El petróleo suma y sigue. El barril de Brent, de referencia para Europa, ha repuntado un 1,9% este lunes, superando los 84 dólares por barril por primera vez desde 2014, después de que Canadá llegara a un acuerdo con Estados Unidos y México para reformular el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés).
De su lado, el barril West Texas Intermediate, de referencia para Estados Unidos, también ha experimentado un alza del 1,9%, hasta los 74,7 dólares por barriles, situándose también en máximos desde hace cuatro años. Con las petroleras frotándose las manos por su rally anual en bolsa, el encarecimiento del oro negro supondrá un lastre añadido para el bolsillo de los consumidores, ante el previsible alza de los combustibles, pero sobre todo para el cierre contable de las empresas.
La subida de precio de esta materia prima responde sobre todo al temor de los inversores a un descenso de la oferta de crudo a nivel mundial. De hecho, la Agencia Internacional de la Energía ya advirtió recientemente que la presión sobre el precio del oro negro se mantendrá al menos a corto plazo ante el paulatino descenso en la producción de Venezuela y la entrada en vigor de las sanciones de EEUU sobre las exportaciones de crudo iraní.
En una de últimas previsiones que ha hecho públicas sobre este asunto, el banco suizo UBS no descarta que el Brent se dispare a 85 dólares los próximos meses de forma temporal. La subida sería notable si tenemos en cuenta que hace apenas un año el coste del barril rondaba los 50 dólares en el Viejo Continente.
Según los analistas, la apreciación del petróleo responde, sobre todo, a los temores a que el embargo energético impuesto por Washington a Teherán, que entrará en vigor el 4 de noviembre próximo, provoque problemas de suministro. Irán es actualmente el tercer mayor productor de crudo dentro de la OPEP.
La gasolina y el gasóleo, aún en máximos
De acuerdo con los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, el alza del crudo supone que gasolina y gasóleo se mantengan en niveles de julio de 2015 y de noviembre de 2014, respectivamente. Así, y pese a que acumulan tres semanas de ligeros descensos, en la última la gasolina ha pasado a costar 1,332 euros y el gasóleo 1,244.
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