El Ibex sufre para cerrar su segundo mejor arranque de año de la última década

  • El indicador podría sellar en cuestión de horas su segundo mejor trimestre bursátil desde 2001. En lo que llevamos de año, el selectivo ha subido un 8,84%, a pesar de obstáculos como las revueltas en África, el terremoto japonés y la crisis portuguesa. Éste es un buen ejemplo de que España está recuperando la confianza de los inversores.
El Ibex 35 cede un 0,03% al cierre
El Ibex 35 cede un 0,03% al cierre
Ana P. Alarcos

Ni la crisis de Portugal, ni el terremoto en Japón, ni las tensiones en África y Oriente Medio han conseguido estropear al Ibex 35 el arranque del año. A falta de una sesión para cerrar el primer trimestre de 2011, el principal indicador de la bolsa española se prepara para sellar sus mejores tres primeros meses de la última década, después del récord de 2006.

Desde diciembre, el Ibex acumula un alza del 8,84%, hasta los 10.732 puntos, muy por encima del que había registrado en los años anteriores. De hecho, sólo ha terminado en positivo el primer trimestre en cinco ocasiones.

En 2001, por ejemplo, el selectivo se apuntó un repunte del 2,2%, muy similar al que logró en 2005. En 2004 y 2007, en cambio, se anotó un alza en torno al 3,5%. Pero, sin duda, el arranque bursátil más provechoso en lo que llevamos de siglo fue en 2006, cuando el Ibex cerró marzo con una subida del 10,43%.

Sin embargo, 2011 está llamado a conseguir una plusmarca. A falta de la sesión de hoy, las ganancias del índice nacional de referencia tontean con el 9%, lo que le deja a una distancia de un 1,46% (es decir, llegar a los 10.890 puntos) de conseguir robarle el puesto a 2006. Y eso que los acontecimientos internacionales le han estado poniendo trabas constantemente.

El año arrancó con las tensiones populares en el norte de África, que acabaron derrocando el régimen de Hosni Mubarak en Egipto. Al poco tiempo, estallaron las revueltas en Libia, que han empujado a las fuerzas militares internacionales a intervenir. También han surgido protestas en países de Oriente Próximo como Siria o Yemen. Y este escenario ha disparado el precio del petróleo (el barril europeo brent ha crecido un 20% en 2011 y supera los 115 dólares) y, con él, las preocupaciones de los inversores.

Además, el terremoto que se produjo en Japón hace casi tres semanas aumentó las dosis de presión de los mercados, que siguen pendientes de conocer más datos sobre la evolución de la central nuclear de Fukushima. Y la guinda del pastel la ha puesto Portugal, que, en cuestión de días, ha visto dimitir a su primer ministro y ha dejado la puerta abierta a su más que posible rescate económico.

De hecho, Bruselas ya ha calculado cuál podría ser el coste de la intervención, que podría rondar los 75.000 millones de euros. Pero aquí no acaban las tensiones: falta el aliño de unas cuantas rebajas de ratings (Standard&Poor's ha bajado la nota a las deudas de Portugal y Grecia, mientras que Moody's lo ha hecho con España y treinta de sus entidades financieras).

Pero ni siquiera este escenario tan negativo ha sido capaz de borrar el apetito comprador de los inversores. "Debo admitir que me desconcierta el comportamiento del mercado. Últimamente, no reacciona a la baja con las malas noticias y sube cuando no hay noticias o se entiende que ya estaban descontadas. Hace dos días, por ejemplo, S&P rebajó la nota de las deudas portuguesa y griega, y la noticia pasó inadvertida", explica Miguel Paz, director de la unidad de gestión de Unicorp Patrimonio.

El gran motivo que explica la pasividad del Ibex 35 ante este complicado escenario es que España parece haber recuperado la confianza de los inversores. De hecho, muchos expertos aseguran que nuestra economía ha conseguido desmarcarse de las periféricas, las que tienen más riesgo de la eurozona. Es decir, los dos países rescatados en 2010 (Grecia e Irlanda) y el que sigue en el punto de mira (Portugal).

De hecho, como explica Francisco Rodríguez, analista de Banco Sabadell, "el mercado ha ido tomando consciencia de la diferencia entre los países llamados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España) y las reformas llevadas a cabo en España han tenido su impacto también en la confianza de los mercados. La situación de Portugal ya debería estar asumida, pero además los acuerdos llevados a cabo por el Consejo Europeo también han ayudado".

Prueba de ello es que, en lo que llevamos de año, la prima de riesgo de España (que se mide la diferencia de precio entre nuestros bonos a diez años y los alemanes) se ha desplomado un 28%, hasta quedarse por debajo de los 190 puntos básicos.

Por otro lado, como recuerda Jorge Lage, de CM Capital Markets, "no hay que olvidar que el Ibex se desplomó un 17% el año pasado. Por eso, es lógico que su rentabilidad sea mayor que otras bolsas europeas, lo que ha llamado la atención de los inversores".

Al margen de que esta sea una buena noticia, lo cierto es que algunos analistas tienen dudas de que estos inversores sean estables. Es decir, los buenos. "La entrada de dinero en el mercado español parece ser un cierre de posiciones cortas de los inversores extranjeros. Estos especuladores contaban con que el Ibex siguiera cayendo y, al ver que no es así, han tenido que aumentar sus compras para salvar sus estrategias", puntualiza Javier Barrio, responsable de ventas institucionales de BPI.

Con todo, la mayoría de los expertos se muestra optimista con el futuro de la bolsa española, que podría alcanzar los 11.500 puntos en el próximo trimestre. Pero, para que se cumplan estos pronósticos, el selectivo deberá subir en torno un 7% desde los niveles actuales (ayer cerró en 10.732 puntos).

 

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