisis se reinicia para el sector automovilístico
EFE

La crisis en el sector automovilístico, lejos de solucionarse dos años después de estallar la pandemia, amenaza con agravarse ante los nuevos factores que han surgido en los últimos meses. Los últimos confinamientos en China y la falta de componentes esenciales se añaden a la crisis que sufre la cadena de suministro, afectando a la producción, a la vez que las compañías enfrentan una escalada de precios inédita en las últimas décadas. Es decir, una tormenta perfecta que amenaza a sus márgenes

"Todavía estamos en el punto álgido de la escasez de chips. Espero que comencemos a ver mejoras a más tardar el próximo año, pero aún tendremos que lidiar con una escasez fundamental en 2023". Oliver Zipse, presidente de BMW, ha sido el último en avisar sobre el complicado escenario que aún enfrenta la industria por una crisis que arrastra durante dos años. El director financiero de Volkswagen, Arno Antlitz, fue más pesimista y hace unos días señaló 2024 como fecha para recuperar plenamente la actividad habitual, aunque el nivel de producción sí que espera que el próximo año sea ya igual que en 2019, antes de la Covid. 

Pero la escasez de chips es solo el origen de una crisis que se alarga. Ahora los fabricantes de coches también registran falta de otros componentes como los arneses de cableado, de los que Ucrania es responsable de gran parte de su producción. Las fábricas en el país han visto paralizada su producción por la guerra. Lo mismo ha ocurrido en las plantas rusas, aunque el motivo fueron las sanciones impuestas desde Occidente, que incluyen la prohibición de exportar semiconductores a Rusia.

A ello se suma el paro en varias fábricas de automóviles en China debido a los confinamientos masivos a los que obliga la política de 'Covid cero' del Gobierno de Xi Jinping. La fábrica de Tesla en Shanghái, epicentro de la última ola de contagios, permanece cerrada desde el pasado 28 de marzo. BMW detuvo temporalmente su producción en Shenyang, mientras que el consorcio alemán y Toyota suspendieron su producción en cuatro plantas de Changchun, igual que las fábricas de Volkswagen en Shanghái y Changchun.

El nublado escenario que afronta el sector ha provocado la salida de los inversores de estas compañías. Las caídas en sus cotizaciones van en línea con el mercado debido a la volatilidad que ha impuesto la guerra en Ucrania y las sanciones contra Rusia. No obstante, el desplome es mayor en el caso del sector. Así, el índice EURO STOXX Automobiles & Parts cae casi un 16%  en el año, mientras que el STOXX Europe 600, se deja algo más del 5%. Entre los valores más castigados destaca Renault, que pierde más de un 30% desde enero tras ser una de las compañías más expuestas al mercado ruso y las americanas Ford y General Motors

Impacto de las materias primas

Durante 2021, los fabricantes de coches se vieron impulsados en bolsa por el auge del coche eléctrico. Sin embargo, la tendencia ya no continúa. El sector asume otro coste disparado: el precio del litio. En un año ha subido más de un 450% después de que "la creciente demanda de baterías para vehículos eléctricos ha superado la oferta de los principales productores de Australia y Chile", explica Ben Laidler, analista de eToro. Las baterías de los vehículos eléctricos representan el 70% de la demanda de litio, y el precio medio de las baterías ronda ahora los 9.000 dólares, es decir, más del 20% del coste del vehículo.

Algo similar ocurre con el níquel, también necesario para los coches eléctricos y cuyo precio se ha más que duplicado en un año, o el aluminio, que se usa en la fabricación de cualquier vehículo y con un precio un 40% superior que hace un año. Por su parte, el coste mantener activas las fábricas y la logística es ahora mayor por la inflación energética

El incremento no se ve compensado con mayores ventas. Además de reducir su producción por los problemas en las cadenas de suministro, el consumo se ve amenazado por los riesgos de desaceleración económica y los mayores precios, sobre todo de los carburantes. Como resultado, por ejemplo, la demanda ha caído casi un 12% en China, el mercado de automóviles más grande, en marzo, mientras que el mercado ruso sufrió un desplome del 63% en las ventas, según los datos de la Asociación de Empresas Europeas (AEB). Para hacer frente a este escenario el incremento de precios para inevitable. Una decisión que ya aplican los fabricantes de vehículos eléctricos: Tesla y las compañías chinas Nio y Xpeng anunciaron la subida. 

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