Duro Felguera espera el último paso para que se formalice su rescate público. Tras la 'luz verde' de la SEPI y el visto bueno del consejo de administración de la compañía, el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar este martes el rescate público temporal la empresa asturiana. En total, la ayuda ascenderá a 120 millones de euros y busca garantizar la viabilidad de la compañía de ingeniería y bienes de equipo.
El 'salvavidas' para la compañía también es un alivio para los inversores y la compañía, a la espera de la aprobación en el Consejo de Ministros, sube en bolsa algo más de un 1%. Pasadas las 11 horas las acciones de la compañía se situaban en torno al 1,38 euros.
La compañía ya subió este lunes más de un 3% tras el visto bueno de la compañía a las condiciones de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y cuando el Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas fue aprobado se disparó hasta un 20%. Desde ese día, la empresa registra un alza del 13%.
La solicitud de Duro Felgura al fondo de rescate, tramitada el pasado agosto, se concreta en un préstamo participativo de 70 millones de euros, otro ordinario de 20 millones y la suscripción por parte de la SEPI de una ampliación de capital por importe de 30 millones para su entrada temporal en el capital de la empresa.
El visto bueno de la SEPI al rescate público temporal, al que el Gobierno del Principado aportará 6 millones de euros, se produjo después de que la multinacional asturiana llegara a un acuerdo con la banca acreedora, a la que solicitaba la refinanciación de 85 millones de euros de deuda.
El grupo asturiano, que perdió el pasado año 171,6 millones de euros, frente al beneficio de 1,4 millones del anterior ejercicio, había insistido en varias ocasiones en que podría verse en "graves dificultades para mantenerse en funcionamiento" si no recibía el rescate público.
Duro Felguera, con más de 150 años de historia y proyectos ejecutados en países de todo el mundo, redujo su plantilla a lo largo del pasado ejercicio de 1.546 a 1.173 empleados y cerró el año con una deuda bruta de 95,3 millones de euros y un patrimonio neto negativo de 147 millones de euros.
