El producto interior bruto (PIB) francés se ha hundido alrededor del 6% entre enero y marzo a causa de la pandemia de coronavirus. El cálculo, que ha hecho público este miércoles el Banco de Francia, supone el mayor retroceso de la actividad en el país desde las revueltas sociales de mayo de 1968. En el segundo trimestre de ese ejercicio la economía gala se desplomó un 5,3%, un bajón que fue seguido de un rebote del 8% entre julio y septiembre de ese mismo ejercicio. El ministro de Economía galo, Bruno Le Maire, ya advirtió esta semana en el Senado de la magnitud del impacto del brote en el país.
El desplome del PIB de nuestro vecino responde a los efectos del confinamiento y de la parálisis de las principales actividades productivas, que según los cálculos del banco central francés ha llevado a la actividad a precipitarse un 32% en el conjunto de la economía del país. Este retroceso es más intenso en la construcción (-75%), en el comercio, los transportes, el alojamiento y los restaurantes (-65%), así como en la industria, excluidas las industrias agroalimentarias y energéticas (-48%).
Por el contrario, los sectores menos afectados son la agricultura y la industria agroalimentaria (-6 %), la energía, el tratamiento de carbón y el refinado (-15 %) y los servicios financieros e inmobiliarios (-12 %). El Banco de Francia señala que cada quincena de confinamiento reduce el PIB anual de Francia en cerca de 1,5 puntos porcentuales.
París, entre los que reclaman coronabonos
En un principio Francia se había sumado a España, Italia, Bélgica, Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Eslovenia a la hora de recamar a Bruselas la emisión de los conocidos como "coronaboros", instrumentos que permitirían mutualizar o compartir el riesgo entre todos los países de la Unión a la hora de emitir deuda, con el objetivo de evitar que, sobre todo los países periféricos, vean elevarse sus costes de financiación en un momento en que van a necesitar acudir más a los mercados para poder hacer frente a los efectos económicos de la pandemia. Sin embargo, París podría haber desistido en esta idea y haberse alineado a las pretensiones alemanas para tratar de conseguir un acuerdo que actualmente está lejos de producirse.
De momento, ese nutrido grupo de países está chocando con la oposición frontal de sus socios del Norte (liderados por Alemania, Países Bajos o Austria), que se niegan a poner en marcha esta fórmula y consideran que los instrumentos con los que ya cuenta la Unión, como el MEDE o mecanismo permanente de rescate, son suficientes para atajar la crisis económica que esta generando e coronavirus. Después de más de 16 horas de trabajo, el Eurogrupo ha terminado su reunión esta mañana sin acuerdos y prevé reanudarla mañana.
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