Riesgo sobre la financiación

El 'motín judicial' alemán amenaza con atar al BCE y frenar el 'rescate' a España

  • La aparición del dictamen alemán cuestiona al BCE pero también al conjunto de medidas de defensa para evitar una crisis financiera en la UE.
Sede del Banco Central Europeo (BCE).
Sede del Banco Central Europeo (BCE).

¿Y si no llega a tiempo el rescate europeo ante el Covid-19? El 'frente alemán' acaba de abrir esta semana la caja de pandora ante un intocable de la Unión Europea: el Banco Central Europeo (BCE). El dictamen del Tribunal Constitucional de Alemania en el que se pide explicaciones por las compras de deuda pública durante el periodo 2015 a 2018 ha provocado un terremoto en la cúpula del euro. No hay una condena explícita, no hay ilegalidad, pero los jueces de Karlsruhe se sublevan contra el criterio del Tribunal de Justicia de la UE, que en diciembre de 2018 avaló por completo estas actuaciones monetarias del BCE.

Rebatible, refutable e ignorable en cualquier otro momento, el auto judicial alemán prohíbe al Bundesbank que participe en ese programa de compra de activos (denominado PSPP), que actualmente asciende a unos 33.000 millones de euros mensuales. Da tres meses para obtener una justificación del BCE sobre la “proporcionalidad” para revocar el veto a su banco central, aunque la autoridad monetaria respondió de inmediato ante la gravedad de la situación: formaba parte del mandato de estabilizar la inflación en el 2%. Remite además a su gobernador Jens Weidmann como interlocutor y recuerda, de forma velada, que los tribunales europeos están por encima en esta materia de los de cada país.

La sentencia parece envenenada. Primero porque la puerta para posibles demandas sobre el resto de bazucas y herramientas que se han desplegado desde entonces: desde los TLTROS (subastas de liquidez masiva a la banca), pasando por la compra de deuda corporativa, los préstamos de baja calidad o los bonos con grado de 'bono basura'. De forma más reciente, el PEPP (compra de activos) o PELTRO (liquidez). Segundo, la posibilidad de que el BCE de Christine Lagarde y Luis de Guindos se vea cohibido a la hora de dar nuevos pasos en la actual crisis del Covid-19, como por ejemplo, comprando bonos de bancos para reforzar su solvencia ante la ola de crédito y morosidad que afrontan, o en las ampliaciones de los programas actuales.

“La decisión del Constitucional abre ‘la caja de Pandora’ de la Justicia europea, ya que, a partir de este momento, cualquier tribunal constitucional de los países que integran la UE puede intentar bloquear decisiones adoptadas en el seno de la UE. Malas noticias para los intentos de alcanzar una mayor integración política y fiscal, más aún en una situación tan compleja como la que afronta la región en estos momentos, con la mayoría de los países que la integran, especialmente los del sur, afrontando una durísima crisis económica de la cual no van a salir sin el apoyo del resto de países”, apunta en referencia a los rescates Juan J. Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities.

Grietas en el euro

Fuentes comunitarias van incluso más allá y vinculan la declaración del TC teutón con las actuales negociaciones sobre la financiación de los rescates de España e Italia ante ante el agujero en las cuentas públicas que deberán financiar con nuevas emisiones en los mercados de deuda. En el caso de España, el déficit público esperado para 2020 (cercano al 10%) sitúa la necesidad de financiación adicional en 100.000 millones de euros más, un 50% más que el volumen previsto a comienzos de año. La deuda pública española se elevará hasta el 120% sobre el PIB a final de año desde el 96% de febrero, casi 2500 puntos básicos más que se deben tanto al nuevo déficit como a la contracción del PIB.

"La sentencia del TC blinda la posición negociadora alemana de no aceptar los eurobonos porque no se ajustan a su marco legal. También les refuerzan ante las propuestas de deuda perpetua de gobiernos como el español o el italiano", explican fuentes financieras. Dicho de otro modo, la ‘receta’ judicial que se conoció este martes tendrá consecuencias también en el próximo Consejo Europeo cuando se vuelva a poner sobre la mesa la creación del Fondo de Reconstrucción por la pandemia de Covid-19 y su financiación a través de bonos con respaldo europeo.

Algunos de los aludidos por la sentencia alemana como el exgobernador del BCE, Benoit Coeuré, ha salido en tromba a advertir de la gravedad de la situación. "¿Puede un grupo de naciones soberanas sostener una moneda única sin una política común? ¿Puede el euro ser una moneda sin un estado? Yo creo que no puede. La confianza en el euro se basa en el estado de derecho europeo votado por el Parlamento Europeo y en los Estados miembros que lo respetan", apuntó el francés.

Su colega a las órdenes de Draghi, el ex vicepresidente Vitor Constancio, fue todavía más ácido ante la rebelión alemana. "Aparentemente, la primacía del Tribunal Europeo (TJUE) no está suficientemente clara en el Tratado [de la Unión] ya que, según el Tribunal alemán, las decisiones del TJUE pueden ser declaradas 'ultra vires' (por encima de su competencia) por los tribunales nacionales", dijo con ironía el número dos del BCE.

El foso de los 300 puntos

Pese al tamaño de las cifras, el bazuca de emergencia PEPP (750.000 millones para 2020 y ampliable) puede afrontar también los mismo problemas que el PSPP en Alemania u otros países. Una buena parte de los analistas considera que el ‘superfondo’ de Lagarde deberá ser ampliado más pronto que tarde en tamaño para hacerse más creíble y evitar que surjan incertidumbres sobre la financiación de los estados europeos.

Las primas de riesgo de países como España, Italia, Grecia o Portugal se mantienen en tensión, aunque sus respectivos tesoros emisores no tienen problemas en obtener capitales de los inversores. Esto puede cambiar en cualquier momento por la aparición de nuevos competidores en escena. EEUU, por sí solo, prevé emitir más de 3 billones de euros de nueva deuda desde abril hasta verano para financiar sus problemas. También Alemania, Francia, Holanda, Reino Unido y cientos de emisores  de calidad van a salir al mercado en busca de capital.

El Tesoro estadounidense ha conseguido financiarse en las últimas semanas más barato que países del euro como España, algo que no sucedía desde hace más de un lustro. Los diferenciales frente a la deuda alemana, considerada la más segura del mundo y activo libre de riesgo, se han elevado por encima de los 140 puntos para el bono español a diez años, el luso al mismo plazo roza los 150, mientras que el italiano cotiza en torno a los 250 puntos y el griego, en 270. Esto significa, de nuevo, unos costes de financiación más altos no solo para los Estados citados, sino para las empresas con sede en su territorio.

Los expertos consideran que la barrera de los 300 puntos, a la que se acerca Grecia, marca el límite a partir del cual un país comienza a tener dificultades de acceso a los mercados y pasa a financiarse con subastas de corto plazo frente a los plazos largos, más caros. La cercanía de esos niveles, unida a las grietas en la Unión Europea, están sembrando un problema que puede emerger en cualquier momento.

Nicola Mai, analista de crédito soberano de PIMCO,  reclama “urgentemente” un “apoyo fiscal, agresivo, amplio y duradero” en la UE para poder superar la crisis desencadenada por el coronavirus. Mai subraya que la mayor parte de las ayudas del Fondo Europeo de Recuperación “deberían ir en forma de préstamos” si se quiere alcanzar de forma efectiva el billón de euros, y avisa: “Cuanto más se demore en llegar la respuesta política convincente, mayor será el riesgo económico y social y el riesgo de perder el control”.

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