EEUU y China alientan el polvorín del petróleo: se hunde un 38% desde octubre

  • Europa se queda sin armas para hacer frente a una desaceleración mayor con los tipos aún en cero
Plataforma petrolera en Escocia
Plataforma petrolera en Escocia
Pixabay

Tan pronto se hunde un 6%, como sucedió en Nochebuena, como se dispara cerca del 8% -lo hizo en la sesión del pasado miércoles- o vuelve a hundirse un 4% en las últimas horas. Y todo, sin referencias suficientes en las que apoyar tanto vaivén. La cotización del petróleo se ha convertido en un polvorín que puede saltar por los aires en cualquier momento. El miedo -casi irracional según algunos analistas- a un frenazo de China, Estados Unidos y Europa está añadiendo volatilidad extra al mercado de materias primas. 

El barril de Brent, el crudo de referencia en el Viejo Continente mantiene a duras penas los 53 dólares, por lo que se ha hundido más del 38% desde octubre y cerca del 21% en el año. En el caso del West Texas el retroceso es aún mayor, del 41,29% desde el 3 de octubre y del 26% en lo que va de año, al entorno de los 44,80 dólares. 

Sobre el mercado pesa un fuerte pesimismo respecto a la posibilidad de que el crecimiento global se ralentice con fuerza, y en especial el PIB de China. Esto está siendo devastador para los precios del crudo y para otros mercados, que no atienden ni a las noticias positivas que han trascendido de la cumbre anual económica en China, como explica Patricia García, de MacroYield.

De nada ha servio la decisión del gigante asiático de anunciar medidas flexibilización fiscal y políticas puntuales de relajación monetaria para dar impulso a la economía. Tampoco han servido para calmar la cotización del crudo las palabras procedentes tanto de los miembros de la OPEP como desde Rusia, que ya se han manifestado a favor de hacer lo que sea necesario para dar estabilidad a los precios del petróleo.

La clave, el equilibrio fiscal 

El hecho de que Rusia, donde el umbral de equilibrio fiscal de los precios del crudo está muy por debajo del de Arabia Saudí (53 vs. 88 USD/barril, según los analistas consultados) y otros miembros de la OPEP, se haya manifestado a favor de estudiar nuevos recortes, aporta mayor credibilidad y contundencia a la intención de la OPEP y sus socios respecto a la posible decisión de recortar la producción más allá de lo acordado recientemente.

Pese a todo lo anterior, la espiral bajista y la aversión al riesgo han calado entre los inversores, por lo que es difícil saber hasta dónde llegará. De hecho, hay quienes temen que pueda desembocar en una guerra de precios entre los productores que acabe lastrando aún más los precios del oro negro el año que viene. De momento, el escaso volumen de contratación típico de las fechas de Navidad y la escasez de referencias relevantes aportarán también mayor volatilidad.

En el caso de Europa, la situación tampoco ayuda demasiado. El frente italiano se ha cerrado, pero el británico con el Brexit de por medio sigue abierto. La última caída de las bolsas, pese a la mayor subida desde 2009 en Wall Street dan buena idea de que los inversores desconfían también de los retos que tiene pendientes la zona euro. Tal y como explica Victoria Torre, de Self Bank, una desaceleración profunda de la economía mundial sería muy difícil de digerir en una Europa con los tipos de interés aún en cero, dado que las armas para combatirla serían realmente escasas.

Una parte del mercado confía en que a partir de enero se recupere cierta confianza si la campaña de resultados aporta algo más de visibilidad y la incertidumbre política en EEUU se modera. La guerra comercial seguirá siendo un elemento desestabilizador relevante, pero la negatividad reinante entre los inversores podría incentivar a China y EEUU para que alcancen un acuerdo razonable que estabilice algo la situación. 

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