El interés del bono está a punto de sellar su mayor caída semanal en mes y medio

El interés del bono está a punto de sellar su mayor caída semanal en mes y medio
El interés del bono está a punto de sellar su mayor caída semanal en mes y medio
Pixabay

El bono español a diez años y el francés con ese mismo vencimiento están a punto de firmar su mayor caída de rentabilidad semanal en mes y medio. En el caso de la deuda de referencia de nuestro país, el interés se ha hundido un 42% desde el 0,252% al que despidió el pasado viernes al entorno del 1,146%. Para la gala, el retroceso ha sido del 27% hasta el -0,28%. Este fuerte movimiento se produce tras el espaldarazo de Standard and Poor's, que decidió elevar la nota de solvencia española pese a la incertidumbre política, y cuando cada vez más indicadores evidencian que el frenazo económico ya está aquí. 

La agencia de rating, sin embargo, ha advertido de que el avance del PIB podría desacelerarse hasta el 1,7% el año que viene, desde el 2,2% al que prevé que crezca la economía nacional este ejercicio. En concreto, la firma estadounidense prevé que la debilidad económica del área del euro, donde se encuentran nuestros principales socios comerciales, se extienda hasta el año que viene, y apunta a que el sector manufacturero ya está notando los efectos de ese enfriamiento. 

El temor de los inversores se centra ahora en Alemania. El motor de la zona euro se gripa y amenaza con contagiar al resto. Los últimos datos de PMI compuesto (o encuesta de gerentes de compra) del mes de septiembre, que elabora la firma Markit, ponen de manifiesto que la actividad de la industria germana se contrae ya a niveles del año 2012 y que los servicios y la demanda interna se desaceleran. Lo peor, que la economía alemana lleva camino de registrar su segundo trimestre consecutivo en negativo (ya se contrajo un 0,1% entre abril y junio) y de entrar por tanto en recesión. La rentabilidad del Bund alemán, referencia europea, permanece en negativo, en el -0,58%. 

A la inquietud que genera este escenario se suma el caótico proceso del Brexit. El propio Banco de Inglaterra (BoE) reconoce ya que podría necesitar recortar los tipos de interés si la situación actual se prolonga. Lo ha asegurado su responsable de la política monetaria, Michael Saunders, y su advertencia ha sido el pronunciamiento más evidente hasta la fecha de que el emisor británico también se plantea dar un giro de 180 grados a su política monetaria, como ya han hecho otros grandes bancos centrales en todo el mundo.

En el caso del Banco Central Europeo (BCE), su economista jefe Philip Lane aseguraba estos días a la prensa alemana que la economía de la zona euro padece "una debilidad temporal, pero no hay recesión y el riesgo de deflación es actualmente pequeño". Para atajar males mayores, el emisor ha acelerado en la aprobación de un paquete de estímulos que ha profundizado en la división dentro del organismo. Así lo ha demostrado la dimisión de la consejera alemana de la entidad, Sabine Lautenschläger, por su oposición a las compras de deuda.

La idea de que los países que cuentan con margen fiscal para adoptar medidas de estímulo no lo hacen, y los que no deberían hacerlo por su situación fiscal las anuncian, también cala en el mercado, como explica el responsable de Axa IM Research, Laurent Clavel. El Gobierno de Francia ha prometido una rebaja fiscal de 10.000 millones de euros el año que viene y ha instado a Berlín a hacer lo propio. Sin embargo, las autoridades alemanas no parecen querer ir más allá de su macro paquete de 54.000 millones de euros contra el cambio climático. 

Por si la situación interna no fuera suficiente, los vaivenes de la guerra comercial, sobre todo, y el reciente juicio político abierto contra Donald Trump en Estados Unidos han echado más leña al fuego. En el caso del conflicto arancelario, los expertos le atribuyen buena parte del deterioro que estamos viendo a nivel macro, como demuestra el pinchazo de la industria alemana, altamente expuesta al mismo. 

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