La deuda europea se agita: el bono galo sale de negativo y Grecia supera a Italia

  • En España el resultado electoral incierto eleva ligeramente la prima de riesgo y la rentabilidad de nuestro bono soberano de referencia 
Mario Draghi y Cristina Lagarde./EFE
Mario Draghi y Cristina Lagarde./EFE

Algo se está moviendo en el mercado secundario de la deuda en la zona euro, coincidiendo con el estreno de Christine Lagarde al frente del Banco Central Europeo (BCE). Los inversores están vendiendo bonos de los países que comparten moneda tras meses de fuertes compras que hundieron las principales referencias a diez años a terreno negativo (donde solo se mantienen ya los bonos alemán, el austriaco y el holandés) e hicieron temer el estallido de una burbuja. El interés del bono francés a diez años vuelve a pisar terreno positivo después de meses en rojo y el del griego supera al italiano.

La rentabilidad del bono francés a diez años escala hasta el 0,031% y abandona el terreno negativo en que se mantenía desde el pasado mes de junio. Lo mismo ha sucedido con la referencia belga en los últimos días, y la eslovaca va camino de seguir la misma estela a lo largo de ésta o las próximas sesiones. Mientras y en el caso griego, el interés del 10 años se sitúa en el 1,34% y supera ya al italiano (1,329%).

Los mercados financieros siguen contando con la flexibilización cuantitativa (mecanismo de compra de deuda) del BCE y pese a estas alzas lo cierto es que los rendimientos se mantienen en niveles históricamente bajos. Lagarde, que asumió el cargo a comienzos de este mes, tendrá que cerrar una brecha entre los representantes de los países que se encuentran en una posición fiscal más cómoda, como Alemania, los Países Bajos y Francia, que se opusieron a la decisión de reanudar la compra de bonos, y la periferia. Su tono, hasta la fecha, ha sido equilibrado puesto que se ha mostrado a favor de una política monetaria acomodaticia, pero también ha reconocido sus efectos secundarios y la necesidad de vigilarlos.

El caso ¿particular? de España

En el caso español, la situación a nivel europeo se completa con un escenario incierto a nivel político, más todavía que antes de celebrarse las elecciones del domingo. Dario Messi, Investigador de renta fija del banco suizo Julius Baer recuerda que los ejecutivos inestables "siguen siendo uno de los principales obstáculos a superar en Europa para llevar a cabo las reformas necesarias y sustanciales". Recuerda cómo hasta hace relativamente poco líderes como el presidente francés Emmanuel Macron no habían advertido sobre la inestabilidad política en Europa.

Mientras, Barclays sigue pensando que con los actuales números sobre la mesa, la formación de un gobierno de coalición liderado por el PSOE con Podemos y Mas País y el apoyo de los partidos nacionalistas regionales es la opción más probable. "Pero la incertidumbre es muy alta y otros escenarios, incluidas las nuevas elecciones, no deberían descartarse por completo en esta etapa", apuntan.

Sin embargo, explican que incluso suponiendo que los pocos partidos independientes, no nacionalistas (es decir, PNV, CCA-PNC-NC, PRC, ¡TERUEL EXISTE!) prometan sus 11 votos, esa coalición solo tendrá 169 escaños y aún no logrará la mayoría absoluta y requerirá de una segunda votación de investidura . "Si bien las matemáticas pueden ser favorables, para que este escenario se materialice, Sánchez e Iglesias necesitarán llegar a un terreno común, algo que ha resultado difícil de alcanzar en el pasado", apuntan desde la entidad, donde ven cómo el presidente en funciones tiene menos incentivos que en septiembre (cuando el PSOE pidió elecciones anticipadas) para dejar de lado a Iglesias y bloquear a Podemos de cualquier representación del gobierno.

Gilles Moëc, economista Jefe de la gestora AXA Invesment Managers, también hace referencia a que la situación de "casi parálisis" en nuestro país es una de las características generales de la actual política europea. "La nueva coalición de Italia es frágil; la coalición en Alemania afronta sus propios desafíos, mientras el liderazgo de Merkel se desvanece. Y París continúa generando ideas para un nuevo 'salto europeo', pero independientemente de cómo se reciban las propuestas francesas, la realidad es que es muy difícil avanzar cuando los Gobiernos nacionales de muchos países están afrontando sus propios dilemas existenciales", apunta el experto.

Desde su punto de vista, en el caso concreto de nuestro país es factible para la coalición de izquierda conseguir el apoyo de las formaciones políticas regionales, mientras que será prácticamente imposible para el bloque de derechas lograr esto, dada su fuerte vocación centralista. 

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