La gran fábrica del mundo

Dos años de Wuhan: China cambia otra vez marcha para reactivar su economía

El Banco Popular de China rebajó los tipos de interés a medio plazo por primera vez desde abril de 2020 cuando se confirma una desaceleración en el crecimiento del país en los últimos meses del año.

Xi Jinping
Xi Jinping
EFE

China se prepara para impulsar su economía ante los primeros signos de ralentización justo dos años después del inicio de la mayor crisis sanitaria que paralizó su actividad. Para evitar una nueva caída, el Banco Popular de China ha decido recortar el tipo de interés aplicado a la facilidad de préstamo a los bancos con un año de vencimiento. El gigante asiático va un paso por delante de las otras grandes economías y, tras ser el primero en sufrir el impacto económico de la pandemia y, meses después, impulsar su reapertura, ahora deja atrás las preocupaciones por la inflación -que no ha llegado a alcanzar las altas tasas de Occidente- para centrarse en su crecimiento económico. 

El dato que ha hecho saltar las alarmas fue el crecimiento interanual de su producto interior bruto (PIB) en el cuarto trimestre, que alcanzó el 4%. Superó las expectativas, pero evidencia una ralentización significativa respecto a los periodos anteriores. Se trata del crecimiento trimestral más débil desde principios de 2020. En los tres primeros trimestres, el crecimiento interanual había sido del 18,3 %, el 7,9 % y el 4,9 %, respectivamente. En estas estadísticas cobra importancia la producción industrial. No obstante, dieron un respiro, en especial la producción de automóviles que creció por primera vez desde abril, y permitieron compensar la caída en las ventas minoristas

Como medida para reactivar y consolidar su crecimiento económico, el Banco Popular de China anunció este lunes una rebaja de sus tipos por primera vez en casi dos año. La última decisión afecta a los tipos a medio plazo y, aunque es reducida, anticipa una política monetaria más laxa. En concreto, redujo en diez puntos básicos, hasta el 2,85% desde el 2,95%, el tipo de interés aplicado a la facilidad de préstamo a los bancos con un año de vencimiento. Asimismo, el banco central rebajó también en diez puntos básicos el tipo de interés aplicado a las operaciones de refinanciación con vencimiento a una semana, situándolo en el 2,10% desde el 2,20%.

El banco central de China se convierte así en el primero en reducir las tasas en 2022 tras una decisión a contracorriente del resto de grandes bancos centrales, que ya han endurecido o se preparan para endurecer la política monetaria frente a la inflación. Entre ellos, la Reserva Federal de EEUU  (Fed), la otra gran potencia económica y rival de China. Sin embargo, el momento económico es diferente y el gigante asiático, primer afectado por la crisis del coronavirus, encara ahora una desaceleración económica sin que el repunte de precios sea un gran problema. De hecho, el último dato de inflación en China, de diciembre, se moderó al 1,5% frente al 2,3% del mes anterior.

Junto a la reducción de tipos, el banco central del gigante asiático ha reforzado su intervención con la inyección de 700.000 millones de yuanes (96.434 millones de euros) a través de esta facilidad a doce meses, lo que supone un incremento de 200.000 millones de yuanes (27.552 millones de euros) respecto de los vencimientos previstos. Estas medidas se añaden a otras Pekín ya está incentivando, como la emisión de bonos utilizados por los gobiernos locales para financiar infraestructuras.

El objetivo es evitar que la tendencia en las variables de crecimiento se mantenga a la baja. El mayor riesgo para la economía china sigue siendo la pandemia. Su política actual de 'Covid cero', que impone bloqueos radicales en un intento por mantener a raya a la variante Omicron, amenaza de nuevo a las fábricas del país que podrían tener que volver a parar, añadiendo problemas a la situación actual de la cadena de suministros. Además, el freno en el mercado inmobiliario, que ya mostró sus debilidades en 2021, lastra el crecimiento del país. Las continuas caídas en las ventas de propiedades reducen la inversión en vivienda.

El origen de la crisis de suministros

La evolución económica de China marca el camino del resto como ya hiciera hace ahora dos años. En enero de 2020 los casos del entonces llamado 'virus de Wuhan' -la ciudad en el centro de China donde se detectaron los primeros contagios de la Covid-19- comenzaban a extenderse junto a la preocupación internacional por el impacto económico que provocaría la dependencia con este país, convertido en la gran fábrica del mundo. La rápida propagación del virus obligó a cerrar la ciudad de Wuhan con cerca de 11 millones de habitantes y, con ello, la paralización de toda su industria. A este confinamiento le siguieron el de otras ciudades, hasta el cierre completo del país que impidió continuar con el curso habitual de la cadena de producción.

Fue el origen de la crisis de suministros que actualmente afecta a un gran número de sectores ante un proceso logístico actual basado en el 'just in time', es decir, las compañías no almacenan sus piezas sino que las piden según sus necesidades. El antecedente de una crisis sanitaria era el virus del SARS que afectó a China en 2003, pero apenas dejó impacto económico a nivel internacional. Sin embargo, la gran diferencia era el tamaño e influencia económica del país. El impacto de su cierre no se notó de manera inmediata porque le siguieron los confinamientos en Occidente. Sin embargo, meses después China lideró la reapertura y, una vez que Europa y EEUU también retomaron su actividad, se produjeron las tensiones que actualmente afectan al mercado, tanto de productos como de energía. 

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