Draghi dará flexibilidad a su discurso para preparar la reunión clave de junio

  • Subrayará los factores pasajeros causantes del enfriamiento de la actividad para, a continuación, apuntar la confianza en la aceleración económica.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi
El presidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi
EFE

El jueves llega uno de los platos fuertes de la semana. El BCE celebrará una reunión que muchos expertos consideran de transición, pues el máximo objetivo del organismo es obtener margen de acción de cara al encuentro clave de junio, una cita de la que "sí esperamos anuncios decisivos o, al menos, gestos tendentes a señalar la finalización de las compras netas de activos en la zona euro durante el último trimestre de 2018", según señala el equipo de inversiones de imdi funds, perteneciente a Intermoney. 

De vuelta al encuentro del jueves, tras un comunicado que se antoja continuista, las verdaderas claves llegarán con la rueda de prensa de Draghi, en la que "el presidente del BCE abordará el enfriamiento de la economía de la zona euro durante el inicio del año, el comportamiento del euro y las implicaciones de las fricciones comerciales". 

Respecto al freno económico, los expertos de imdi funds destacan que asistiremos a una explicación en la que se pondrán de relieve cuestiones como la adversa meteorología, las huelgas en países como Alemania y Francia e incluso el brote de gripe que ha hecho perder bastantes jornadas de trabajo en algunas naciones. En otras palabras, "se subrayarán los factores pasajeros causantes del enfriamiento de la actividad para, a continuación, apuntar la confianza en la aceleración económica durante el presente trimestre". 

En lo referente al euro, se prevé que mande la lectura de su cotización nominal, en especial, frente al dólar. El último encuentro del BCE llegó precedido del coqueteo del cruce con niveles clave durante el mes de febrero, además de por la consecución de máximos no vistos desde 2014 en relación a las monedas de sus principales socios comerciales. No obstante, en las últimas semanas, "la divisa comunitaria parece haber tornado hacia un comportamiento lateral en su cruce contra dólar y su evolución respecto a las divisas de los principales socios comerciales también se ha enfriado". Por lo tanto, la preocupación en el seno del Consejo del BCE hacia la reacción del euro a los mensajes de Draghi podrá ser matizada, aunque persista.

Desde la perspectiva de la inflación, continuará presente la posibilidad de que el euro lime décimas, pero este hecho puede diluirse a la sombra de otro que juega a favor del BCE: la re-escalada de los precios del crudo. En este punto, "debemos tener claro que el objetivo de inflación en la UEM se articula en base al índice general del IPC y no a nivel subyacente". De forma que el avance del petróleo dará algo más de margen a nuestro banco central, dado que sus últimas previsiones se construyeron con precios del barril Brent de 65 dólares para 2018, frente a sus actuales valores próximos a 75 dólares. 

El último punto a tratar serán las fricciones comerciales, aspecto respecto al cual se articulará un tono prudente, aunque no exento del recordatorio de los riesgos. Entre éstos, la posibilidad de asistir al deterioro de las perspectivas de la confianza empresarial y la inversión.

Riesgos a un lado, en conjunto, "el discurso de Draghi irá encaminado a diluir ciertos temores y dotar de la máxima flexibilidad al BCE de cara a la reunión de junio", la cual debería estar marcada por nuevos pasos hacia la menor generosidad. Así, el escenario central para los próximos meses que divisamos para el BCE es acorde con lo apuntado por las filtraciones y por su economista jefe, Peter Praet. En otras palabras, las compras netas de activos llegarán a su fin de forma progresiva a finales de 2018 y las alzas de tipos, hacia el inicio del verano de 2019

Hervé Chatot, gestor de multiactivos de La Française, ha destacado que "no esperamos cambios ni nuevos anuncios sobre el QE o su orientación futura". Además, ha recalcado que "durante las últimas semanas, los datos económicos han sido más flojos de lo esperado. Las condiciones financieras se han endurecido, los riesgos políticos se han incrementado derivados de las preocupaciones de una guerra comercial". Sin embargo, "las previsiones del BCE sobre la inflación son bajas y los miembros del BCE podrían tener más confianza sobre la trayectoria de la inflación. La normalización de la política monetaria debería ser gradual. Esperamos ver el final del programa QE para finales de año y la primera subida de la tipo de depósito en el segundo trimestre". 

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