"Deben financiar la economía real"

El BCE da un ultimátum a los bancos para que presten con 'liquidez masiva' al -1%

Christine Lagarde, en la primera reunión del BCE 100% 'online'.
Christine Lagarde, en la primera reunión del BCE 100% 'online'.
L. I. / Archivo / ECB

Es la gran oportunidad para redimirse. Los bancos iban a ser parte de la solución en esta crisis financiera, como aseguró Andrea Enria en marzo, pero cada día que pasa el optimismo sobre su rol salvador ante los efectos económicos de la pandemia del Covid-19 comienza a desvanecerse. El Banco Central Europeo (BCE) ha puesto todo de su parte para la banca haga de banca, es decir, de prestamista a hogares y empresas, si bien detecta temor a coger su liquidez y distribuirla en la economía real por las potenciales pérdidas por morosidad que enfrentan.

De ahí que la gran medida que acaba de adoptar la autoridad monetaria sea suministrar liquidez en sus subastas masivas con un descuento 50 puntos básicos sobre la facilidad de depósito siempre que los bancos acrediten que ese dinero se ha transformado en un préstamo y no se quede en el banco. Ese incentivo sitúa la financiación del BCE para un banco en hasta el -1% en algunos casos, en palabras de Christine Lagarde. Luego, eso sí, podrá prestarlo al 2%, 3% o 4% con un amplio margen de ganancia. ¿Por qué crear este 'caramelo' para los banqueros?

Uno de los motivos principales es la falta de asistencia a las subastas de liquidez de los TLTROs, versión III, cuya demanda por parte de los bancos ha ido cayendo conforme avanzaba el confinamiento y se difuminaban las perspectivas económicas para cualquier empresa. Liberbank colocó el escenario de análisis de riesgo del cliente ante un crédito como echar una moneda al aire, como publicó 'La Información'.

Lagarde calificó este jueves el escenario de "impredecible" con tensiones a ambos lados de la curva de precios tanto a la baja... como al alza. El BCE sitúa el rango de la recesión europea entre el -5% y -12% para este 2020, demasiado amplio para la mayoría de economistas. "El punto principal de la reunión es la gran incertidumbre contenida en las previsiones del PIB. En marzo pasado, el pronóstico del BCE fue de +0,8% para 2020", recuerda Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum (Natixis IM).

El banco central sigue a la espera de una mayor respuesta de los gobiernos europeos ante la crisis de lo que se ha visto hasta la fecha. "Es crucial una postura fiscal ambiciosa y coordinada, en vista de la fuerte contracción en la economía de la zona del euro. Las medidas tomadas deben ser lo más específicas posibles y de naturaleza temporal en respuesta a la emergencia pandémica", señaló Lagarde. El Consejo Europeo aprobó una triple red de seguridad para empleados, empresas y estados por valor de 540.000 millones de euros, pero el BCE considera que es insuficiente e "insta a que se realicen más esfuerzos firmes y oportunos para preparar y apoyar la recuperación".

Llega PELTRO, 'hermano' del TLTRO

La reunión del BCE no dejaba demasiado espacio a las sorpresas después del marzo de infarto que protagonizaron los bancos centrales con bajadas de tipos y planes de estímulos como si el Covid-19 fuese el fin del mundo. No lo será, pero puede serlo si no se actúa con firmeza y determinación. Lagarde mostró su cara más contudente, ortodoxa y seria durante su comparecencia, con un discurso medido, sin medias tintas, repetitivo y con algunas expresiones que recordaron a su antecesor Mario Draghi.

Pero el BCE abrió la puerta de la novedad con una nueva herramienta de su arsenal monetario: los PELTROs (operaciones de refinanciación de emergencia a largo plazo) que permitirán dar el relevo a las actuales subastas de liquidez masiva del TLTRO una vez finalicen, aunque las condiciones serán algo peores: 25 puntos básicos por debajo del tipo medio de refinanciación del 0% que está vigente. Nada que ver con el -1% al que podrán acogerse algunos bancos durante las próximas semanas, pero suficiente para que el Eurosistema no tenga tensiones financieras. Esta vez Lagarde fue clara tras su error del 12 de marzo y aseguró que el BCE "no tolerará" el riesgo de fragmentación en el euro, en clara referencia a las primas de riesgo de los diferentes países.

Para ello tiene el control sobre el bazuca de 750.000 millones de euros, denominado PEPP, que permite al BCE su uso con total "flexibilidad", termino que Lagarde repitió varias veces, para la compra de un amplio abanico de activos en cualquier jurisdicción europea. Para algunos no parece suficiente. "Continuamos esperando un aumento del programa de compra de emergencia pandémica (PEPP) como el próximo paso importante de la política monetaria, potencialmente tan pronto como en la próxima reunión en junio", augura Konstantin Veit, gestor de PIMCO.

Para Lagarde, el PEPP es el ariete con el actuar fuera del radar de los estados y con total agilidad para contener las tensiones que se puedan producir en los mercados. En este sentido, el BCE da por descartado el uso de la opción núclea, el OMT que no llegó a usar Draghi hace ocho años para las compras monetarias de deuda pero que fue suficiente como elemento disuasorio frente a la crisis de deuda soberana. 

"El OMT fue creado en 2012, tiempos diferentes, diferentes problemas. Las condiciones entonces eran distintas y nunca fue activado. El OMT no es la mejor herramienta ahora, pero está en el kit. El PEPP proporciona todo eso. Tiene tamaño, flexibilidad y está enfocado en el tiempo. El Programa de Compra de Emergencia de Pandemia (PEPP) fue diseñado para combatir un choque simétrico en la zona del euro y es una herramienta más adecuada", dijo la presidenta del BCE.

"En cierto modo, nos ha sorprendido que la presidenta Christine Lagarde básicamente haya cerrado la puerta a comprar activos en el marco del programa OMT (operaciones monetarias con deuda) del BCE después de que un país haya accedido a financiación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y, por tanto, haya pasado a ser apto. Destacó que el instrumento fue concebido en 2012 en distintas circunstancias, que no constituye un instrumento al que recurrir en primera instancia de forma automática, y que el PEPP es el instrumento adecuado para la situación actual", explica Andreas Billmeier, analista de deuda pública de Western Asset (Legg Mason).

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