Fin de las compras de activos

La deuda periférica se encomienda a un gesto del BCE que evite 'fragmentación'

Los países del sur de Europa afrontan la incertidumbre sobre la refinanciación y el servicio de la deuda por la espiral alcista de las rentabilidades de los bonos hasta máximos desde 2014.

Christine Lagarde desvelará este jueves la hoja de ruta del BCE.
Christine Lagarde desvelará este jueves la hoja de ruta del BCE.
ECB / L. I. / Archivo

En cuestión de unos pocos meses, las expectativas de financiación de los estados del euro han cambiado radicalmente. No debería haber sorpresas porque el Banco Central Europeo (BCE) ha advertido por activa y por pasiva que la barra libre de financiación para sus socios estaba ligada a la emergencia de la pandemia y llegaría a su fin tarde o temprano. Sin embargo, la inflación ha comenzado a extenderse por la economía, obligando a la autoridad monetaria a acelerar el cierre del grifo con el final de las compras de deuda y adelantar al mes de julio el principio de las subidas de los tipos de interés, las primeras en once años.

La reunión de este jueves servirá para resolver algunas de las incógnitas sobre el grado de compromiso de Christine Lagarde con el endurecimiento monetario, pero también si habrá algún tipo de programa de alivio para los grandes emisores europeos una vez se extinga el mecanismo APP. Es una cuestión que comienza a esta sobre la mesa. Países como Italia y Grecia están sufriendo el aumento de los costes de financiación y la fragmentación respecto a sus pares europeos. La rentabilidad del bono italiano a diez años se sitúa en el 3,5%, mientras que el griego roza el 4% con primas que oscilan entre los 210 y 260 puntos básicos respecto a la referencia alemana.

España y Portugal están en un segundo escalón pero están notando igualmente como se tensa la cuerda en los mercados. El interés deuda a diez años del Tesoro Público español y del luso escalaron este miércoles hasta el 2,5%, su nivel más alto desde 2014, con las primas en torno a los 110 puntos básicos. El 'bund' alemán ha dado un giro radical este año con uno de los movimientos más rápidos de su historia y su rentabilidad ha pasado del -0,37% en diciembre, al 1,35% en el momento actual. Poco a poco, esta escalada se está trasladando a la carga de intereses de las finanzas públicas de los países conforme salen al mercado para vender sus bonos y letras.

Para los responsables de la financiación pública española, esto no será un problema aunque ya han comenzado a dar explicaciones en foros especializados. “Los tipos están altos, sí, tan altos como en 2014 pero los diferenciales siguen igual que en 2019 antes de la pandemia, lo habitual y eso es una buena noticia", señaló este miércoles en declaraciones a 'Bloomberg TV' el director saliente del Tesoro, Pablo de Ramón-Laca. 

"Nuestro trabajo es gestionar la transición hacia los tipos más altos y que las primas estén contenidas. Vemos una transición fluida hacia las tasas más altas”, apuntó Ramón-Laca, que en noviembre se enrolará en el Fondo Monetario Internacional (FMI). “La inflación es una amenaza real y debe ser contenida por eso la labor del BCE es tan importante y tiene las herramientas para conseguirlo. Confío en ello”, añadió.

La inflación, aliada del Gobierno con la deuda

Si la agencia emisora de deuda del Gobierno descarta tensiones por ese lado, el mercado en cambio sí que comienza a notar que algo está cambiando. "La liquidez no va a ser un problema, no vemos que vengan riesgos por ahí. Sí que se está notando que la construcción de libros (oferta-demanda) es más lenta. Hay incertidumbre”, señala Salvador Jiménez, analista de Afi

En su opinión, unos tipos de interés en el 2% o 2,5% no deberían generar ningún problema. "Es aceptable. Además hay que recordar que la inflación es buena para mejorar la ratio deuda / PIB", añade el experto. En este sentido, España mantiene un IPC superior al 8% según las últimas lecturas y la relación entre la deuda pública y el PIB está desescalando desde el 120% que ha alcanzado después de la dosis de endeudamiento por el Covid-19.

En un informe reciente, Afi advierte que la ratio deuda/PIB crecerá en el medio plazo si no se contiene el déficit primario. "El cambio de tercio del BCE vendrá acompañado de un reequilibrio en el precio relativo de la deuda soberana. La percepción de riesgo asociado a la inversión en deuda española es moderada, si se compara el episodio de reacción de los mercados ante la Covid-19 con el producido desde el verano de 2021", augura esta firma.

Erick Muller, responsable de producto y estrategia de Muzinich & Co, subraya la importancia del encuentro del BCE para que tanto emisores como inversores planifiquen sus próximos movimientos. "La reunión de este jueves será importante para decidir sobre los tipos que deben modificarse y para que se anuncie formalmente el fin del Programa de Compra de Activos (APP) en los primeros días de julio", apunta Muller y confía en que el siguiente anuncio sea la subida de tipos para el 21 de julio. 

Según este experto, "el último discurso de Philip Lane parece explicar que cuando habla de una subida 'gradual' de los tipos se refiere a subidas trimestrales de 50 puntos básicos (pb)”.  Desde Muzinich & Co esperan “cuatro subidas de 25 pb cada una en las reuniones de julio, septiembre, octubre y diciembre” y, de cara a 2023, Muller cree que habrá más.

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