Medidas contra el golpe de la Covid

EEUU, China y Francia: tres modelos para salvar a sus joyas cotizadas de la crisis

EEUU, China y Francia: tres modelos para salvar a sus joyas cotizadas de la crisis
EEUU, China y Francia: tres modelos para salvar a sus joyas cotizadas de la crisis
L. I.

En pleno estallido de la pandemia del coronavirus, el Gobierno de Pedro Sánchez y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) construyeron su propia fortaleza en torno a las compañías cotizadas para proteger a aquellas consideradas como estratégicas de ataques malintencionados. Lo hicieron a través del veto a los bajistas que el regulador estableció el pasado 16 de marzo, recién estrenado el estado de alarma; pero también, a través de la decisión del Ejecutivo de blindar a las compañías de sectores clave para evitar operaciones hostiles de inversores extracomunitarios.

Esa opción habilita a Moncloa para bloquear cualquier maniobra de un inversor no europeo que trate de alcanzar una participación igual o superior al 10% del capital social de la sociedad española o a tomar el control de su órgano de Administración. 'Cada maestrillo tiene su librillo' y España no es la única que opta por el enroque para evitar los ataques a las joyas de la corona: Estados Unidos, China o Francia cuentan también con sus propios modelos o estrategias de defensa para evitar la toma de control por parte extranjera de sus compañías más emblemáticas.

París: nacionalizaciones donde sea necesario
Macron

El presidente Emmanuel Macron lo ha repetido hasta la saciedad: el Elíseo saldrá en defensa de las empresas con capital público, ampliando su porcentaje en las mismas o tirando de nacionalización, si fuera necesario para evitar cualquier desembarco no deseado después de que la crisis originada por la Covid-19 haya hundido las valoraciones en bolsa. Actualmente el Estado francés es el accionista de referencia en once empresas cotizadas que abarcan un buen número de sectores clave, desde la aviación (Air France, ADP), el aeroespacial (Airbus, Thales, Safran), pasando por la fabricación de automóviles (Renault), las comunicaciones (Orange) y la energía (EDF, Engie). Esta acción se produce en un contexto en el que el PIB de Francia se ha hundido un 6% a causa de la pandemia, en lo que supone su mayor contracción desde mayo del 68.

La mayor posición la ostenta actualmente en Electricite de France (EDF), con un 83,5% del capital. Los títulos de la primera eléctrica en términos de generación y distribución del país se ha hundido un 27,5%, llegando a a tocar un suelo histórico en los 6,05 euros por título. También en el sector energético cuenta con un porcentaje en Engie (la antigua GDF Suez), que ve desplomarse sus títulos un 31,2% en lo que llevamos de ejercicio y también a marcó un suelo inédito de cotización el mes pasado. París controla un 15,01% de Renault y un 14,29% de Air France-KLM y son, precisamente el automóvil y las aerolíneas dos de los sectores que con diferencia están sufriendo más en esta crisis a raíz de la paralización de la producción y los problemas en las cadenas de suministro, de un lado; y de la cancelación de vuelos y rutas y la imposibilidad de volar, de otro. 

EEUU: un rescate multimillonario para gigantes 
coronavirus Estados Unidos

A finales de marzo, el Gobierno de EEUU dio luz verde al mayor paquete de estímulos aprobado nunca antes por un país: 2,2 billones de dólares a través del bautizado como Plan Cares (que son las siglas en inglés de Ayuda, Alivio y Seguridad económica). Ese bazuca contempla 500.000 millones de dólares en forma de préstamos a las empresas de sectores estratégicos, como las aerolíneas o el turismo. La crisis financiera de 2008 ya dio lugar a rescates multimillonarios de la banca y de los grandes gigantes de la automoción estadounidenses. Con posterioridad se ha calculado que sólo la desaparición de estos últimos podría haberse llevado por delante más de 2,6 millones de puestos de trabajo y habría traído consigo, además, pérdidas económicas por valor de 105.300 millones de dólares.

Fue el modo de salvar a las compañías 'too big to fail' (las que llevaban aparejado un riesgo sistémico en caso de quiebra) de la mayor crisis hasta entonces desde la Gran Depresión. Se trataba de inyecciones multimillonarias que, en ningún caso y como sí sucedió en muchos casos en Europa, se daban a fondo perdido. El ejemplo más claro de este plan de acción fue lo sucedido con la banca. Con el respaldo del Congreso, el Tesoro estadounidense inyectó 700.000 millones de dólares en el sistema financiero en varias fases, convirtiéndose así en accionista. A los pocos meses, esas mismas entidades empezaron a devolver el dinero recibido y el Gobierno federal fue vendiendo también las acciones que tenía en su poder. En 2012 ya había recuperado todo el dinero invertido en el rescate al sector.

En el caso del automóvil, la Administración de Barack Obama inyectó 50.000 millones de dólares en General Motors de la que pasó a controlar un 60,8% del accionariado. Canadá puso sobre la mesa otros 12.500 millones que hicieron a su Estado dueño de un 11,7% del capital del fabricante de coches. El rescate del tercer grupo por tamaño del sector, Chrysler, se saldó con menos dinero: 12.500 millones. El Gobierno federal se mantuvo en el capital de General Motors durante cinco años hasta diciembre de 2013 y su rescate le acarreó finalmente pérdidas por valor de 9.700 millones de dólares. 

China y la delgada línea entre lo público y lo privado
El alojamiento que ofertaba Airbnb en la Gran Muralla china

Hace poco más de medio año que el Gobierno de Xi Jinping decidió eliminar el límite a la inversión extranjera en bonos y acciones chinas. Esta reforma, que fue tomada como un paso estratégico para reformar su sistema financiero, no ha eliminado sin embargo el proceso de control que sigue existiendo alrededor de las compañías de sectores clave. Según el bróker IG, alrededor de 203,26 billones de euros (1,6 trillones yuanes) de acciones del mercado chino están en poder de inversores extranjeros. Con el levantamiento de este veto, Pekín daba un espaldarazo al yuan de cara a su uso internacional y buscaba ademas limar asperezas con Estados Unidos en plena guerra comercial.

"Las empresas chinas tienen un mecanismo de intervención casi inmediata del Estado si se produce una pérdida importante de capital en bolsa en compañías de sectores estratégicos", explica a La Información el economista Javier Santacruz. La caída de las cotizaciones y de la Bolsa en general, que ha tenido especial incidencia en las compañías estratégicas, es así más difícil para otros países (por ejemplo para los europeos) que para el gigante asiático, puesto que su mecanismo se activa de forma automática ante fuertes pérdidas. Es uno de los numerosos muros de contención que tiene la segunda economía del mundo en sus cotizadas, a las que no es tan fácil acceder para formar parte de su accionariado. 

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