EEUU y China van camino de una guerra tecnológica más grave que la comercial

  • El mercado confía en que Donald Trump y Xi Jinping logren llegar a acuerdos con los que rebajar la tensión proteccionista
El presidente de China, Xi Jinping, junto a su homólogo de EEUU, Donald Trump
El presidente de China, Xi Jinping, junto a su homólogo de EEUU, Donald Trump
EFE

La tensión que envuelve las actuales relaciones entre Estados Unidos y China va mucho más allá de una guerra comercial. Es la idea que repiten analistas y expertos cuando se les pregunta por sus perspectivas sobre la reunión del G20 que arranca hoy en Buenos Aires. Y a cada una de sus respuestas le sigue otra aseveración igual de rotunda: la reunión de las principales potencias mundiales, a la que acudirán ambos gobiernos, solo servirá para adoptar acuerdos puntuales y en ningún caso resolverá las disputas entre los dos gigantes.

Lo que más preocupa a los expertos es que las posturas enrocadas de Donald Trump y Xi Jinping se trasladen del ámbito comercial a otros como el tecnológico y al control de la propiedad intelectual. Una 'guerra fría' sobre esta base podría tener consecuencias impredecibles, puesto que podría interrumpir muchas de las cadenas de suministro más importantes del mundo, creando nuevos ganadores y perdedores.

La actual situación entre EE.UU. y China puede llevar a que cada uno cree su propio “ecosistema” tecnológico, reduciendo su dependencia mutua y obligando al resto de naciones a adherirse a uno de los dos, advierte Neil Dwane, estratega de Allianz Global Investors. "A medida que la economía mundial se sincroniza menos, los inversores deberán ser aún más selectivos para manejarse por los mercados con éxito", señala.

Al acercarnos a un punto de inflexión en el ámbito de la inteligencia artificial, la tecnología y la seguridad nacional están cada vez más interrelacionadas. Desde la firma Janus Henderson explican que la intención de Trump de proteger la propiedad intelectual tecnológica de EEUU es un pilar fundamental de su política que no solo afecta a los aranceles, sino que también se traduce en un endurecimiento de los controles sobre la exportación. Esto, mientras el desarrollo del sector tecnológico de China constituye una parte fundamental de los objetivos de este país en el marco de su plan Made in China 2025.

Valoraciones elevadas en bolsa

La fuerte subida de los rendimientos de los bonos estadounidenses en septiembre -la deuda a diez años alcanzó máximos de los últimos siete años- presionó más a algunas firmas tecnológicas que habían evolucionado favorablemente durante la mayor parte del año, al no verse tan afectadas por el aumento de las tensiones comerciales.

Los expertos aseguran que ahora nos encontramos en un punto muerto: estos títulos siguen presentando unas valoraciones muy elevadas a pesar de las ventas masivas, pero todavía no ha llegado a afianzarse la marcada rotación, prevista desde hace tiempo, desde los títulos de crecimiento hacia los de valor, precisamente por las tensiones comerciales y las presiones relacionadas con la desaceleración de China.

De cara a 2019, cómo se supere este estancamiento resultará clave para determinar el rumbo de los mercados, y este proceso dependerá de la trayectoria de la curva de rendimientos y de los efectos de las medidas de estímulo aplicadas por China desde finales de 2018. Si bien, los analistas consultados entienden que el sector tecnológico debería seguir incrementado su peso en la economía mundial.

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