Tras la fusión Caixa-Bankia 

El problema turco y Villarejo ponen el foco en BBVA en la ronda de fusiones

La crisis económica y financiera de Turquía junto con la erosión del caso Villarejo colocan al segundo mayor banco español entre las entidades llamadas a fortalecer la unión bancaria.

BBVA sede, La Vela
Sede de BBVA en Madrid.
Europa Press

El proyecto de fusión de Caixabank con Bankia ha dado el pistoletazo de salida a una nueva ronda de consolidación del sector bancario español y europeo. El Banco Central Europeo (BCE) no solo da el visto bueno a estas fusiones sino que está facilitando que se produzcan a nivel nacional con especial foco en el sistema financiero italiano o el español. La novedad ahora es que el supervisor puede abrir la puerta a las fusiones transfronterizas para crear bancos más fuertes a nivel europeo ante la crisis del Covid-19.

BBVA, uno de los nombres recurrentes en las quinielas de integraciones junto a Sabadell o Bankia, gana enteros como uno de los candidatos a protagonizar una operación a nivel europeo en línea de las directrices que está marcando el supervisor. El banco que dirigen Carlos TorresOnur Genç era uno de los claros pretendientes junto a Caixabank con capacidad para hacerse con la semiestatal Bankia, pero el anuncio de las conversaciones entre sus rivales parecen haberle descabalgado de esa carrera.

Sabadell, con un perímetro de activos similar a Bankia y con presencia en Reino Unido donde no está BBVA, parece llamado a convertirse en el plan B a nivel doméstico para la entidad con sede en La Vela, aunque no parece una unión sencilla. "Los inversores generalmente solo consideran que esta fusión es una posibilidad si primero se producen otras fusiones entre otros bancos del mercado. En cualquiera de estos casos, BBVA requeriría una gran cantidad de capital. Dada la situación actual del mercado, esto puede ser difícil de lograr", apunta un análisis de Barclays sobre la compra de Sabadell.

Sin embargo, BBVA cuenta con otros frentes abiertos más allá de la pandemia que le persiguen desde 2019. El caso Villarejo, que ha puesto contra las cuerdas la reputación del banco por los supuestos espionajes del excomisario, se ha convertido en un asunto sobre el que ha colocado la lupa el propio BCE. Pero el mayor quebradero de cabeza sigue siendo la crisis eterna de Turquía, uno de sus principales mercados con cerca del 8% de sus activos. El desplome de la lira turca hasta mínimos históricos (7,5 frente al dólar y 8,8 en su cruce con el euro) sitúa a su cuarto mayor mercado como una vulnerabilidad en balance.

Los inversores han castigado de forma visible su acción hasta el punto de que BBVA llegó a caerse del Top 10 del Ibex 35 la semana pasada, por debajo de los 17.000 millones de euros de capitalización. El repunte del 5% del viernes al calor de la fusión Caixa-Bankia le hizo recuperar posiciones pero sigue cotizando a niveles mínimos en varias décadas. Su valor en libros frente a su cotización se sitúa en 0,42 veces, es decir, con un descuento de más de la mitad entre lo que el mercado dice que vale el banco y su contabilidad. El banco fue excluido por primera vez del índice Euro Stoxx 50, que agrupa a las empresas más relevantes de los países con la divisa común.

Alemanes e italianos

Con la consolidación doméstica en el retrovisor, el BCE sigue anhelando avances en la consolidación transfronteriza de los bancos. Se trata, según los expertos, de un paso previo y necesario hacia una unión bancaria dentro de los países del euro que sea real y duradera. En esa lista potencial de candidatos no solo está BBVA sino que aparecen las principales entidades alemanas o los italianos, uno de los sectores bancarios más atomizados.

Commerzbank, participado en un 15% por el Estado alemán y un 5% por Cerberus, mantiene el cartel de ‘se vende’ desde su frustrada unión nacional al Deutsche Bank, en pleno proceso de reestructuración hacia la banca comercial. El banco de bandera teutón busca una reordenación accionarial tras la salida del grupo chino HNA y el pulso que mantiene su cúpula con los accionistas cataríes Al-Thani, también socios de El Corte Inglés.

La autoridad monetaria busca evitar a toda costa una crisis bancaria y por eso está promoviendo desde distintos ámbitos fusiones que lleven a crear entidades más fuertes, mejor capitalizadas y capaces de afrontar el actual escenario. La pandemia del Covid-19 ha magnificado el impacto de la recesión en los negocios bancarios del euro y amenaza con hacerlo más conforme comience a despertarse la ola de impagos e insolvencias que se prevé como consecuencia de los confinamientos. Sectores como el turístico, la hostelería o el pequeño comercio en general han sufrido la parálisis o drástica caída de sus facturaciones hasta el punto situarles al borde del cierre y la liquidación tras el verano.

BBVA cuenta con 2.593 oficinas con 7 empleados en promedio por cada una de ellas y un total de 24.921 trabajadores en España. Suponen alrededor del 20% de su plantilla global. Es la tercera mayor franquicia bancaria por detrás de Santander y Caixabank, aunque la potencial fusión con Bankia situaría a la nueva entidad de las antiguas cajas a la cabeza del sector. Pero el punto fuerte del banco que preside Carlos Torres sigue siendo su presencia en México, donde ocupa el liderazgo del sector, así como su fuerte presencia en el sur de EEUU. Turquía y Sudamérica representan cerca del 20% del negocio del banco. Su escasa presencia en otros mercados europeos coloca al banco español como un potencial encaje en una fusión transfronteriza.

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