13 aniversario de su lanzamiento

Las criptomonedas sufren un vía crucis tras el 'crash' y la crisis de confianza

Las monedas digitales pierden un 71% de su valor en el último año, mientras crecen las voces que piden que es necesario regular este tipo de activos, que se han visto perjudicado por la crisis energética.

Las criptomonedas sufren un vía crucis tras el 'crash' y la crisis de confianza
Las criptomonedas sufren un vía crucis tras el 'crash' y la crisis de confianza. 
Pixabay

Desconfianza. Esa es la palabra que resume los últimos doce meses de las criptomonedas. El 13 aniversario del lanzamiento del bitcóin (abstenerse supersticiosos) ha sido especialmente malo para estas monedas digitales, que operan al margen de los mercados regulados, y cuya credibilidad está ahora en juego. Lejos queda la capitalización billonaria con la que entraron en 2022 después de tocar máximos históricos, con una pérdida anual de valor superior al 70%, con las que borran las ganancias cosechadas desde enero de 2021. 

El 'rally' que llevó a las 'criptos' a valer cerca de tres billones de dólares se ha evaporado en mitad de la racha bajista que impera en los mercados financieros, poniendo de relieve su correlación con la renta variable, donde el ánimo inversor ha estado marcado por la crisis energética, la inflación y las subidas de los tipos de interés. La quiebra de FTX el pasado mes de noviembre, cuyas consecuencias aún están por cuantificar, ha servido de colofón para este 'annus horribilis', en el que los cimientos del ecosistema 'cripto' han comenzado a tambalearse. 

El punto de partida del efecto dominó se encuentra en la caída de TerraUSD, la mayor firma de 'stablecoins', que estaba vinculada a la paridad con el dólar y perdió casi todo su valor en menos de una semana durante la pasada primavera. Su caída dejó tocado a todo el sector, con un impacto de 40.000 millones de dólares, que le valió el apodo de Lehman Brothers de las 'criptos'. El sector no tuvo que esperar mucho tiempo hasta que la Caja de Pandora se abrió, empujando a este sistema al colapso. 

La primera bancarrota se produjo a los dos meses, con el batacazo de Celsius Network. De aquí en adelante la lista de empresas afectadas ha ido en aumento: Three Arrow Capital, BlockFi o Genesis Trading, que mantiene bloqueada la retirada de fondos desde hace mes y medio. Algo más de 'suerte' ha corrido la quebrada Voyager Capital, cuyos activos, valorados en unos 1.000 millones de dólares serán comprados por el gigante Binance, la compañía que rechazó comprar FTX. 

Los problemas financieros y de reputación también han llegado a las empresas españolas. Mundo Crypto, fundada por el canario Mani Thawani, ha anunciado el despido del 8% de la plantilla, formada por unos 150 empleados. El grupo ha justificado estos recortes ante el actual contexto económico, que contrasta con sus planes de renovar el equipo con hasta 35 trabajadores que se redistribuirán en diferentes secciones y, de momento, no planea cerrar oficinas, aunque ha admitido que ha elevado las provisiones.  Mundo Crypto está en el punto de mira de los reguladores, sobre todo, de la CNMV, que la ha incluido en su lista gris.

Entre la bancada de supervivientes, sin embargo, van ganando peso las reducciones de personal. Uno de los planes de ajuste más polémicos ha sido el 'exchange' de criptomonedas Bybit, que tiene intención de despedir al 30% de los trabajadores. Se trata de la segunda reestructuración que el grupo con sede en Singapur va a ejecutar en solo un año y se une a la australiana, Swyftx, que va a prescindir del 40% de su fuerza laboral, según recoge 'Cointelegraph'. 

Auge y caída de los pesos pesados

Las principales referencias no han escapado de este torbellino. El bitcóin cae hasta los 16.500 dólares, mientras que el Ethereum -la segunda más relevante- se mueve en el entorno de los 1.100 dólares. En ambos casos la pérdida supera el 70% desde máximos de 2021 y marcan mínimos anuales. Un informe elaborado por JPMorgan arroja que más de la mitad de los usuarios transfirieron ahorros a plataformas de 'criptomonedas' cuando su valor estaba por encima de los 40.000 dólares, lo que se traduce en pérdidas para el grueso de los inversores. 

En este sentido, uno de los grandes perdedores de este desplome es El Salvador, que en septiembre de 2021 se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el bitcóin como moneda en curso legal. Sin embargo, esta iniciativa no ha tenido la penetración esperada, ya que tan solo uno de cada cinco negocios las acepta como método de pago, a pesar de que la ley les obliga. Según los datos recabados por Funcas, el 80% de la población percibe la idea como un "fracaso", cifra que contrasta con las aportadas por la nación centroamericana, desde la que defienden que el sector turístico ha experimentado un crecimiento del 30% gracias a este proyecto

A título individual, multinacionales como Tesla, a los mandos de Elon Musk, han mostrado abiertamente su respaldo hacia estas monedas, dando la opción de adquirir un vehículo con ellas. En España, el RCD Espanyol, es pionero en este sentido también con el reconocimiento de hasta 30 criptomonedas diferentes para comprar productos en su tienda 'online'. Más adelante tiene previsto activar una segunda fase en la que permitirá pagar abonos. 

En este contexto cada vez son mayores las voces que lamentan la falta de regulación y ponen sobre la mesa la necesidad de impulsar leyes que controlen este tipo de activos. La Comisión Europea ya estudia la opción de exigir a los proveedores de criptoactivos, entre las que se encuentran las aplicaciones de compraventa, la obligatoriedad de notificar los movimientos de personas residentes dentro de la UE en aras de agilizar la lucha contra el fraude o la evasión fiscal. Lo hace después de impulsar la ley del mercado de criptoactivos (MiCA), por sus siglas en inglés, en un intento por amparar bajo la ley estas operaciones.

En Estados Unidos, por su parte, la puesta en marcha de un experimento sobre el dólar digital es considerada como un precedente para sentar las bases de una política sobre activos digitales. El 'criptoinvierno' divide a los que defienden que estos activos han venido para quedarse y que la desaparición de muchas empresas forma parte de un proceso de renovación natural frente a los más críticos, a los que no termina de convencer las bases sobre las que se asientan estas monedas cibernéticas. 

Mostrar comentarios