Reunión de política monetaria

El BCE invocará más fusiones de bancos antes de endulzar su bazuca de liquidez

La autoridad monetaria y bancaria afronta su primera reunión con una gran fusión sobre la mesa como venía reclamando ante la falta de rentabilidad del sector y pondrá de ejemplo a la futura CaixaBankia.

Christine Lagarde afronta otra reunión crítica con el euro y la inflación como focos.
Christine Lagarde afronta otra reunión crítica con el euro y la inflación como focos.
BCE / L.I.

La recuperación económica de la zona euro no carbura como debiera tras la vuelta del verano, y el Banco Central Europeo (BCE) es consciente de que deberá recalibrar su bazuca de compra de activos (PEPP) y la manguera de liquidez ilimitada (TLTRO) con la que está regando a los bancos europeos. La autoridad que capitanea Christine Lagarde centrará parte de su mensaje este jueves en la necesidad más fusiones bancarias como remedio a la baja rentabilidad del sector que amenaza su supervivencia.

Su segundo de a bordo en el BCE, Luis de Guindos, advirtió hace apenas una semana que los ROEs (retornos sobre capital) de la banca europea pasará del 6% en 2019 al 2% en 2020 y al 3% en 2021, un escenario de asfixia para decenas de entidades. El paso al frente de Caixabank y Bankia para protagonizar la mayor fusión de la historia bancaria en España (650.000 millones en activos) facilitará que el BCE endurezca su discurso hacia los bancos de Italia o Alemania para que impulsen sus propias integraciones.

El supervisor busca que sigan el mismo camino antes de que el tsunami de préstamos morosos se haga visible en los balances. “En comparación con la crisis de 2008, la pandemia plantea algunos desafíos diferentes. A pesar del respiro del colapso crediticio de 2008, los responsables políticos se enfrentan hoy a una deuda pública sustancialmente más alta, bancos menos rentables y condiciones del sector empresarial a menudo más débiles, lo que hace que la resolución de los préstamos en mora sea aún más desafiante”, advierten en un artículo los economistas Anil Ari, Sophia Chen y Lev Ratnovski, del FMI y BCE.

Más compras de activos, mejor liquidez

Más allá de la consolidación bancaria, el BCE abordará dos cuestiones que preocupan en Fráncfort: la fortaleza del euro y la debilidad de la inflación. La una con la otra cobran protagonismo en medio del debate sobre si el supervisor debe ampliar el plazo y el tamaño de sus compras de activos a través del PEPP, su bazuca antipandemia de 1,35 billones de euros. 

También si la liquidez masiva a través de los TLTROs a la banca debe ser endulzada para que las entidades puedan ampliar su capacidad para conceder crédito a la economía. El balance del BCE sigue creciendo sin freno a razón de 18.000 millones en la última semana y ya se eleva a 6,5 billones de euros, el 61% del PIB de la zona euro. Es el doble que el 35% del tamaño del balance de la Fed  en relación al PIB de EEUU o el 135% del BoJ en Japón.

"No se espera ningún cambio material en la política monetaria, pero el BCE podría utilizar la reunión de esta semana para preparar el mercado para una mayor flexibilización en diciembre", augura Konstantin Veit, gestor de PIMCO. En su análisis respecto a la inflación, el experto considera que el shock negativo de la Covid-19 sobre la economía europea "aún no se ha compensado suficientemente" y ve "poco probable" que cambie el panorama con las cifras de junio. 

"Esto implica que el PEPP se mantendrá durante un período de tiempo considerable, y sugiere otro aumento y ampliación a finales de este año", explica. El experto de PIMCO considera razonable que en diciembre se anuncien "compras adicionales de 600.000 millones de euros", de forma que alcance "cerca de 2 billones de euros, el 17% del PIB de la zona euro, y extendiendo las compras hasta finales de 2021".

Axel Botte, estratega global de Ostrum AM (Natixis), considera que el BCE sigue preocupado por la reciente fortaleza del euro frente al dólar en las últimas semanas y se refiere de las dos últimas intervenciones verbales del economista jefe del BCE, Philip Lane, recordando que el tipo de cambio "importaba" para las políticas monetarias.

La apreciación de la moneda en medio de una inflación cercana a cero en la zona del euro no es bienvenida. El mensaje de Christine Lagarde el próximo jueves después del consejo de gobierno probablemente se hará eco de los comentarios de Lane. Es poco probable que cambie la postura de la política, a pesar de que el BCE todavía tiene la posibilidad de endulzar los términos de TLTRO-III o prolongar los programas de compra de activos", puntualiza.

Stephanie Kennedy, economista del banco suizo Julius Baer, coincide en pronosticar futuros movimientos del programa de compras de activos: “Sin duda alguna, el BCE debería ampliar y / o ampliar el programa en un futuro próximo. Sin embargo, con los diferenciales [de la deuda] más bajos gracias a la aprobación del Fondo de Recuperación de la UE, la presión para actuar ya en la reunión de esta semana es modesta”. En su opinión, Lagarde demostrará su preocupación sobre las bajas cifras de inflación que fue negativa en agosto, con lecturas de -0,2% y 0,4%, respectivamente,o más bajas que las estimaciones.

"Lo más probable es que se abstenga de tomar medidas inmediatas. El BCE enfatizará la baja presión de los precios y una recuperación aún frágil en muchos países de la eurozona. Esperamos una fuerte orientación hacia el futuro y una reiteración de la postura muy acomodaticia del BCE, así como una declaración de que el BCE está listo para actuar si es necesario”, añade Kennedy. La estabilidad de precios, pilar fundamental de la política monetaria del euro, volverá a cobrar peso en la toma de decisiones. La Fed ya ha dado un giro a sus políticas para comenzar a apostar por más inflación.

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