El mayor inversor del mundo critica el 'reino de taifas' de la deuda en Europa

  • El fondo soberano de Noruega considera que la regionalización y descentralización del mercado genera ineficiencias y riesgos para invertir.
El fondo soberano de Noruega irrumpe en la andaluza al calor de la operación
El fondo soberano de Noruega irrumpe en la andaluza al calor de la operación

Más vale prevenir que curar. El Banco Central Europeo (BCE) solicitó a un grupo selecto de grandes inversores institucionales y operadores a nivel mundial su opinión sobre el mercado de deuda primaria y secundaria en Europa, así como su iniciativa para mejorarlo y crear el EDDI (European Distribution for Debt Instruments) a partir de 2020. El banco central acaba de cerrar el periodo de consultas con los futuros participantes y he aquí alguna de las respuestas.

El fondo soberano de Noruega, el mayor del mundo de su clase con cerca de un billón de euros en activos, revela en una carta sus críticas hacia la situación actual. La principal censura se centra en la atomización por regiones y países de los mercados, los muros entre unos y otros, así como la burocracia operativa que despliegan las bolsas europeas.

El fondo noruego (NBIM, por sus siglas en inglés), que solo en España tiene unos 15.000 millones de euros invertidos en acciones y bonos, resalta el papel cada más importante de la deuda cotizada desde que estalló la crisis de 2008. Su estallido provocó el cierre del crédito (credit crunch) y un traspaso desde la financiación bancaria con créditos hacia la financiación en los mercados con instrumentos de deuda. Según los datos del BIS (Banco de Basilea) que cita en su carta, el volumen de deuda cotizada de emisores privados y públicos superó los 100 billones de dólares (100 ‘trillions’ en inglés) al cierre de 2018.

“Sin embargo, según nuestra experiencia como participante activo en el mercado, el mercado europeo de valores de deuda sigue estando bastante fragmentado y descentralizado, y la ubicación de la emisión desempeña un papel crucial. La regionalización de los mercados de bonos europeos significa que los inversores se enfrentan a múltiples procesos no interoperables y una considerable complejidad operativa. Por ejemplo, desde un punto de vista operativo, hay retrasos en el flujo de información entre los diferentes actores, como inversores, corredores y bancos custodios. Esto alarga el ciclo de liquidación y aumenta el riesgo operacional y crediticio”, lamentan los noruegos.

¿Conflicto de interés con el BCE?

En una carta que firman Emil R. Framnes, director general de trading del NBIM, y Yazid M. Sharaiha, responsable de sistemas de inversión del fondo, Noruega aplaude el esfuerzo del BCE para crear un mercado unificado y estandarizado de bonos en el que se integren todos los emisores. En su opinión, la creación del eurosistema de bonos eliminará las actuales ineficiencias del mercado, así como rebajará los costes de los inversores e impulsará la liquidez de estos instrumentos deuda. También dará visibilidad a emisores que actualmente están escondidos en los mercados nacionales y apenas tienen visibilidad exterior, según el fondo soberano de Noruega, uno de los principales inversores en este mercado.

Otros participantes consultados consideran también como una buena noticia la puesta en marcha de un mercado paneuropeo, aunque expresan sus dudas sobre el excesivo poder del banco central que dirige Mario Draghi. “El BCE es a nivel mundial el mayor tenedor de deuda de la zona del euro, así como un importante inversor en bonos soberanos, supranacionales, corporativos cubiertos y respaldados por activos. Si también proporciona una plataforma para dichos emisores, esta ventaja de información podría constituir un conflicto de intereses significativo. ¿Cómo debe abordarse esto? También será importante para el BCE explicar al mercado por qué EDDI está dentro de su mandato”, se preguntan desde ICMA (International Capital Markets Association), un lobby del sector financiero. El BCE de Mario Draghi y Luis de Guindos prevé poner  en marcha la próxima fase del EDDI en el cuarto trimestre, una vez que la futura presidenta Christine Lagarde acceda al cargo.

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