Cuatro semanas para el impacto: Bruselas y May aceleran para evitar el Brexit duro

  • La premier y las autoridades comunitarias maniobran para evitar los efectos sobre el mercado de una salida forzosa del Reino Unido de la Unión Europea
May y Juncker en Egipto
May y Juncker en Egipto

Cuatro semanas para impacto. El próximo 29 de marzo Reino Unido saldrá, en principio, de la Unión Europea y tanto la primera ministra británica, Theresa May, como los responsables europeos maniobran a contrarreloj para evitar un Brexit forzoso. Los expertos temen que si entramos en el mes de marzo sin novedades vayamos inevitablemente hacia una salida desordenada, con el consiguiente impacto en los mercados europeos. De momento, la libra ha escalado hoy a máximos de 2017 en su cruce frente al euro por encima de 1,16 unidades.

En última instancia, la premier británica ha planteado varias alternativas a los diputados para desatascar las negociaciones. Entre ellas estaría la de una prórroga "corta" y "limitada" del Brexit hasta finales de junio como máximo. May ve progresos en sus conversaciones con los líderes europeos de cara a negociar acuerdos alternativos que permitan solventar "en paralelo" las actuales suspicacias de la Cámara de los Comunes acerca del pacto sellado con Bruselas, sobre todo en lo que afecta a la salvaguarda para la frontera irlandesa.  

De momento y en tanto que esto sea así, el Parlamento británico votará de nuevo ese acuerdo el próximo 12 de marzo. En caso de no salir adelante, como ya sucedió en enero, apostaría por plantear una moción al día siguiente para que los diputados respalden o rechacen una ruptura con la UE sin acuerdo. Desde Link Securities entienden que el objetivo de la líder británica es lograr un acuerdo con Bruselas que satisfaga a los críticos de su partido y atraiga a parte de los miembros de la oposición.

Precisamente, el líder del Partido Laborista, Jeremy Cobyn, ha apostado por la celebración de un segundo referéndum sobre el Brexit, por lo que parece haber cedido también a las presiones de una parte muy relevante de su partido. Los laboristas temen la fecha del 12 de marzo por su proximidad a la fecha de desconexión.  

EL DATO

Efectos perversos del Brexit sobre la economía británica

El Banco de Inglaterra ya advirtió de que un Brexit duro podría depreciar la libra un 8% y provocar un desplome de los precios de la vivienda en el entorno del 30% y disparar la inflación hasta el 6,5%, lo que obligaría a tomar medidas al propio emisor con subidas de los tipos de interés.

El horizonte también se ha ido llenando de nubarrones para las compañías españolas con exposición a Reino Unido. En la presentación de su Plan Estratégico 2018-2022, que ha hecho público hoy, Iberdrola asegura que un 'hard Brexit' no tendría un impacto material inmediato directo en la actualización del plan, excepto por la conversión de moneda, cubierta para 2019. La situación se plantea, sin embargo, más complicada para IAG.  

El holding de aerolíneas que conforman Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus podría llegar a tener vetado los vuelos en el espacio aéreo europeo por la nacionalidad británica de la empresa matriz. El eventual pinchazo de la libra se cebaría también con las otras grandes firmas españolas con un importante porcentaje de ventas en las islas: Telefónica (13%), Santander (10%), Ferrovial (29%), Sabadell (28%) y Amadeus (7%).

La presidenta de la entidad cántabra, Ana Botín, aseguró durante la presentación de los resultados anuales de la entidad que el banco contempla todos los escenarios y tiene cubierto el riesgo de la libra con derivados hasta finales de 2019. Eso sí, reconocía que una salida sin acuerdo tendría efectos negativos para la economía británica que deberían evitarse. 

Evitar distorsiones en el mercado

De momento, los supervisores europeos también ponen sus barbas a remojar y están trabajando en varias medidas para evitar distorsiones en caso de que finalmente se imponga el Brexit sin acuerdo. Durante la jornada 'Bloomberg Capital Markets Forum' el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Sebastián Albella, ha mostrado su preocupación por el problema que supone obligar a los intermediarios europeos a hacer las operaciones en centros europeos cuando el valor esté cotizado en Europa, ya que los hay que cotizan también en Reino Unido y a veces el centro más líquido es el británico.

El presidente del regulador ha defendido, además, que las relocalizaciones "no sean puramente aparentes", sino que las compañías que se trasladen a Europa monten estructuras "que tengan su propia sustancia" y se puedan supervisar. "Que no tengan todo delegado en Reino Unido", ha apuntado. También lamentaba que a falta de solo un mes para la salida "sigamos con esta incertidumbre".

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