Los futuros del petróleo avanzan más del 1% en el mercado de materias primas con la atención de los inversores puesta en Libia. La conferencia de paz que se reunió el domingo en Berlín llegó a un acuerdo por el que los aliados internacionales del Gobierno libio respaldado por la ONU y las fuerzas rebeldes de Jalifa Hafter se comprometen a hacer efectivos tanto el alto el fuego iniciado hace una semana como el embargo de armas decretado por Naciones Unidas. Sin embargo las fuerzas de Haftar han provocado el cierre del mayor yacimiento petrolífero del país explotado, entre otras compañías por Repsol, al atacar un oleoducto que lo conecta con la costa.
El campo petrolífero de Sharara está administrado por la empresa Akakus, en un proyecto conjunto entre la compañía estatal libia Noc, la española Repsol, el francés Total, el austriaco Omv y el noruego Statoil. El país africano ha estado produciendo alrededor de 1,2 millones de barriles de petróleo al día en los últimos meses. El problema es que todos los campos principales de crudo se encuentran en áreas controladas por el Ejército Nacional Libio (LNA) con sede en el Este.
Tras conocerse el ataque, el barril de crudo Brent para entrega en marzo, de referencia en Europa, se aprecia algo más del 1% hasta 65,53 dólares y alcanza así su mayor nivel en más de una semana. Mientras, el barril de crudo ligero West Texas avanza prácticamente en la misma medida hasta 59,13 dólares. "Si este tipo de interrupción perdura, es significativo… el mercado tiene razón al reaccionar con un tono alcista", asegura Lachlan Shaw, jefe de investigación de productos básicos en el Banco Nacional de Australia en Melbourne, en declaraciones a Reuters.
Desde su punto de vista esta situación subraya, sobre todo, que pese a que el mercado mundial tiene claramente un superávit y hay muchas existencias, todavía depende de una serie de regiones clave que han aumentado el riesgo geopolítico. Los precios del petróleo se habían abaratado de forma considerable en las dos últimas semanas, después de que el estallido de la crisis entre Estados Unidos e Irán a principios de año llevara a dispararse al crudo Brent a 71 dólares. Washington y Teherán tomaron después medidas para retirarse del conflicto, calmando el estado de ánimo del mercado.
La cumbre organizada por Angela Merkel y en la que han participado otros diez países (entre ellos Rusia, Turquía y Francia), ha acordado imponer sanciones a quienes rompan el embargo de armas y están considerando si envían una fuerza multinacional al país. Su objetivo era poner fin a los combates entre el gobierno reconocido por la ONU en Trípoli del primer ministro, Fayez al-Sarraj, y el Ejército Nacional de Libia -que controla el Este del país- y está dirigido por el general Khalifa Haftar.
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