Energías de Portugal (EDP) se ha convertido en un centro de gravedad para Unicaja Banco, la sexta mayor entidad financiera de la bolsa española. Su participación indirecta en la eléctrica portuguesa supone cerca de la mitad de su cartera de empresas participadas, que vale más de 1.000 millones de euros tras la absorción de Liberbank. El banco que preside Manuel Azuaga ha triplicado el tamaño de este pequeño 'holding' industrial tras la fusión después de que se haya incorporado a su balance Oppidum Capital, sociedad compartida junto a la familia Masaveu, que posee el 7,2% de EDP.
EDP es el principal activo del vehículo de inversión asturiano desde una década. La participación del 44% que posee ahora Unicaja fue la gran dote que aportó Liberbank a la unión. Representa un 3,2% indirecto de las acciones de la eléctrica y están valoradas en alrededor de 500 millones de euros. También supone un flujo de dividendos continuo para Oppidum, que en 2021 recibió 49 millones de euros brutos por esta vía a razón de 0,19 euros por cada una de sus acciones. La alianza Masaveu-Liberbank (ahora Unicaja) se mantiene estable desde que la lusa se hizo con el 100% de la asturiana Hidroeléctrica del Cantábrico en 2015.
De este modo, la retribución percibida en estos ocho ejercicios por Oppidum superará los 400 millones de euros en dividendos en 2022, aunque los ha reinvertido en su mayor parte en nuevos negocios energéticos y apenas los ha distribuido a sus dos socios. Si algo no cambia es el dividendo de la eléctrica portuguesa, que sigue imperturbable en los 0,19 euros por acción durante casi una década, según los datos de su página web.
EDP mantuvo estos pagos pese a la ampliación de capital de 1.020 millones de euros que realizó para la compra de Viesgo a Macquarie, que le llevó a aumentar el número de acciones en circulación. El desembolso estimado para este año se situará de este modo en torno a los 750 millones de euros y, de ellos, 54 millones irán para sus accionistas españoles. Para Oppidum es clave este flujo de ingresos ya que respaldó la ampliación de capital de EDP con 73 millones de euros en 2020 en una compra financiada a crédito.
Pese a que la compra apalancada de acciones se paga sola con los dividendos, la posibilidad de un recorte en la retribución supone un foco de riesgo para Oppidum, el tercer mayor accionista de EDP por detrás de China Three Gorges Corporation (20,2%) y Blackrock (7,4%). Sin embargo, los lusos han vuelto a ratificar su política de retribución pese a las complicaciones del último año.
EDP registró un beneficio de 657 millones de euros en 2021, un 18% menos que en 2020, por el impacto negativo asociado al cierre de las centrales térmicas en el mercado ibérico. Dicho de otro modo, la empresa repartirá próximamente a sus accionistas más dividendos que su propio beneficio. Sin extraordinarios, la compañía ganó 826 millones, un 6% más.
El Ebitda consolidado del grupo cayó un 6%, hasta 3.723 millones de euros, del que el 62% procede de renovables. La incorporación de la eléctrica española Viesgo, adquirida al fondo de inversión australiano Macquarie, ha disparado en un 51% la aportación del segmento de redes. La capacidad instalada total se situó en 24,7 GW (gigavatios), un 4% por encima de la del ejercicio anterior, el 80% renovable. En 2021 se añadieron 2,6 GW de capacidad instalada eólica y solar, lo que supone un "año récord".
La eléctrica ha destacado que la crisis energética no les está beneficiando, sino perjudicando por el alza de precios en los mercados mayoristas internacionales y la menor disponibilidad de los recursos hídricos para generar electricidad. "Ha habido una gran volatilidad en los precios de la energía, y EDP no se benefició de estas subidas", apuntó el viernes el consejero delegado del grupo, Miguel Stilwell de Andrade.
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