19 de noviembre

La cumbre del Brexit mete presión a la libra y desluce el efecto de la vacuna

Cuotas pesqueras, soberanía y competencia leal se han mantenido hasta ahora como escollos insalvables para dar lugar a un acuerdo que necesita un plazo de tramitación mínimo de seis semanas en Europa

La libra y el Brexit
La cumbre del Brexit mete presión a la libra y desluce el efecto de la vacuna
Pixabay

La Unión Europea y Reino Unido van quemando los cartuchos de las fechas límite para la desconexión total de los británicos (el final del periodo de transición del Brexit el próximo 31 de diciembre) sin que aparentemente haya avances en las líneas rojas que las partes se han marcado para alumbrar su pacto comercial. Este jueves los líderes de los Veintisiete se reúnen por videoconferencia para debatir la respuesta europea a la crisis del coronavirus y estaba previsto que pudieran estudiar también un eventual acuerdo, que debería ratificarse en apenas unos días en la reunión que se celebrará en el Parlamento Europeo del 23 al 26 de este mes

El problema es que para tramitar ese pacto serán necesarias seis semanas. El plan del primer ministro Boris Johnson de violar el acuerdo preliminar se ha topado con varios obstáculos. Por un lado, la Cámara de los Lores ha retirado las polémicas cláusulas del proyecto de Ley de Mercado Interno, que contravenía todo lo pactado previamente con Bruselas. Por otro, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha advertido a Downing Street de que si viola el Protocolo de Irlanda pondría en peligro un tratado de libre comercio con EEUU. 

Entre los principales escollos en las conversaciones se mantiene el hecho de que Reino Unido se niega a mantener las cuotas de pesca en sus aguas pactadas previamente (algunas incluso antes de la incorporación de los británicos a la entonces Comunidad Económica Europea en 1973). Francia y Bélgica son los países más afectados y sus gobiernos han dejado claro que no están dispuestos a ceder demasiado. Los británicos exigen que se respete plenamente su soberanía, en alusión a la intención de la UE de desarrollar un mecanismo para crear normas conjuntas a lo largo del tiempo. A lo anterior se suma que la Comisión Europea ha dejado claro que si Londres quiere acceder al mercado de la UE con aranceles y cuotas cero tendrá que comprometerse a dar garantías sólidas sobre la competencia leal.

Lo cierto es que las últimas negociaciones se han realizado a puerta cerrada y es difícil saber en qué situación se encuentran estos temas, como reconocen desde la consultora de análisis de mercados MacroYield. Los comentarios que han trascendido hasta el momento apuntan a que los escollos se mantienen. "Un potencial acuerdo eliminaría incertidumbres", apuntan desde el departamento de Análisis de Bankinter, sobre todo en un momento en el que, como recuerda Adam Vettese, analista del bróker eToro, los mercados han paralizado sus subidas en las últimas horas al aumentar la presión sobre el acuerdo comercial del Brexit.

Todo este proceso, sumado a la crisis generada por la pandemia de coronavirus, mantiene el pulso sobre la libra, que en el arranque de la semana ha sido la divisa más golpeada frente al dólar en el espacio del G10 después de la corona noruega. El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, recordaba estos días que la incertidumbre está posponiendo las decisiones de consumo e inversión de las empresas, disparando el ahorro a niveles históricamente altos, lo que a su vez lastra el crecimiento económico y eleva el desempleo. 

Los cuatro ciclos bajistas de la libra en cincuenta años

Desde finales de los años sesenta la libra ha atravesado cuatro ciclos diferentes de devaluación profunda e intensa, tal y como explica el economista Juan Ignacio Crespo. Los tres primeros tuvieron lugar: de 1968 a 1977 (a raíz de la devaluación anunciada por el entonces primer ministro Harold Wilson); de 1986 a 1996, incluido el episodio del 'miércoles negro' en el que George Soros se embolsó más de 1.000 millones de libras por su apuesta bajista contra la moneda británica; y de 2000 a 2009, con el varapalo sufrido al final de ese periodo a raíz de la crisis financiera internacional.

En esos periodos la caída en la cotización de la libra ha sido de media entre el 32% y el 41%. En el periodo bajista actual, que se inició nada más anunciarse el referéndum para el Brexit en el otoño de 2015, la pérdida de valor es del 18%, lo que "puede dar lugar a pensar que aún le queda mucho recorrido a la baja", sostiene Crespo. Es cierto que el último máximo relativo de la libra esterlina fue muy inferior a los máximos precedentes y, al mismo tiempo, se da la circunstancia de que "en ninguna de las tres ocasiones anteriores en que la libra ha marcado un mínimo frente al euro real (2008) o frente al euro sintético (1976 y 1995) se ha situado por debajo de la paridad, aunque se le haya aproximado mucho", apunta el economista.

En su opinión, lo más probable es que esta vez el suelo de un euro por libra resista también el embate, puesto que el Brexit debilitará tanto a la Eurozona como al Reino Unido. "Pero en el caso de una salida sin acuerdo y con las aduanas de Reino Unido entre colapsadas y cerradas, la libra podría irse a 0,90 euros por libra (en el mejor de los casos) y a 0,80 en el peor", prevé.

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