Récord. El Ibex 35, la referencia bursátil española, sale siempre malparado en la comparación con otros índices europeos como el Dax alemán porque juega en desventaja: los dividendos que pagan las empresas que lo componen no se contabilizan como rentabilidad a diferencia del índice teutón. Sin embargo, BME también creó un gemelo que si incorpora estos pagos y que se llama Ibex 35 TR (Total Return) que acaba se situarse en máximos históricos por encima de los 29.200 puntos frente a los apenas de 10.000 que acaba de marcar su versión tradicional, mucho más seguida por los inversores
El Ibex 35 (sin dividendos) no cerraba por encima de los 10.000 puntos desde mayo de 2018, pero lo ha hecho de golpe tras un rally bursátil que ronda el 7% en lo que va de mes de febrero. Se trata del mejor mes, a falta de nueve sesiones para su conclusión, desde diciembre de 2016. En el caso del Ibex 35 TR (con dividendos), el salto por encima de los 29.200 puntos le sitúa por primera vez desde 2017 en zona virgen por la que hasta ahora no había pasado. Comparativamente, la diferencia de rentabilidad actual desde su creación, ya que ambos partirían desde la misma base, se sitúa en el 200% en el momento actual.
La ventaja del interés compuesto
La gran diferencia de rentabilidad del Ibex 35 con y sin dividendos se debe a que el índice de las 35 empresas más importantes de la Bolsa española ha registrado una rentabilidad anualizada que ha superado el 4% en los últimos 32 años. Reinvertir esos 4 euros por cada 100 en cartera cada año añade cuatro puntos de mejora a este indicador sobre el otro. El interés compuesto a largo plazo de esta reinversión constante provoca la gran distancia entre el Ibex 35 y su versión con pago al accionista. Este es el secreto por el que muchos gestores de fondos baten fácilmente al índice de manera constante, pero no tanto a su versión con dividendo.
El mercado español se sitúa como uno de los líderes a nivel mundial por esta cuestión tanto de forma puntual como por su consistencia a lo largo del tiempo. El Ibex 35 TR recoge la reinversión bruta -sin contar el peaje fiscal ante Hacienda- y, por tanto, es difícil de replicar. Sin embargo, su evolución da una idea más real de la evolución de la bolsa española que el Ibex 35 ‘normal’, cuyo máximo histórico todavía está en noviembre de 2007 cuando dibujó una doble techo cerca de los 16.000 puntos, un 60% por encima de su nivel actual.
El dividendo que una empresa paga a su accionista se descuenta automáticamente de la cotización en bolsa. Si paga 1 y cotiza a 10, al día siguiente del desembolso cotizará a 9 tras el preceptivo ajuste bursátil. Este descuento es lógico puesto que el dinero del dividendo ha dejado de estar dentro de la compañía para pasar al bolsillo del accionista. Pese a que el Ibex 35 se ajusta también a estos pagos sufre las consecuencias indirectas de los dividendos, ya que las empresas tienen más dificultades para subir en bolsa.
En otros mercados como Wall Street, en cambio, las empresas prefieren destinar ese dinero a recomprar acciones y amortizarlas con el objetivo de aumentar su valoración (al reducir el número de acciones, crece el BPA) y atractivo ante los inversores. De este modo, las empresas cotizadas en España -incluyendo las que no pertenecen al Ibex 35- pagaron cerca de 30.000 millones de euros en dividendos el pasado año y más de 500.000 millones desde 2001, una cifra equivalente al valor actual en bolsa de las 35 empresas del Ibex 35. Visto desde otro punto de vista, el dividendo que han venido pagando en ese periodo daría como para construir otro Ibex.
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